"LA CONSTITUCIÓN NO DEJA GOBERNAR AL PAÍS": SAMPER

Por
Alberto Velásquez Martínez
Sergio Fajardo Valderrama


Con su inocultable euforia, el ex presidente Ernesto Samper recibió a EL COLOMBIANO. La simpatía es una de sus características, que no perdió ni en los más duros momentos durante el proceso 8.000. Su sentido del humor fue la coraza para enfrentar las más crueles arremetidas de sus contradictores y acusadores en sus cuatro años de ejercicio de poder.

Cuando llegamos, estaba rodeado de su "estado mayor". A su alrededor, el ex presidente Carlos Lemos, los senadores Amilkar Acosta y Juan Fernando Cristo, la ex ministra Mónica de Greiff y su ex secretario general, José Antonio Vargas Lleras. Vaciaron sus copas con las últimas gotas del licor que restaban y abandonaron el reservado del Gun Club, para que nosotros entráramos a dialogar sobre diversos aspectos de la política y la economía colombiana. Samper fumaba un puro "Coiba" y echaba bocanadas de humo a medida que respondía a las preguntas.

Desde el final del Frente Nacional van cinco presidentes liberales, ¿Qué responsabilidad tiene el Partido Liberal en la crisis que vive Colombia?

"La que le corresponde como parte de la clase dirigente de Colombia. La responsabilidad de lo que ha sucedido en este país tiene que ver fundamentalmente con la clase dirigente y esa clase dirigente no solamente está en los partidos, está en los clubes sociales, en muchas empresas, en los gremios, en los sectores intelectuales. La verdad es que hay factores estructurales por dentro de la crisis, como las desigualdades sociales, la complicidad que tuvimos con el narcotráfico durante los muchísimos años que nos acostamos con él, la forma cómo hemos entendido el funcionamiento de las propias instituciones. Todos esos son factores que dan un cuadro en el cual la responsabilidad es de la clase dirigente, y sería un error histórico que ahora divorciáramos la responsabilidad de la clase dirigente de la del Partido Liberal".

¿Por qué entonces el Partido Liberal puede ser protagonista en la solución de esa crisis nacional en la cual tiene una responsabilidad tan alta?

"Porque de cierta manera el Partido Liberal es como la caldera en la cual se cocinan todas las contradicciones. El Partido Liberal no es una unidad monolítica. El Partido Liberal es una conciencia colectiva alrededor de ciertos principios y valores que se expresa de una manera absolutamente esporádica. Esa conciencia existe, está ahí todavía".
Serpa arrancó la campaña diciendo que iba a acabar con el neoliberalismo, pero el neoliberalismo en Colombia llegó de la mano de los liberales, Virgilio Barco, César Gaviria, y todavía se discute si Samper fue neoliberal o no. Entonces, ¿cuál es la socialdemocracia de la que se está hablando?

"Serpa está planteando una contradicción con la cual venimos coexistiendo los liberales desde hace varios años: la existencia dentro del Partido de dos maneras de pensar alrededor de cómo manejar la economía de este país. Una es la neoliberal, menos intervención del Estado, más juego a la iniciativa privada, dejando que el mercado regule las condiciones, incluso las de convivencia. El neoliberalismo es una forma de entender la política de manera autoritaria, que acabó con conceptos como el del servicio público. Por eso hay ministros como algunos de este gobierno, que llegan al gobierno a hacer negocios, porque ellos entienden que el mundo de los negocios no tiene fronteras entre el sector público y el privado. Así entendido, el neoliberalismo tiene unos contradictores dentro del mismo Partido Liberal que no estamos de acuerdo con que esa sea la concepción. Esas diferencias no se pueden conciliar dentro del Partido sin sacrificar la vocación de poder del Partido, pues es mejor que se confronten los modelos para que los liberales decidan si quieren el modelo social o si quieren el modelo neoliberal".

Alvaro Uribe habla de Estado comunitario, ¿Qué sentido tiene?

