¿Banca de los pobres, o especulación bancaria?

POR OCTAVIO QUINTERO

Pensar y decir dos cosas diferentes, no es solo propio de políticos demagogos o populistas. El sector financiero sí que sabe de eso: su publicidad es engañosa; todos dicen tener las tasas activas más bajas del mercado y las pasivas más altas; todos tienen los mejores planes financieros a los clientes, bien en préstamos de consumo o de inversión. Pero –y el, pero, es largo—viene el despiece del plan: las tasas activas varían según el monto del préstamo, el tiempo de amortización o el cliente; si son intereses anticipados o vencidos; y, ni hablemos si el cliente deja ir a cobro jurídico un crédito: es otro inframundo financiero del que salir, cuesta plata, amigos y vidas.

Dentro de las tantas modalidades, existe la que llaman “microcrédito”, montos reducidos que canalizan a proyectos en marcha o a mejorar la producción de microempresas, ya sea mediante inversión en activos fijos, en capital de trabajo u otros. También existen para negocios que necesitan fortalecerse, como tiendas o diseñados específicamente para mujeres, mediante los cuales se busca dar empoderamiento y avance a las comunidades menos favorecidas. En algunos casos los microcréditos tienen la posibilidad de convertirse en créditos personales o para la remodelación del hogar. Este tipo de préstamos ha tomado especial relevancia, ya que representa un importante mecanismo de apalancamiento empresarial.

El sector financiero importa a Colombia el concepto de ‘banca de los pobres’, copiado del Grameen Bank de Bangladesh, India, una institución que se caracteriza por otorgar pequeños créditos​ a personas de clase baja, sin pedir una garantía a cambio.

Pues, bien, en Colombia son los más caros, porque la lógica del sector financiero es al revés: las tasas de interés son directamente proporcionales al riesgo: mientras más alto el riesgo, más alta la tasa. ¿Y quiénes son los que ofrecen mayor riesgo?, los pobres, ya como personales naturales o pequeñas y medianas empresas, si son personales jurídicas o informales.

Conclusión, un crédito con filosofía de ayuda a la inclusión financiera, termina sacando del sistema a unos, y a otros, lanzándolos a la inopia; y a los pocos que logran sobrevivir, trabajando para pagar la deuda, y algo más que les quede para comer.

Tasas de interés

La Superintendencia Financiera (Superfinanciera) colombiana acaba de expedir la resolución de rutina (No. 1768) fijando para enero de este año la tasa máxima de interés bancario que sale de multiplicar la tasa efectiva anual, 18,77% por 1,5 veces, = 28,16, a partir de la cual se considera la usura. Este monto viene a ser más de 7 veces la tasa de inflación anualizada, algo que pone a Colombia al tope de los países del mundo con el más alto crédito bancario en préstamos corrientes.

Pero, ahí no para el asombro. Los llamados microcréditos, supuestamente diseñados para ayudar a las personas de menores recursos y a las famiempresas, tienen otra modalidad, también certificada por la Superfinanciera. Para estos pobres, la tasa corriente de crédito bancario para el primer trimestre del año es de 36,53%, la que multiplicada por el factor 1,5 veces, arroja una impresionante tasa máxima de 54,80%, casi 14 veces por encima de la inflación anualizada.

Como las nuevas tasas comportan una leve reducción en comparación a las últimas vigentes, el comunicado de la Superfinanciera marca el énfasis en esa reducción, mostrando un ‘esfuerzo’ muy valioso del gobierno y la banca en favor de los clientes.

¿Qué persona o negocio puede sobrevivir honradamente a una tasa de interés corriente de 14 veces por encima de la inflación, en el caso de lo microcréditos; o de 7 veces en los préstamos corrientes?

Por eso es por lo que, en el listado de los bancos en materia de tasas de interésm suben al podio tres entidades de nombres emblemáticos y de tasas de usura:

Bancamía,                      28.37%

Mundo Mujer,                  28.33 %

Giros & Finanzas,            28.20 %

Bancamía opera en poblaciones medias y bajas y atrae a campesinos y famiempresas que poco o nada entienden de finanzas; Mundo Mujer es una explotación indebida del ícono feminista que busca empoderar a la mujer cabeza de familia que termina arruinadas y Giros &Finanzas se queda con buena parte de los dineros que envían a sus familias para su sostenimiento los trabajadores en el exterior.

Un favor que se les puede hacer de inmediato a las personas que pasen por estas líneas es que no asuman compromisos crediticios con estas entidades bancarias y, ayudar a divulgar esta denuncia que se soporta en información de la Superfinanciera para ampliar la cobertura a ver si la indignación crece y, algún día, el gobierno y el congreso deciden jugar del lado de los clientes del inhumano sector financiero.

@oquinteroefe