¿El capitalismo está viviendo una crisis sistémica o tiene una salida para su crisis?

POR MICHAEL ROBERTS

Texto de la ponencia del economista británico Michael Roberts presentada en el curso “Las interrogantes del siglo XXI”, organizado por la Academia Pensamiento Crítico.

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Comencemos mirando el contexto al comenzar el segundo semestre de 2022. Tenemos una guerra entre Rusia y Ucrania, una crisis de alimentos, una crisis de precios y de energía. Todas estas crisis están afectando a millones de personas en todo el mundo y la tensión entre las principales potencias económicas y políticas aumenta. Tenemos en consecuencia un proceso realmente aterrador: el calentamiento global, que está produciendo efectos devastadores sobre el planeta, no sólo para la humanidad sino también para todas las especies, así que, en mi opinión, estamos en una gran crisis, aunque este término a menudo se usa en exceso.

El modo de producción capitalista está en crisis

El sistema capitalista siempre estuvo en crisis, pero ahora constatamos lo que podemos llamar “una crisis para toda la humanidad y el planeta”

En esta breve presentación argumentaré ¿por qué esta crisis es un producto del modo de producción capitalista?, pero ¿qué quiero decir con modo de producción capitalista?, quiero decir que esta es la forma dominante en que la organización social tiene lugar en nuestra época para producir las cosas y servicios que la gente necesita.

La producción se realiza principalmente a través de la propiedad privada de los medios de producción y del empleo de mano de obra. En el modo de producción capitalista un pequeño número de personas son propietarias de las empresas y estas empresas sólo producen cosas si esas cosas producen ganancias.

Hoy hay una economía monetaria impulsada por las ganancias, no hay una economía que esté planificada para satisfacer las necesidades sociales. Hay una economía que funciona sobre la base de producir sólo si hay ganancias para número cada vez más pequeño de grandes empresas y para las personas que las poseen.

En todo el mundo, los gobiernos y los políticos trabajan para que estas empresas mantengan sus ganancias. Esta es el modo de producción que tenemos ahora. En mi opinión está en crisis, así que voy a compartir algunas diapositivas para que puedan ver más de cerca exactamente cuál es mi línea argumental.

¿Vive una crisis sistémica el capitalismo o puede tener un reinicio que le permita escapar de esta crisis?

En primer lugar, me gustaría recordar la situación que hemos vivido durante la pandemia, los últimos dos años han sido absolutamente nefastos para el mundo. La pandemia no sólo produjo bloqueos masivos. Veamos la magnitud del desastre. Cada año mueren alrededor de 20 millones de personas en el mundo, pero con el Covid hemos tenido 20 millones más de muertes, es decir 40 millones de seres humanos.

Y las economías se han derrumbado dramáticamente. Tanto en producción como en inversión y también en el empleo. Se han perdido ingresos, pero incluso antes de que comenzara la pandemia, digamos a principios de 2020, el mundo ya se había ralentizado, esto se puede ver en el lado derecho del gráfico, se puede apreciar que el crecimiento anual del PIB real del mundo retrocede.

En la década anterior crecía alrededor del cinco por ciento anual y cuando llegamos a 2019 la tasa de crecimiento se había reducido casi a la mitad, estaba cayendo rápidamente. Si se mira la escala de la derecha podemos ver- en comparación con el promedio de 10 años – como las tasas de crecimiento en varias partes del mundo estaban muy por debajo de ese promedio en 2019.

El promedio en la eurozona era de 0,89. Con esa tasa de crecimiento la Eurozona estaba 11 puntos por debajo del promedio y si miras verás también la terrible situación de América Latina que básicamente no mejoró. No creció en absoluto. Estaba muy por debajo del promedio. El mundo ya se estaba desacelerando antes de la pandemia porqué el crecimiento de la productividad estaba definitivamente a la baja.

