Hambre es lo que hay…

POR OCTAVIO QUINTERO

Cuatro de cada diez colombianos en promedio (hay regiones de peor índice), solo ganan para sobrevivir, y más de la mitad están retrasados en sus obligaciones financieras, revela la última encuesta de Banca de las Oportunidades, un programa oficial.

El milagro de sobrevivir en Colombia

En la Red Copie, pegue y despierte, se publicó un cálculo de gastos mensuales, a enero/2022, de una familia joven (papá+mamá+2 niños), encontrando que su consumo obligado le cuesta mensual, $1’965.000, frente a ingresos de la pareja (salario mínimo + auxilio de transporte) de $2’234.000: “clase media” (según clasificación DANE por ingresos). Al hacer cuentas, a esta familia le quedan $269.000 mensuales para cubrir gastos de educación, salud, recreación, celular, internet hogar e imprevistos. Conclusión: CERO capacidad de ahorro.

Las estadísticas sobre el número de personas de bajos ingresos varían, según la fuente oficial o privada. Pero se puede promediar que se acerca al 70% de la población laboral (15,4 millones) que gana un salario mínimo o menos, tendencia que se extiende a los informales. O sea: más de dos terceras partes (35 millones) de la población total del país vive “saltando matojos”, como se dice popularmente.

Estas son las cuentas

  1. Desayuno: 4 huevos, 2.000; 4 panes, 2.000; una bolsa de leche, 3.100: Total mensual, $213.000.
  2. Almuerzo y comida: una libra de pechuga, 8.500; una de arroz, 2.300; una de papa, 1.700; un plátano maduro, 1.600; una libra de frutas (para el jugo), 2.000; cebolla y tomate, 1.500. Total mensual $528.000(cuando comen carne de res se incrementa el gasto).
  3. Insumos culinarios: aceite BOT x 5.000 ml, 40.000; azúcar paquete x 2.500 g, 8.000; sal x 1kg, 1.700; café x 170 g, 13.000; chocolate x 500 g, 4.800. Total mes, $67.500.
  4. Aseo personal y hogar: papel higiénico x12 rollos, 14.000; jabón de baño x 3 uds., 7.000; champú grande, 14.000; 2 bolsas de detergente, 15.000; crema dental económica x 3 uds., 8.600; lavaloza x 2 uds.+ esponjas, 9.000; limpiador pisos, 2 litros, 6.500; blanqueador, 2.000. Total mensual, $76.100.
  5. Transporte: 4 pasajes diarios (papá y mamá, Bogotá), $10.400. Total mes, $270.400 (descontando los domingos).
  6. Arriendo/o cuota de amortización apto pequeño, mensual, $650.000.
  7. Servicios públicos: Agua, Energía y Gas, $160.000.

Total gastos (1+2+3+4+5+6+7): $1’965.000

Ingresos totales (papá y mamá), $2’234.000

Saldo a favor: $269.000 al mes, para cubrir transporte y estudio de los niños, salud, recreación familiar, celulares, TV e internet hogar: Capacidad de ahorro: ¡CERO!

Cuando se analiza esto, y se entiende que una familia “clase media”, que gana un poco más de 2 millones mensuales, se comienza a comprender, en términos socioeconómicos, la razón de la explosión social que el gobierno nacional, y la mayoría de gobiernos locales, piensa, equivocadamente, que se resuelve con más policías y militarización urbana. Ídem, o peor, en las poblaciones y zonas rurales.

Un ejemplo vivo, y desgarrador, de esta situación, son los vídeos, reiterativos desde hace 4 años, de toda una población de indígenas amorúas viviendo de las basuras que genera Puerto Carreño, la capital del Vichada, una población urbana que, de por sí, presenta una de las más altas tasas de pobreza general y extrema: ¿Qué podrán desechar?

Ahora el gobierno nacional trata de escudarse en la pandemia como generadora de toda esta catástrofe social: no es así. La realidad es tozuda. Antes de abatirse la pandemia sobre la población colombiana, el nivel general de pobreza ya venía creciendo, y en dic/2019, era del 37,5% de la población, llegando al 70% en regiones tradicionalmente marginadas del gobierno central: Guajira, Chocó, y a lo largo de la Costa Pacífica (de Panamá a Ecuador), como ejemplo sintomático.

Lo empírico de los datos publicados por Copie, pegue y despierte, fueron avalados, simultánea e indirectamente, por la encuesta de Banca de las Oportunidades, un programa oficial para la “inclusión financiera” que revela que “para el 41% de los colombianos, su ingreso promedio solo les alcanza para sobrevivir”; y añade: 4 de cada 10 colombianos solo ganan para cubrir lo más necesario, y se están ‘colgando’ en sus obligaciones de arriendo y amortización de vivienda, así como en todas sus obligaciones financieras, especialmente, tarjetas de crédito.

¡Resiliencia!, es el eufemismo a flor de labio de los dirigentes que cargan contra la Primera Línea a punta de… “bala es lo que hay, bala es lo que va”; persecución punitiva y discriminación social. El gobierno nacional no lee ni siquiera sus propias encuestas, como ésta que le dice: “el 40,3% de la gente asegura que hacer un regalo supone una enorme carga para sus gastos mensuales”, a menos que, digo yo, esos regalos y recreaciones sociales se carguen al presupuesto nacional, como hacen los funcionarios públicos (altos y medios). Así, la resiliencia para estos es no dejarse desplazar del poder; y para la gente, aguantarse: ¿Hasta cuándo?

Fin de folio.-Hay hijos de puta que se dedican a atormentar a la humanidad y viven vidas larguísimas; esos no se mueren nunca porque no tienen consciencia”: Eduardo Galeano / Vivir sin miedo.

@oquinteroefe