“Hay tantos recursos y reservas disponibles de combustibles fósiles que si se siguen extrayendo hasta el infinito, el resultado es que el planeta reviente”

POR ANTONIO CERRILLO /

Recientemente el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, recomendó a través de su cuenta de Twitter una de las investigaciones bibliográficas de este investigador sueco que está enfocada a “encontrar la causa de la actual crisis climática en la economía política clásica”.

El mandatario colombiano coincidió con el autor en la urgencia y necesidad de crear “Ministerios de las energías limpias con grandes poderes en los países desarrollados”.

Se trata de Andreas Malm (Fäsberg, Suecia, 1977), profesor asociado de Ecología Humana de la Universidad de Lund e investigador social, autor de Capital fósil (Capitán Swing, España, 2020), un interesante estudio sobre las raíces del capitalismo y la irrupción de la máquina de vapor de la mano del carbón en el Reino Unido. Su foco se centra en la primera gran fuente de emisiones de gases que sigue contribuyendo al calentamiento del planeta.

Andreas Malm

Su trabajo analiza la particular transición energética que se dio en el Reino Unido en la primera mitad del siglo XIX y que hizo que el capitalismo incipiente sacrificara la energía renovable (los saltos de agua) por la máquina del vapor y el carbón como fuente de energía para activar el desarrollo de la industria de las hilaturas y los tejidos.

Malm además es un activista conocido por ser una de las voces más relevantes en los debates sobre la cuestión del cambio climático. A medio camino entre el erudito y el agitador, ha publicado diversos libros sobre la economía política del cambio climático, el antifascismo y las luchas en el Medio Oriente. Forma parte del grupo Klimax, que lleva a cabo acciones de desobediencia civil y sabotaje como estrategia de lucha y concienciación de cara a confrontar las futuras crisis climáticas. Recientemente, ha coordinado un proyecto de investigación interdisciplinar de la Universidad de Lund sobre la relación entre los combustibles fósiles, la acumulación de capital y la ultraderecha europea.

En esta entrevista con el periódico La Vanguardia de España, señala que si bien la extracción de petróleo, carbón y gas no se puede continuar extendiéndose porque el planeta terminará reventándose, es evidente que «las petroleras se resistirán a la descarbonización” por la sencilla razón de que el sentido codicioso del capitalismo es capaz de modificarse, de adaptarse y continuar extrayendo combustibles fósiles».

Reducir temperatura del planeta requiere el derrocamiento radical del actual orden económico  

Cuanto más se conoce respecto de las consecuencias catastróficas del colapso climático, más combustibles fósiles quemamos, señala en este sugerente trabajo bibliográfico  Andreas Malm. ¿Cómo terminamos en este lío? El autor explica que todo comenzó en Gran Bretaña con el auge de la energía de vapor. Pero, ¿por qué los fabricantes pasaron de las fuentes tradicionales de energía, en particular los molinos de agua, a un motor de carbón? Contrariamente a las opiniones establecidas, el vapor no ofrecía ni una energía más barata ni más abundante, sino un control superior del trabajo subordinado. Animado por los combustibles fósiles, el capital podría por fin concentrar la producción en los sitios más rentables y durante las horas más convenientes, como continúa haciéndose hoy.

Desde el Manchester del siglo XIX hasta la actual explosión de las emisiones en China, desde el triunfo original del carbón hasta el estancado cambio hacia las energías renovables, este interesante estudio se centra en el corazón candente del capital y demuestra, con una profundidad sin precedentes, que bajar la temperatura requiere emprender un derrocamiento radical del orden económico actual.

De ahí que echar la vista atrás puede servir para constatar la paradoja actual, pues en plena transición energética ahora el capitalismo busca otra adaptación recurriendo a las llamadas fuentes renovables.

Contradicciones del capitalismo hicieron que se pasara de las energías naturales a las basadas en el carbón

Usted ha escrito un voluminoso libro: casi 600 páginas. ¿Le ha costado escribirlo?

He sufrido, pero también he disfrutado mucho.

¿Qué autores recomienda para leer?

Si tuviera que elegir un libro sobre el cambio climático, elegiría El Ministerio del Futuro, de Kim Stanley Robinson. Es una novela de ciencia ficción, pero incorpora una profunda mirada sobre la ciencia climática. Fue publicado en 2020, pero es un libro muy importante para saber qué nos deparara el futuro.

¿El capitalismo empieza con la explotación masiva del carbón y la llegada de la máquina de vapor?

El capitalismo existía antes, pero las contradicciones del capitalismo hicieron que pasara de las energías naturales (hidráulica) a la energía basada en el carbón.

¿Por qué el capitalismo se pasa al carbón?