Con esto nos referimos a la cantidad de productos que cada persona que trabaja produce en una economía. Esta cantidad de productos por persona (la productividad del trabajo) ya estaba empezando a declinar de manera bastante pronunciada y lo ha estado haciendo bajo el sistema capitalista durante un largo período de tiempo. Se ha comprobado que el crecimiento de la productividad en las economías avanzadas se estaba desacelerando desde la década de 1980.

En las llamadas economías emergentes – que son los países pobres y que ahora llamamos el Sur Global- observamos un aumento de la productividad, pero a medida que entramos en el siglo XXI, observamos que hay un declive general.

Se puede comprobar que la tasa de crecimiento de la productividad – tanto en las economías avanzadas como en las economías emergentes – se ha detenido virtualmente y también se ha detenido la inversión.

Ha empezado a disminuir la inversión en nuevas tecnologías, en nuevos sistemas que producirían una mayor producción y reducirían los costos de servicios y bienes, el crecimiento de la inversión en activos fijos ha disminuido en los países centrales del sistema.

El capitalismo se ha ralentizado, ya no tiene capacidad para ofrecer una sociedad mejor para los más de 7 mil millones de personas que viven en el mundo. Esto ocurre también en los mercados desarrollados: EEUU, Japón, Europa y España.

En América Latina y en el Sur Global, el crecimiento de la inversión en activos fijos también había disminuido dramáticamente para fines de la segunda década del siglo XXI.

¿Ahora por qué ocurre esto?

Mi argumento básico es la explicación enunciada por Marx. El explicó con claridad por qué el capitalismo entra en crisis todo el tiempo.

Marx dio con la clave. Demostró que el motor en el modo de producción capitalista es la tasa de ganancias. En otras palabras, las cosas se producen sólo si se obtienen ganancias. Lo que dijo Marx, es una idea muy simple y, cuando lo piensas, te das cuenta fácilmente de lo siguiente: los capitalistas no van a invertir, no van a producir, no van a dar empleo, a menos que puedan obtener ganancias, así está organizado el sistema.

Pero, cuando la rentabilidad de sus inversiones comienza a declinar, entonces, son reacios a invertir, emplear y producir, esto es lo que dijo Marx, entre muchas otras cosas.

En realidad, aquí hay ley que explica el funcionamiento del capitalismo: es la ley de la tendencia a caer de la tasa de ganancia. Esta es la ley más importante en la economía política moderna porque demuestra la incapacidad del capitalismo para seguir expandiéndose y satisfacer las necesidades de la gente. En el capitalismo si la rentabilidad se ve amenazada, prácticamente se detiene el funcionamiento de la economía.

Esta ley fundamental le permitió a Marx explicar porque se producen las depresiones, los paros y las desaceleraciones que acabamos de describir. Y todos estos procesos son empíricamente demostrables.

Hoy, hay muchos economistas – no marxistas – que han estudiado la rentabilidad del capital, han investigado si la rentabilidad se puede mantener indefinidamente. Aquí hay un gráfico que muestra la tasa de ganancia promedio para las 20 principales economías del mundo, el llamado G20.

Una nueva “larga depresión”

En las 20 economías principales del mundo la rentabilidad en promedio ha disminuido durante un largo período de tiempo, aunque aquí no hay una línea recta hay una enorme caída en los años 60 y 70. Pero, luego hay una recuperación limitada hasta finales del siglo XX y desde entonces hay un declive mayor.

Llamo a este período “Una larga depresión”. Desarrollaré ese argumento como lo hice en mi libro porque la tendencia a la caída de la rentabilidad tiene validez empírica.

Lo que está pasando, no solo lo explican los economistas marxistas. Este es el intento del FMI de medir la rentabilidad corporativa en muchos países diferentes. Veamos que pasa en América Latina. Aquí hay seis países demostrativos donde podemos ver la inversión de los activos.

Y tal como lo muestra el FMI, la rentabilidad corporativa en este siglo XXI ha estado disminuyendo en alrededor del seis por ciento anual. Cuando se redujo la pandemia hubo una ligera recuperación, pero, también, disminuyó de la rentabilidad en América Latina, esto es realmente una recesión.

