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Tras 13 días de deliberaciones y negociaciones, culminó la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático de 2021, conocida como COP26. Considerada como la gran cumbre del clima mundial terminó con un inane y vacío acuerdo que no da respuesta a las consecuencias del calentamiento global y desilusiona a los países que más sufren la crisis climática. Estados Unidos y la Unión Europea se niegan a crear un fondo para que los países con menos recursos afronten la crisis climática lo que va a generar una crisis aun mayor de deuda en el sur global, y por otro lado, la India y China impiden acabar con el carbón.
La cumbre en la cual se esperaba que se marcase el camino para afrontar una década crítica no ha conseguido cerrar un acuerdo a la altura del reto al que se enfrenta la humanidad. Aunque la evidencia sobre la catástrofe climática no deja de acumularse, las empresas de combustibles fósiles siguen operando con normalidad y es evidente la falta de voluntad política.
EL movimiento por la #JusticiaClimatica ha determinado actuar a nivel planetario con más contundencia y forzar a los Estados a tomar cartas en el asunto porque #NoHayPlanetaB.
Aunque Alok Sharma, presidente de la COP26, elogió el acuerdo como un acontecimiento histórico, al mismo tiempo se disculpó por los cambios de último minuto, que diluyeron los borradores anteriores del documento final hasta que la “eliminación gradual” del uso de carbón como fuente de energía pasó a ser una “reducción gradual”. Aún con los compromisos actuales asumidos por los Gobiernos, la temperatura global está en vías de aumentar unos 2,4 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales de este siglo, lo que conllevaría consecuencias desastrosas.
Los delegados de los países más pobres y de aquellos que corren un mayor riesgo de sufrir las repercusiones del cambio climático expresaron una profunda decepción por el resultado de la cumbre.
Pulularon los lobistas de la industria de combustibles fósiles
Durante el desarrollo de la CPO26 en Glasgow, los lobistas de la industria de los combustibles fósiles pulularon como enjambres de langostas. Los resultados de esta conferencia, que fue descrita como “la última y mejor esperanza” para el clima, estuvieron muy lejos de ser suficiente para evitar una catástrofe climática irreversible.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) emitió, justo antes de la COP26, el “Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021”. En él se advierte que los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero acordados por los países hasta el momento nos llevan a un aumento catastrófico de la temperatura global de alrededor de 2,7 grados Celsius, lo que constituye un incremento mucho mayor que los 1,5 grados establecidos como objetivo en el Acuerdo de París de 2015.
Las declaraciones críticas hacia la COP26 de parte de activistas, tanto dentro como fuera del recinto donde se llevó a cabo la conferencia se enfocaron en que dicha cumbre fue “más de lo mismo” y que su resultado constituyó un “completo fracaso”.
No obstante las dificultades de acceso generalizadas a la reunión sobre el clima organizada por la ONU provocó que miles de personas no pudieran participar de la conferencia, más de 500 lobistas de la industria del petróleo, el gas y el carbón transitaron por la alfombra roja del evento. Un informe de la organización ambientalista y de defensa de los derechos humanos Global Witness afirma que si estos lobistas representaran a un país, hubiesen sido la delegación más grande de la COP26.
“Quienes intentan prender fuego la mesa, no deberían sentarse en ella”, dijo a la prensa Pascoe Sabido, investigador y activista del Observatorio Europeo de Empresas. Y agregó: “Esta es la misma industria que ha pasado los últimos 50 años negando la crisis climática y postergando o bloqueando las acciones para detener sus efectos, entonces ¿cómo diablos se les permite asistir [a la cumbre]? Solo si echamos a estos grandes contaminadores, podremos hacer que estas conversaciones sobre el clima concluyan con compromisos que se acerquen a las metas necesarias [para frenar el cambio climático]”.
El portavoz principal del movimiento COP26 Coalition, Asad Rehman, se fue de la cumbre decepcionado ante la falta de avance en las negociaciones, rompió el discurso que había preparado y dijo: “Los más ricos han ignorado el llamamiento moral y político de hacer lo que les corresponde. Las promesas rotas que van desparramando por la COP26 ya no engañan a nadie. Estamos decepcionados y enojados, pero aún tenemos esperanza. Sabemos que es la gente común la que cambia la historia y nosotros la cambiaremos”.