Consenso de Brasilia: 10 puntos esenciales para concretar integración suramericana

Foto oficial del cierre de la Cumbre de Presidentes de América del Sur, realizada en Brasilia el 30 de mayo de 2023.

CRONICÓN.NET /

Gracias al liderazgo del mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, la Cumbre de Presidentes de América del Sur que se realizó este 30 de mayo logró concretar una agenda de diez puntos por parte de los representantes de las doce naciones participantes, los cuales si hay la suficiente voluntad política superando las normales diferencias de tipo ideológico, constituye el punto de partida para reactivar la integración regional.

El llamado Consenso de Brasilia determinó una agenda de acciones que permitan avanzar en temas comunes para el desarrollo de la subregión que abarcan desde finanzas, hasta crisis climática, pasando por otros asuntos de prioridad como salud, sostenibilidad energética, formación de profesionales, desarrollo y defensa, entre otros temas claves.

La primera propuesta en la que se logró consenso es la necesidad de poner el ahorro regional al servicio del desarrollo económico y social, para lo cual se pueden movilizar bancos de desarrollo como CAF, Fonplata, Banco do Sul y BNDES. Es un primer paso que permitirá profundizar la identidad suramericana en el ámbito monetario a través de mecanismos de compensación más eficientes, y la creación de una unidad de referencia común para el comercio, en aras de reducir la dependencia a monedas extrarregionales.

En materia de comercio se analizó la posibilidad de implementar iniciativas de convergencia regulatoria, y simplificar la burocracia para exportar e importar bienes, además de ampliar los mecanismos de cooperación de última generación, como servicios, inversiones, comercio electrónico y política de competencia.

Otro punto fue actualizar la cartera de proyectos del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planificación (Cosiplan), para reforzar la multimodalidad y priorizar proyectos de alto impacto hacia la integración física y digital, sobre todo en las regiones fronterizas.

Otro puntos clave para avanzar en la integración tienen que ver con acciones conjuntas para enfrentar la crisis climático  así como la reactivación del Instituto Suramericano de Gobierno en Salud, con medidas para ampliar la cobertura de vacunación, fortalecer el complejo industrial en materia sanitaria y ampliar los servicios a las poblaciones necesitadas y los pueblos indígenas.

Se abordó igualmente la posibilidad de crear un mercado energético suramericano capaz de asegurar el abastecimiento y uso eficiente de los recursos regionales en ese sector, y garantizar la estabilidad jurídica, los precios justos y la sostenibilidad social y ambiental.

A partir del ejemplo de la Unión Europea, se planteó también estudiar la factibilidad de crear un programa de movilidad regional para estudiantes, investigadores y profesores de educación superior.

En materia de defensa quedó sobre el tapete activar la colaboración de las naciones suramericanas para dotar a la región de mayor capacidad de educación y formación marcial, intercambio de experiencias y conocimientos en materia de industria militar, doctrina y políticas del sector.

Con el propósito de avanzar en esta agenda, se estableció un grupo de contacto, encabezado por los Cancilleres de las 12 naciones, para evaluar las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y elaborar una propuesta de hoja de ruta para la integración de América del Sur, que deberá ser sometida a la consideración de los jefes de Estado en próximos encuentros.

A la cumbre asistieron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Ecuador, Guillermo Lasso; Guyana, Irfaan Ali; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Surinam, Chan Santokhi; Uruguay, Luis Lacalle Pou, y Venezuela, Nicolás Maduro. Perú estuvo representado por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.

La cumbre suramericana transcurrió en el Palacio de Itimarati, sede de la cancillería brasileña, en un clima de entendimiento y diálogo franco, más allá de diferencias ideológicas y culturales. Sirvió además de espacio para realizar intercambios bilaterales entre mandatarios, en algunos casos por vez primera.

«Necesitamos aprender a convivir en pluralidad para fortalecer la democracia», puntualizó el presidente Lula da Silva, al término del encuentro.