Es la misma recesión que hemos visto en las cifras mundiales, lo que significa qué tenemos crisis recurrentes seguidas de pequeños auges. Estas recesiones permanentes en el capitalismo se producen porque el sistema no se expande de manera constante y uniforme.

Después de años prósperos (más o menos cada ocho o diez años) hay depresiones que afectan gravemente a la gente trabajadora, hay un colapso en la producción y la inversión que se ralentiza prácticamente a cero.

Las crisis recurrentes

El sistema se toma algún tiempo antes de recuperarse nuevamente, así que se forman ciclos periódicos en que se sostiene la tendencia general a la baja de la rentabilidad.

Supongamos que a la economía les está yendo bien, pero si la tasa de ganancia comienza a caer, se producirá una caída importante. La tasa de ganancia es un porcentaje de las ganancias totales de las inversiones, pero en cierto punto, si la tasa de ganancias cae lo suficiente, entonces la cantidad absoluta de ganancias caerá y los capitalistas dejarán de invertir ¿por qué invertir si van a perder dinero?

Así que no invertirán y germina la depresión, hay un colapso en la inversión, en el consumo, en el empleo y, en los ingresos. La gente no puede comprar bienes porque están sin empleo, los capitalistas no invierten porque no hay beneficios.

En este escenario se puede desencadenar un colapso financiero. Esto es lo que ocurre con los mercados bursátiles y los bancos en este momento, hay una crisis financiera, un colapso, que proviene de una caída de la inversión.

Esta caída obliga a los inversores a no seguir comprando acciones, y esto puede provocar el colapso financiero de los bancos, como el que sufrimos en 2008-2009.

Con un tsunami económico de este tipo muchas empresas quiebran o necesitan fusionarse…se produce una reorganización del capital. Entonces, los sobrevivientes, obtiene una mayor participación en el mercado, pero en el camino han despedido a muchos trabajadores, para conseguir mano de obra más barata.

En este punto, el ciclo se vuelve a reiniciar, la ganancia comienza a aumentar, la tasa de ganancia crece y se produce una reactivación de la economía. La rentabilidad comienza a recuperarse y volvemos al boom. Se vive un proceso circular completo.

Otra larga depresión

Pero, pasado un tiempo el nuevo boom se desploma, como se puede ver en el gráfico original. Ahora el boom es cada vez más difícil de conseguir. Por eso digo que en este período podemos hablar no solo de crecimiento y recesión, sino también lo que yo llamó una larga depresión.

Esta la historia de los auges y recesiones del capitalismo. Después de la recesión, el capital se recupera, vuelve a subir y continúa creciendo hasta aproximadamente 1974. En el año 1988 la situación no es buena, pero básicamente vuelve al comercio, y como se puede ver hay una tasa de crecimiento más lenta. Es una situación en la que el crecimiento de la inversión no es fuerte, la rentabilidad no es fuerte, la productividad no es fuerte.

En mi opinión, ha habido tres grandes depresiones; la primera fue la depresión de finales del siglo 19. Los datos históricos demuestran que la inversión creció a lo largo del siglo XVIII hasta principios de la década de 1870… y unos años más tarde en 1890, se produjo una gran depresión muy similar a la gran depresión de la década de 1930.

En 1930, después de una modesta recuperación, no se produjo ninguna recuperación real hasta la segunda guerra mundial en 1941. En mi opinión, ahora estamos en un tipo similar de depresión de larga duración.

En el 2009 tuvimos una crisis de recesión y se produjo una tímida recuperación después de la gran caída. Pero, incluso ahora después de diez años no hemos vuelto de esa recesión. Así que creo que, a diferencia de las recesiones anteriores, ahora tenemos una depresión que empeora aún más la situación del capitalismo.

Como resultado, las ganancias de los capitalistas son bajas, Esto ha hecho que pidan dinero prestado a la Banca. Piden dinero para mantener sus negocios en marcha, pero, esto provoca un aumento de las deudas de las empresas en todas partes.