La primera razón es porque la energía de las máquinas de vapor se podía deslocalizar hacia las zonas donde más les convenía, mientras que los molinos de agua que se habían utilizado hasta entonces debían estar cerca de los ríos, se situaban donde hubiera abundante caudal de agua. Uno de los argumentos que se llegó a dar (para justificar ese cambio) era que el agua era más cara; pero se ha demostrado que el agua era barata. Una de las razones de ese cambio es que la mano de obra barata no estaba a lo largo de los ríos, sino que estaba localizada en las ciudades. La energía del vapor daba libertad para localizar a industria a donde más le convenía. Algunas de las razones que explican esa transición siguen siendo actuales, como la deslocalización que se sigue viendo hoy en día.

“No se ha producido realmente una transición energética en la que hayamos superado la fase del carbón”

El carbón en muchos países, así como el petróleo y el gas son los grandes recursos energéticos que mueven nuestro sistema económico pese a sus impactos ambientales y climáticos…

Sí, claro, carbón, petróleo y gas. Desde el siglo XIX, no se ha producido realmente una transición energética en la que hayamos pasado del carbón a las otras fuentes energías, sino que el carbón se ha ido extendiendo en todo el mundo; y lo que ha pasado es que otras energías se han sumado al carbón. Se ha mantenido el carbón y a él se ha unido el petróleo y el gas, luego las nucleares y luego las renovables. No ha habido una decisión de dar por clausurada la era del carbón y dar paso a otras fuentes de energía.

¿China es el nuevo Manchester inglés del siglo XIX que usted describe?

Sí, por la explosión de sus emisiones de gases en China en el año 2000. La razón es también la deslocalización de la industria hacia determinadas regiones de China. Como ha pasado otras veces en la historia, lo que atrajo en esta ocasión a las industrias, para localizar sus fábricas a China, ha sido la mano de obra barata.

“El peligro es que, como hay tantos recursos y reservas disponibles, se sigan extrayendo hasta el infinito, hasta que, al final, el planeta reviente”

Y dice que todo eso lo ha favorecido una población trabajadora que califica de «dócil» en China.

Sí, pero eso ha cambiado. Entre el 2000 y el 2010, los trabajadores de las fábricas destinadas a exportar eran dóciles y tranquilos y no hacían huelgas; pero todo eso cambió en 2010 cuando hubo una explosión de huelgas en las industrias que eran propiedad de los extranjeros. Y estas huelgas han continuado.

¿Tres razones que expliquen por qué el capitalismo se implantara y desarrollado en China?

No es solo que la mano de obra sea barata, sino que es una mano de obra disciplinada; algo que viene del poder del Estado chino sobre la población. Luego, China ofrece infraestructuras, aeropuertos, centros logísticos y un caudal de energía de carbón que no para; todo el país se ha amoldado a una voluntad de explotar los recursos. Todo el litoral chino ha sido diseñado para los inversores. Es la diferencia con respecto al África subsahariana, que tiene mano de obra barata, pero no tiene ni la infraestructura ni la capacidad para atraer inversiones. Y la tercera razón es el mercado interior de China, que es enorme.

De la misma manera que pasó con la época de máquina del vapor, cuando el capitalismo se fue a las ciudades, el capitalismo moderno también se mueve…

Sí, claro.

Usted apunta que estamos llegando al límite de la extracción de recursos. Pero Reino Unido, que protagonizó ese capitalismo moderno, ahora es un país que tiene objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de gases invernadero…

No percibo cambios suficientes. No creo que Reino Unido esté más avanzado que otros países de Europa. La compañía BP es una de las principales responsables climáticas. Y su gobierno sigue concediendo licencias para que las compañías de gas y petróleo sigan perforando pozos y extrayendo hidrocarburos en el Mar del Norte. Y también están abriendo una nueva mina de carbón.

“El pico del petróleo se producirá cuando haya un cambio en el paradigma, político y moral”

¿Qué elementos de cambio percibe para mitigar el calentamiento? ¿Estamos ante el final de la era de los combustibles fósiles? ¿Hemos superado la fase del pico de petróleo?

No creo en el pico de petróleo. Se habla mucho de un pico del petróleo en el 2005. Cuando se vio que el precio del petróleo subía, se pensó que el petróleo se iba a acabar. Pero la menor producción se compensó con el descubrimiento del fracking y otras  formas de extraer el petróleo que no son convencionales. Y se produjo un boom que hizo que, por ejemplo, Estados Unidos sea el mayor explotador y exportador de gas porque han encontrado nuevos abastecimientos. Hemos aprendido que el capitalismo es capaz de generar nuevas tecnologías y crear más abastecimientos de petróleo y gas disponibles para extraer estos recursos. El problema es que quedan muchos recursos de carbón, petróleo y gas disponibles en el suelo. Y el peligro es que, como hay tantos recursos y reservas disponibles, se sigan extrayendo hasta el infinito, hasta que, al final, el planeta reviente. No se están acabando estas reservas. Naturalmente, la extracción del petróleo y el gas no se puede continuar secula seculorum. Pero su final queda lejos. No podemos vislumbrar ese límite en la extracción; ese límite está lejos porque el capitalismo es capaz de modificarse, de adaptarse y continuar extrayendo estos recursos.