"No conozco en detalle cuál es la plataforma de Alvaro. Tiene una base social importante. Yo no lo vería militando dentro de una corriente neoliberal, pero no desconozco que pueda haber sectores neoliberales que puedan tratar de apropiarse de su campaña".

A Pastrana se le ha criticado por decir que estaba negociando en medio del conflicto, pero esa política viene desde Samper.

"De acuerdo. Y decíamos: si uno pone como condición para negociar el final del conflicto y que se acabe el conflicto pues ya está hecha la peor parte. Pero también decíamos que esa negociación tiene que tener un calendario, un cronograma, unas garantías y una verificación. ¿Qué faltó aquí? No hubo ni verificación, no hubo cronograma y no hubo garantías".

¿Por qué cree que las Farc nunca accedieron a entrar en una negociación con Samper? Además, siempre se ha dicho que no pueden ver a Serpa. Hay alguna razón para esa supuesta enemistad o animadversión entre las Farc y el proyecto político Samper-Serpa?

"En mi caso concreto pienso que las Farc jugaron a la teoría de la desestabilización general cuando vieron que existía la posibilidad de que el Gobierno se cayera y de que esa situación interina llevara a una desestabilización institucional que les sirviera en su escenario de guerra. Respecto a la segunda parte, caben muchas especulaciones, el resentimiento de Marulanda como liberal por la forma como fue tratado hace 50 años cuando existía la confrontación dentro del Partido Liberal que llegó a sacarlo de su zona y de su tierra. La pretensión de las Farc de ocupar el espacio del Partido Liberal en la representación de intereses populares. Las Farc se han confrontado políticamente a nivel local con liberales más que con conservadores, y la última podría ser las diferencias de carácter personal entre Alvaro Leyva y Serpa y por supuesto, las de Serpa son heredadas de mí. Puede ser algunas de las tres, o como dicen las encuestas: todas las anteriores".

Hay una cosa preocupante que es la parte de la economía. El crecimiento el año pasado del PIB fue el 1.2%, y como van las cosas, nos puede venir una guerra en donde el crecimiento puede ser negativo. ¿Qué piensa del manejo económico de Pastrana?

"Podríamos estar creciendo a nivel de otros países, muy por encima del 1.5% si no hubiéramos cometido tres errores de fondo: el primero, haber incendiado el mercado cambiario. Cuando en la primera vuelta ganó Serpa, hubo sectores antioqueños que se dedicaron a jugar como en un casino contra el peso colombiano para disparar la tasa del dólar y demostrar así que si llegaba Serpa se produciría una crisis cambiaria. El segundo, toda la cascada tributaria que lo que hizo fue prácticamente acabar de frenar la economía, y el tercero, la revocatoria del Congreso que puso en entredicho internacionalmente la inversión extranjera de poder venir a Colombia. Son tres cosas que justifican esa situación en que nos encontramos".

¿Qué han dicho en concreto los candidatos en materia económica?

"Los hechos de la violencia desbordaron el proceso electoral. Si no se hubiera terminado el proceso de paz, en este momento el presidente de Colombia lo estuvieran eligiendo entre Marulanda y Castaño. La responsabilidad histórica de los candidatos, ya descagüanizado el proceso electoral, es comenzar a hablarle a los electores sobre la política social, las alternativas sociales, la reactivación económica, los temas que a la gente le llegan".

En una encuesta que hizo EL COLOMBIANO hace unos días, aparece que un 66% de los jóvenes entrevistados dice que su gran temor es que cuando salgan de la universidad no tengan empleo y un 35 ó 40% de estudiantes dicen que es la violencia, o sea que le tienen más temor al desempleo que a la propia violencia.

"En eso tienen una gran responsabilidad los medios de comunicación porque la verdad es que cuando uno mira los noticieros son noticieros de guerra y goles. Me parece que una contribución de los medios es comenzar a transmitir otro tipo de mensajes: aquí están ocurriendo cosas sociales buenas o malas, cosas económicas buenas o malas, pero la verdad es que si uno mira los noticieros, lo único que le deja a uno un respiro son las secciones de los chismes y el fútbol. Yo no quisiera que la imagen que tengan mis hijos de lo que son los protagonistas del país que les tocó vivir, sean guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares. Es la idea que tienen ellos. Aquí se acabaron los ídolos, los ídolos buenos".