La maldición de la deuda

Según los datos del FMI estamos en un nivel récord de deuda empresarial en comparación con el PIB mundial.

Cuando la cifra de la deuda es tan alta es porque la rentabilidad es muy baja. En estas circunstancias los capitalistas están obligados a pedir prestadas enormes cantidades de dinero a los bancos. En un periodo reciente los Bancos Centrales han autorizado préstamos a tasas de interés muy bajas para permitir al capital siga adelante. Porque si los capitalistas no están ganando suficiente dinero necesitan pedir prestado para mantenerse en el mercado.

El capitalismo zombi

Hasta los economistas que no son marxistas se han dado cuenta de este proceso. Hay todo un sector de empresas que ahora se llaman empresas zombis. Son empresas muertas vivientes. Estas empresas no obtienen suficientes ganancias para pagar sus deudas y sus intereses, por tanto, tienen que volver a pedir prestado para pagar deudas e interese. En conclusión, no tienen fondos disponibles para invertir, para expandir el negocio y el empleo. Son simplemente empresas muertas vivientes.

Pero, no todas las empresas están muertas, algunas han sido absorbidas, otras han sido apoyadas por el estado con tasas de interés muy bajas. Los bancos las han mantenido a flote artificialmente. A pesar de esta maniobra económica-financiera en las principales economías del capitalismo cerca del 20 por ciento son empresas zombis. Y este es un porcentaje muy alto.

Ahora, cuando escuchas o lees en los medios que Amazon está ganando miles de millones, que Facebook está ganando miles de millones, que Google está haciendo miles de millones, todo esto es absolutamente cierto, pero, lo que no dicen es que hay todo un sector de empresas que apenas ganan dinero y luego están las empresas zombis que están perdiendo dinero y sobreviven gracias a más deudas.

El sistema está en medio de un verdadero riesgo. Por qué si hay una fuerte caída en la rentabilidad o un fuerte aumento en las tasas de interés será imposible que estas empresas sobrevivan, podría suceder lo que llaman un “accidente en la Bolsa”. Este tipo de “accidentes” es una característica de la crisis sistémica que vivimos en el siglo XXI.

El aumento de la deuda no sólo se aplica a los países avanzados, aquí están las cifras de todo el Sur Global, América Latina y otras regiones.

Los ingresos producidos por las economías de esta región tenían una deuda en una proporción de alrededor de 22 por ciento en relación con sus ingresos. Pero, a medida que avanzamos hacia el 2020, creció más que al doble.

Así que la deuda en América Latina se ha duplicado en tan solo una década. Si la relacionas con las exportaciones antes era de 108 por ciento, ahora son de un 186 por ciento. Este enorme aumento de la deuda está golpeando las economías latinoamericanas y a todas las economías capitalistas. Hay empresas latinoamericanas que tienen que pagar en dólares para sobrevivir.

Las cifras no son tan altas en otras regiones, pero aun así en todas partes hay un gran aumento de la deuda. Analicemos a África subsahariana, que es, probablemente, la parte más pobre del mundo. A principios de la década pasada, sus presupuestos estaban endeudados en un 23 por ciento, ahora se han casi duplicado al 44 por ciento

El aumento de la deuda en relación a las exportaciones fue del 70 por ciento, así que básicamente hoy no exportan lo suficiente para hacer frente a las deudas que están acumulando. Están en el inicio de una crisis de mucha gravedad.

Si han leído los medios en estos días sabrán que Sri Lanka se ha quedado sin dinero, su Banco Central está completamente arruinado. Sus autoridades dijeron que tenían un millón de dólares en sus reservas y necesita pagar 11 mil millones el próximo mes de julio. Este dato indica cuán grave se ha vuelto la situación para este lado del mundo. Y la pandemia hizo que la crisis sea mucho peor.

Desde el 2020 ha habido una gran pérdida de producción en todo el mundo. El FMI calcula que para 2024 el PIB mundial seguirá estando casi un tres por ciento por debajo de donde estaba antes de la pandemia.