No ve ese pico del petróleo…

El pico del petróleo no vendrá dado porque nos vayamos a acercar a límites impuestos por los costes o por las reservas, sino que se producirá cuando haya un cambio en el paradigma, tanto político como moral, y en el que el protagonismo del cambio recaiga sobre los movimientos sociales que hagan presión para acabar con esto.

¿No es un indicio del pico del petróleo o de su agotamiento que el precio del barril marque altos precios?

Pero vemos que los precios del petróleo siempre varían, suben y bajan. Pero cuando el precio del barril de petróleo sube eso beneficia a las compañías de gas y les permite la extracción mediante sistemas no convencionales, como se ha visto en Canadá. Por lo tanto, el precio alto del petróleo no marca su final.

¿Es relevante que algunas compañías petroleras inviertan en energías renovables?

No sé el caso de Repsol. Shell, BP y Total dicen que están invirtiendo más en renovables. Pero el problema que tienen estas empresas es que tanto la energía eólica como solar son baratas en cuanto a la obtención del recurso y no llevan aparejada una mano de obra barata. La energía eléctrica solar y eólica son cada vez más baratas; la más barata que se ha visto en la historia de la humanidad. Debería ser una bendición para la especie humana tener acceso a la electricidad barata y poder alejarnos de los combustibles fósiles. Pero cuando estas grandes empresas deciden invertir en energía eólica o solar, en petróleo o en energías, lo que buscan es el máximo beneficio. Y en cuanto a la tasa de retorno, en el caso de la energía eólica o solar el beneficio es del 4 %, mientras que en el caso del gas o el petróleo es de un 15 o un 20 %. Es más rentable. Aunque hablen de renovables, la realidad es que estas grandes empresas siguen invirtiendo en los combustibles fósiles porque es lo que más beneficios les dan.

En la Unión Europea (UE) hay una serie de planes de energía que condicionan las políticas energéticas y de clima. Y en España estamos viendo una transición energética importante…Y se están haciendo grandes inversiones en renovables. ¿Las fuentes limpias son la receta más importante frente al cambio climático?

Son un componente indispensable pero aún hoy un 80 % de la energía viene de los combustibles fósiles. Y hay que reducir este porcentaje a cero, o lo más cerca posible de cero. Es un enorme reto, y hay que poder reemplazarla. No podemos sacar ese 80 % sin más, sin sustituirla por otra. La energía eólica y la solar deben expandirse rápidamente, y mucho.

¿Cómo vamos a prescindir de los combustibles fósiles en solo 30 años?

Es técnicamente posible reducir el consumo de combustibles fósiles a cero o a lo más cerca posible a cero en un par de décadas en todo el mundo. Pero uno de los principales problemas es que, aunque técnicamente podemos cerrar una plataforma de petróleo, los dueños de estas petroleras van a seguir queriendo producir porque les da beneficios. Por ejemplo, Noruega es el mayor productor de gas y de petróleo de Europa occidental. En 2019 abrieron el más grande campo de extracción de petróleo; el de la petrolera Johan Sverdrup. Por lo tanto, no están cortando la extracción, y quieren seguir así hasta el 2070. Es un tema técnico cerrar la plataforma. El Estado de Noruega lo podría decir mañana mismo. Pero el problema es que hay un gran capital invertido en este campo de petróleo. Y quiere mantener esa explotación hasta el 2070; porque si se cierra antes no van a recuperar la inversión con sus beneficios.

“Las renovables son un componente indispensable pero aún hoy un 80 % de la energía viene de los combustibles fósiles. La energía eólica y la solar deben expandirse rápidamente, y mucho”

¿Y los ciudadanos qué pueden hacer? ¿No hacer inversiones en estos activos fósiles?, ¿mantener el petróleo bajo tierra? O ¿seguir el modelo de Greta Thunberg?

La repuesta ya la han dado otros. “Deja de ser un individuo; actúa colectivamente para presionar y lograr un cambio real”.

Dice que se requiere un cambio de mentalidad. Detecta cierta resignación del ciudadano al constatar que no tiene suficiente capacidad de influir en el cambio. ¿Hay que dejar de volar?

Si. Volar es tal vez lo único cosa que no podemos sustituir por energía renovable; a menos hasta ahora; a largo plazo, veremos. Podemos crear una industria de carburantes sin combustibles fósiles. Hay experimentos de aviones con energía solar, está el hidrógeno y los combustibles sintéticos de diferentes tipos. Pero hoy en día es improbable es que la flota de aviones a nivel mundial pueda ser sustituida por energía renovable.

La Vanguardia, Barcelona, España.