A propósito de la década del pontificado del papa Francisco: la decadencia del milenario aparato político con fachada de religión

Jorge Mario Bergoglio, elegido sumo pontífice el 13 de marzo de 2013, tomando como denominación papa Francisco.

CRONICÓN.NET /

Con ocasión el pasado 13 de marzo de los diez años de pontificado del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio (1936), quien optó por llamarse Francisco, un columnista del conservador diario estadounidense The New York Times, Ross Douthat, publica una interesante nota de opinión en la que no solo hace un balance de la gestión del “infalible” sucesor de Pedro al frente de los destinos del Estado Vaticano en este lapso sino que además puntualiza los factores que han llevado a la decadencia de ese milenario aparato político con fachada religiosa que es la Iglesia católica.

Por su parte, un paisano de Bergoglio que se precia de conocerlo muy bien, el periodista Horacio Verbitsky, presentó en el portal web que dirige, El Cohete a la Luna, un libro de libre acceso que lleva por título Los fantasmas del papa Francisco.

El declive                          

Douthat en su columna de prensa tras señalar los normales enfrentamientos internos por ambiciones de poder en el Vaticano y cómo algunos de ellos los ha enfrentado el papa Francisco, precisa también varios factores que han ocasionado el declive de esta organización religiosa como la vertiginosa caída de fieles al dogma de fe que  manipula a su amaño ese aparato perverso y corrupto dominado Iglesia católica.

Agrega que dicho aparato de alienación que por más de dos mil años ha manipulado al mundo, afronta también una caída acelerada en el número de hombres que estudian para el sacerdocio, que alcanzó su punto máximo alrededor del comienzo del pontificado de Francisco… O el panorama financiero sombrío, tan malo como para que el Vaticano les cobre rentas más elevadas a los cardenales para compensar años de déficit”. Y eso que hay múltiples investigaciones que dan cuenta de que el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como Banco Vaticano, es una de las instituciones financieras que más lava dinero mal habido en Europa.

A la disminución de vocaciones sacerdotales y la baja en la rentabilidad del negocio consistente en el engaño a través de la fe, está el desprestigio por las crecientes listas que cada vez salen a la luz de clérigos acusados de abusos sexuales, como la pederastia, una práctica que es muy común al interior de esta Iglesia.

Durante los diez años de este papado, anota Douthat, no es que Bergoglio haya aportado muchos cambios concretos al ala progresista de la Iglesia, sino que ha reculado en repetidas ocasiones: retrocediendo en la ambigüedad sobre la comunión para los divorciados y vueltos a casar, dando un paso atrás cuando parecía que iba a permitir nuevos experimentos con sacerdotes casados, permitiendo a su oficina de doctrina declarar la imposibilidad de las bendiciones para parejas del mismo sexo que muchos obispos europeos desean autorizar”. Esa condescendencia política del Papa con los sectores ultraconservadores católicos, añade, ha creado tanto decepción por las expectativas no cumplidas como un impulso constante de ir tan lejos como sea posible, incluso hacia el protestantismo liberal que sobre todo parece buscar la Iglesia alemana, en la teoría de que hay que forzar a Francisco a aceptar los cambios que siempre está contemplando pero que nunca acaba de materializar”.

El columnista estadounidense precisa que a la profunda crisis interna de esta organización religiosa que le dio identidad convirtiéndola en la fe oficial del imperio romano, el emperador Constantino en el año 313, se debe agregar el hecho de que el cardenal argentino “ha multiplicado sin necesidad las controversias y exacerbado las divisiones en aras de una agenda que todavía puede parecer vaga y sus decisiones en cada momento han parecido diseñadas para crear la mayor alienación posible entre las facciones de la Iglesia, el mayor torbellino imaginable”.

Se puede colegir de la nota publicada por el New York Times que así como Estados Unidos comenzó su declive como potencia mundial, la Iglesia católica también afronta su decadencia y cada día son menos quienes creen sus infundios e impresentables dogmas religiosos, aunque la figura del Papa que tiene una significación política como supuesto jefe de Estado de una ficción de poder como es la Santa Sede, sigue manteniendo influencia sobre todo en los países del denominado Tercer Mundo.

El cuestionado pasado de Bergoglio

Por su parte, Verbitsky en su revelador libro además de traer a colación los resultados de su prolija investigación respecto de la censurable conducta de colaboración de Bergoglio con la genocida dictadura cívico-militar de 1976 cuando fue provincial de los jesuitas en Argentina, devela la vocación política de este clérigo y sus ansias de poder, desde sus años mozos.

El trabajo bibliográfico del director de El Cohete a la Luna explica de manera detallada el tema de la traición de Bergoglio a sus compañeros sacerdotes Orlando Yorio y Franz Jaliks a quienes señaló como ‘rojos’ y entregó a esbirros de la dictadura para que fueran secuestrados y torturados. Obviamente este es uno de los temas que le es muy incómodo al papa Francisco y ha tratado de ‘lavar’ ese reprobable hecho que le atormenta de su pasado.

Verbitsky también trae a colación las revelaciones que hizo el filósofo, consultor político y columnista de medios populares de prensa, Omar Bello, quien durante tres décadas presidió algunas de las mayores agencias argentinas de publicidad, y que en su concepto, escribió el mejor perfil psicológico de Bergoglio, en el libro El verdadero Francisco (Ediciones Noticias, Buenos Aires, 2013). Es curioso que luego de publicar su obra, Bello se haya accidentado y resultado muerto en un sospechoso percance automovilístico de carretera.

Entre las revelaciones que se cuentan está que Bergoglio hizo todo lo posible para llegar al papado.

“En los últimos días hizo un circo. Que estaba cansado, que no quería viajar, que encima le dijeron que no podía faltar a la despedida de Benedicto. Me decía eso, y yo sabía que hablaba con medio mundo y operaba a lo loco. Ese es Jorge”. Y sintetiza Bello en su relato: “Tenía un plan que se olía en el ambiente”.

Tanto Verbitsky como Bello coinciden en que Jorge Mario Bergoglio se ha caracterizado en su trato personal por ser una gran manipulador que despliega una seducción que logra confundir a sus interlocutores.

En las manos de este oscuro personaje que denota bonhomía y deja entrever hipócritamente que asume posturas ‘progres’ está el presente e inmediato futuro de ese aparato retrógrado, corrupto, manipulador y mafioso que conocemos como Iglesia católica.

Descargar el libro de Verbitsky en PDF

Para acceder al libro de autoría de Horacio Verbitsky en archivo PDF, ingresar al siguiente enlace:

Los fantasmas del papa Francisco