La pandemia produjo una pérdida de producción e ingresos en los mercados emergentes y, a estas pérdidas tendrán que sumar la terrible situación de la deuda. Una deuda que se ha estado aplicando en todo el mundo. En resumen, la crisis se ha exacerbada por el Covid y ahora se dan todas las características de una caída de la rentabilidad.

El hecho es que el aumento de la deuda está incrementando e intensificando los problemas. La recuperación en muchas economías importantes es muy débil. Como pueden ver este es el pronóstico del Fondo Monetario Internacional, no es sólo de los economistas marxistas.

Si comparamos las economías con el año 2019 podremos observar que a fines de 2021 a China le estaba yendo bastante bien, En realidad esta cifra será un poco más baja en 2022. Pero, en otros países han mejorado muy poco. En estos dos años en los Estados Unidos la economía ha mejorado en poco más del dos por ciento. Eso es todo.

Todas las grandes economías tienen bajos crecimientos, están por debajo del año 2019. En una perspectiva de largo plazo, lo más probable es que no volverán a donde estaban en 2019. La depresión y el crecimiento de la pandemia han fluido de forma generalizada.

Este es el pronóstico de FMI. Nos muestra cómo serán las tasas de crecimiento del 2020 al 2026.Y cómo se puede ver China seguirá creciendo. Se espera que crezca alrededor de cinco y no de un 8 por ciento como en la última década. La India creció alrededor del siete por ciento. Durante el resto de esta década, probablemente crecerá alrededor del cinco por ciento.

Pero, Estados Unidos crecerá apenas un dos por ciento. No hay muchos cambios para la próxima década. En algunos países, el crecimiento estará muy por debajo del dos por ciento. De hecho, las principales economías capitalistas del mundo han crecido muy poco en la última década y ahora irán aún más lentas.

La pandemia aparentemente ha terminado y ahora tenemos un horroroso fenómeno que está afectando a las economías capitalistas; el aumento masivo de las tasas de inflación como resultado de la disociación de la oferta y de la re-organización de las cadenas de suministros y del comercio.

Se están elevando los precios de los bienes y servicios, en particular de la energía y de los alimentos, que son tan importante para las naciones más pobres del mundo.

La inflación se ha disparado

En la parte derecha de este pequeño gráfico, se puede ver el aumento de la inflación. En la parte superior se muestra que Rusia tiene una tasa del dieciocho por ciento. La superan muchos otros países. Las autoridades de Turquía anunciaron la semana pasada que su tasa de inflación fue del setenta por ciento anual. Algunas personas en Turquía piensan que fue más del doble. Que fue de un 150 por ciento.

Estamos sufriendo niveles récord de inflación. Al mismo tiempo, este gráfico muestra la ruptura en las cadenas de suministro, es decir en el proceso de transferencia de bienes y servicios a través de las fronteras y dentro de los países.

Las cadenas de suministro se han roto y como resultado los precios de las materias primas se han disparado. Estos son datos de la Reserva Federal de Estados Unidos. Se estuvieron acumulando presiones que apenas comenzaban a disminuir antes que comenzara la guerra en Ucrania y por tanto debemos esperar que la crisis se mantenga.

Como se puede ver al comienzo de la pandemia no hubo presión en las cadenas de suministros, luego subieron las presiones, mejoró un poco con las vacunas, pero volvió a subir y ahora está aumentando con la inflación.

¿Puede el capitalismo escapar de esto?

Sigo pensando que lo más relevante es que entendamos que la única forma que el capitalismo se recupere es restaurando su rentabilidad, pero, como sabemos, el capitalismo vive periódicamente ciclos de auge y caídas.

Para restaurar su rentabilidad el sistema destruye todo el viejo capital, un capital que ya no es ni rentable ni productivo, en otras palabras, las empresas con equipos obsoletos y con trabajadores que cuestan demasiado deben morir.

Entonces, la receta del capitalismo es: Deshagámonos de esto, terminemos con las empresas más débiles, liquidémoslas, dejemos que surjan las empresas más fuertes, más aptas y más rentables. Es como si tú que si eres jardinero decides arrancar todas las viejas plantas para permitir que crezcan las nuevas.

Destrucción “creativa”

Al crecer de nuevo el capital logra lo que los políticos liberales llaman “una economía sana”. Pero, la destrucción significa algo muy terrible para la población: la gente perderá sus trabajos, incluso, en estos momentos que la crisis no se ha desatado, hay bajo desempleo en muchos de los países del capitalista avanzado.

En la vida laboral de un trabajador (que trabaja unos 40 años) lo más que probable es que haya estado desempleado unas dos o tres veces y cada vez que está desempleado tiene que empezar de nuevo, ha recibido un fuerte golpe a sus ingresos, a su futuro y su prosperidad.

La solución para los graves problemas del capitalismo es lo que sus teóricos llaman “destrucción creativa”. Esta idea explica la razón porqué millones de personas se quedan sin trabajo. Ahora, si estás en edades posteriores a los 50 o 60, es posible que nunca vuelvas a trabajar y tengas que depender del dinero de una pobre pensión.

La llamada destrucción creativa no es un mecanismo que favorezca a los trabajadores, es un mecanismo para salvar a los capitalistas a expensas de los trabajadores. La practican cerrando o haciendo fusiones de fábricas, vendiendo activos, despidiendo a los trabajadores. Una recesión tiene como propósito último crear rentabilidad y esto es lo que hacen las recesiones, crean una nueva situación para el capitalismo.

Todo esto lo pagamos la gente común. De esto están hablando cuando pronostican que existe una oportunidad para el capitalismo en la próxima década. Una gran depresión, podemos concluir, es la única forma en que el capitalismo podría obtener una nueva oportunidad de vida.

Una serie de recesiones, una depresión muy grande (como la depresión de la década de 1930) o una guerra importante será en la práctica una gran ayuda para el capitalismo.

Con las crisis, la expansión del gasto militar y las guerras, el sistema capitalista puede destruir físicamente los viejos activos y reducir los costos del trabajo, de esta manera el capital podría volver a vivir sobre una nueva base productiva.

Después de la segunda guerra mundial había millones de trabajadores sin trabajo, en Europa. Lo que sucedió a continuación fue que los capitalistas volvieron a reiniciar la actividad de sus empresas con trabajadores realmente muy baratos y empleando la última tecnología, por tanto, la rentabilidad del capital invertido en Europa se disparó hacia arriba.

Pero ¿este escenario es una solución para los problemas de la humanidad? ¿Queremos que atraviese una gran guerra o una serie de recesiones como las de finales del siglo XIX? Esta es la perspectiva. Así es como el capitalismo escapa de su depresión, produciendo este tipo de situaciones brutales para la mayoría de las personas. Ahora en el siglo XXI hay que consideran otro punto muy importante.

La robotización de la producción

Veamos. Si los capitalistas pueden reemplazar trabajadores caros con una máquina realice el trabajo de esas personas, entonces están en posición de expandir la productividad del trabajo, al menos por un período de tiempo, antes que la ley de la rentabilidad comience a operar nuevamente.

Por tanto, la introducción de robots para reemplazar a los humanos – que es una de las características de la inteligencia artificial – tiene como objetivo sacar al capitalismo de su actual crisis. El economista liberal Robert Follow ha escrito un trabajo que afirma que para aumentar la productividad se deben construir robots con inteligencia artificial.

Sin embargo, cuando miro los datos, nada de esta propuesta funciona en la realidad. En otras palabras, no hay nada de fondo que pueda superar la crisis subyacente.

Hasta el momento no se ha logrado nada importante con los robots, con la automatización y con Internet.

En realidad, todas estas nuevas tecnologías han permitido que el capitalismo salga de su crisis momentáneamente. Pero, si se observa el gráfico se puede ver que ya estamos en una posición de declive.

Al final de esta década habrá más robots que personas trabajando en las empresas capitalistas, pero, hay una cosa que nos alegra saber: los robots tienen una vida útil de sólo unos once años.

Nosotros tenemos una vida laboral de unos 40 años. Así que, aunque los robots sean más tienen que ser reemplazados mucho más rápido que los trabajadores, por lo que todavía hay esperanza para todos nosotros, las personas humanas. No seremos reemplazados fácilmente por un montón de chatarra.

El otro aspecto que permitiría al capitalismo salir de su crisis es expandiéndose a áreas donde todavía hay mucha mano de obra barata. Solo daré un ejemplo: África es el área de más rápido crecimiento en términos de población. Un país como Nigeria tiene 300 millones de personas, y al final de un par de décadas podrá llegar a tener cerca de 700 millones

Hay un crecimiento masivo de la población y esto es una gran cantidad de mano de obra barata que estará disponible para que los capitalistas pueden explotar en Nigeria o en otros países de África. Esta ha sido, obviamente, la forma tradicional en la que el capitalismo ha continuado reviviendo, lo ha hecho extendiendo sus tentáculos por todo el mundo para usar la mano de obra barata. En el pasado ejemplo de ello ha sido la explotación de América Latina, la India y China.

Entonces estas son las posibles vías de escape del capitalismo. Sin embargo, en este momento parece ser cada vez más difícil que se puedan aplicar estas fórmulas para salir de la crisis en la que se encuentra el capitalismo. Así que permítanme resumir esta breve explicación sobre sus contradicciones

En los próximos 20 años o más, un desafío clave será el cambio climático, el calentamiento global, es un grave problema que el capitalismo no puede enfrentar. El sistema no está cumpliendo con ninguno de los compromisos para evitar el cambio climático.

Se han fijado objetivos en múltiples reuniones mundiales y la producción de combustibles fósiles es cada vez mayor. La producción de carbón ha aumentado este año, la producción de petróleo aumentará este año, las emisiones no se están reduciendo en absoluto.

En los próximos 20 a 30 años, si no menos, el mundo estará amenazado con inundaciones, sequías y otros problemas que amenazan el futuro de la raza humana y del planeta, a menos que se haga algo, Incluso si el capitalismo sale de esta crisis económica, el mundo se enfrentara a una crisis existencial en relación con el planeta.

Por otra parte, se han desarrollado enormes desigualdades de riqueza e ingresos que están creando ingentes tensiones sociales. La desigualdad de ingresos y riqueza a nivel mundial ha alcanzado un nivel que no hemos visto en 150 años.

Cualquier país, España, Brasil o Colombia tiene elecciones cifras de desigualdad tremendas. Las cifras de desigualdad de cada país son la expresión del monumental fracaso del sistema.

Recomiendo mirar con atención este drama. Es asombroso el nivel de aumento de la desigualdad y en los ingresos en todos estos países.

Más preocupante aún es la brecha entre los países uy ricos países del llamado norte global y la mayoría de los países del sur global, entre estas regiones la brecha se está ampliando, las desigualdades están aumentando. Si esto continúa solo pueden significar un desastre para millones de personas y este es quizás el punto más importante en términos de la crisis del sistema capitalista.

Como hemos visto, el aumento de la productividad para proporcionar cosas que la gente necesita no se está ocurriendo, no se está creciendo al nivel de lo necesario. Hoy el crecimiento de la productividad es muy débil y no se puede satisfacer nuestras necesidades y esto se debe a que, como vimos al comienzo, la rentabilidad está continuamente con tendencia a la baja los capitalistas reducen la inversión y la productividad no crecerá.

Todos estos factores amenazan el futuro del capitalismo, el sistema no para satisfacer las necesidades de las personas.

En particular esto pasa con Estados Unidos que no tiene capacidad para mantener una posición hegemónica fuerte. Por eso estamos viendo el aumento de las tensiones geopolíticas en todo el mundo, como con la guerra que tiene lugar en Ucrania.

Ucrania es ahora un peón, por un lado, están los intereses de las economías capitalistas europeas y Estados Unidos y por otro lado los intereses geopolíticos de los rusos

Ambos desean tener control sobre Ucrania tanto por sus recursos como la ubicación del país que puede proporcionar una conexión entre este y oeste. Es una guerra que puede que dure mucho tiempo, pero en el futuro el gran peligro es que tendremos conflictos similares en Asia entre los Estados Unidos y China, probablemente por Taiwán.

El comercio y la producción de China han crecido dramáticamente y amenaza económicamente la posición de los Estados Unidos. Es la primera vez que ocurre algo así en los últimos 70 años. Incluso en finanzas y tecnología China progresa más que los EE.UU. El peligro es real porque podría haber otro evento militar importante en los próximos cinco a diez años en Asia.

Estas contradicciones surgen cuando se amenaza la existencia del capitalismo. Y ahora el capitalismo también está amenazando la existencia del planeta. El sistema del capital no está satisfaciendo las necesidades de la gente.

Necesitamos, cada vez con mayor urgencia, reemplazar este modo de producción que está desactualizado Su fecha de caducidad ya ha pasado y es hora de buscar una forma diferente de organizar nuestro mundo.

Necesitamos un mundo que satisfaga las necesidades sociales a través de la planificación cooperativa, un plan para enfrentar la pobreza, las desigualdades, las insuficiencias relacionadas con el cambio climático, Todos estos problemas deben abordarse y el capitalismo no los puede abordar. Es hora de que acabemos con este sistema.

En muchos sentidos, la pandemia ha expuesto las estas fallas del capitalismo. Nuestros sistemas de salud no nos protegen, nuestras farmacéuticas no nos protegen, todos esos patógenos peligrosos se están extendiendo por toda la humanidad y no se ha hecho nada para protegernos porque el capital no está interesado en proteger a la humanidad, está interesado en seguir obteniendo ganancias para un pequeño grupo de personas.

El impulso rapaz por las ganancias ha sido puesto en evidencia por la pandemia y todavía no se resuelve nada porque nos enfrentamos a la perspectiva de más pandemias.

China, otro sistema

Es preciso detenerse en un país como China donde la pobreza se erradicó. Respecto de este “milagro” hay un gran debate, pero ese es otro tema. De ahí la importancia de reflexionar ¿por qué y cómo China logró hacerlo de una manera tan diferente al resto del mundo?

En China no se permite el ánimo de lucro como en las economías capitalistas. Su economía que tiene un gran sector estatal, está bajo la dirección del gobierno y les dice a las empresas capitalistas qué hacer.

Hay un enfoque completamente diferente sobre cómo expandir la economía, al menos hasta ahora. Hay un conflicto permanente entre el sector capital y el sector estatal, no se ha acabado la lucha de clases. Pero el gobierno de China ha sacado de la pobreza a 80 millones de personas. ¿Lo ha hecho India? No ha hecho nada para terminar con la pobreza, y estos dos países fueron igualmente pobres hace 40 años. China ha cambiado dramáticamente, la India apenas se ha movido.

Este es el gran tema. La gente tiene que pensar acerca de cómo cambiamos el mundo y organizamos nuestra producción e inversión para satisfacer las necesidades de las grandes mayorías. Y luego creo que creo que está el problema de la conciencia política de la gente.

En los países europeos hay mucho dinero para la guerra, también tienen mucho dinero para rescatar empresas cuando quiebran, sí, hay mucho dinero para eso, pero no lo hay para los sistemas de salud. Esto es el resultado de 25 años de políticas neoliberales, de recortes en los servicios públicos, no solo en salud, también en educación, transporte, vivienda. Es un tema de elección política. Algunos sostienen que es difícil de aumentar la conciencia de los trabajadores por eso hago campaña sobre ese tipo de temas para que la gente entiende con facilidad, pero este es un aspecto de debate político. No sé las respuestas, pero estoy seguro de que hay que luchar por cambiar esto, por cambiar el sistema capitalista.