Hablemos de la Reforma del Estado. Siempre se ha dicho que en Colombia no existe el Estado real y social de derecho, y que con la actual estructura del Estado puede llegar el presidente que sea y no podrá hacer absolutamente nada. Entonces la gente se pregunta ¿cuál debe ser el modelo de Estado, y el camino para modelarlo?

"Alguien que no recuerdo, decía que una Constitución es el acuerdo que hacen los ciudadanos de un país sobre aquello que no se debe volver a reformar nunca. Eso fue lo que nos hizo en la Constitución del 91. La Constitución del 91 volvió ingobernable este país. Y lo digo con la autoridad que me da el haber sido el primer presidente que tuvo que gobernar los cuatro años con la Constitución del año 91. La estructura institucional del Estado que estableció la Constitución del 91 no permite gobernar este país. Hay muchos ejemplos: el Presidente de la República tiene la responsabilidad de la situación económica, pero la maneja la junta directiva, autónoma, del Banco de la República. Yo no creo que este país salga adelante con ese régimen de responsabilidad política. Buena parte de los problemas de gobernabilidad que hemos visto en América Latina es que no hay mecanismos constitucionales para resolver las crisis de gobernabilidad".

Con respecto a la reforma política, todo el mundo está hablando de ella. ¿Si la cree necesaria y qué propondría?

"Toda la reforma política confluye a mi juicio a un solo punto y es: cómo volvemos a tener partidos en Colombia. Pero no partidos en el sentido de una razón social, sino partidos como actores de los procesos políticos y sociales. El tema de fondo en la crisis política es cómo establecemos en Colombia un nuevo régimen de responsabilidad política, lo cual supone que vuelva a haber partidos, que esos partidos sean disciplinados, que actúen coordinadamente en el Congreso".

Una pregunta de carácter histórico. Las Convivir fueron creadas en el Gobierno de Ernesto Samper. Fernando Botero, como Ministro de Defensa, fue quien les dio vida legal. ¿Qué piensa de las Convivir?

"No hay Gobierno que pueda negarse a darle protección a sus ciudadanos. La filosofía implícita de las Convivir, es que si los ciudadanos querían organizarse para defender sus bienes, su vida, su honra, era mejor que tuvieran la protección, la orientación y la vigilancia del Estado y no que se organizaran de manera irregular. Así lo estableció la Corte Constitucional cuando avaló la constitucionalidad de las Convivir. Ahora bien, una cosa es que la gente compre una tranca para defender la puerta de su casa y otra cosa es que coja la tranca y salgan a pegarle al que está al frente".

¿Por qué en los momentos más agudos de la crisis, Samper no salió en la televisión y dijo algo como: "Colombianos, evidentemente a mi campaña entró plata del narcotráfico, y ese es un atentado contra la democracia. No fue con mi consentimiento. Es doloroso para nosotros, y para mí en particular, pero es parte de una realidad que hemos vivido en este país, que no podemos seguir ocultando. Yo he asumido frontalmente la lucha contra el narcotráfico, consciente de todos estas situaciones. Estoy dispuesto a que a través de un plebiscito, ustedes decidan si yo me quedo o me voy. He actuado con mi conciencia y les ofrezco disculpas y mi decisión de continuar esta lucha frontal"?

"Ya señalé que uno de los problemas que tiene las estructura política de Colombia es que no hay mecanismos para resolver institucionalmente las crisis. El mecanismo del plebiscito por supuesto que no solamente lo considere, sino que lo lancé y el diseño lo hizo Rodrigo Pardo. Los que se opusieron al mecanismo del plebiscito, liderados por César Gaviria, fueron los que estaban interesados en tumbarme de facto. Yo hubiera sido la persona más contenta de irme con una decisión de la gente diciendo, efectivamente usted la embarró, váyase. Yo estoy seguro que yo hubiera ganado el plebiscito, porque lo que más tristeza me da a mí es que los medios impidieron que se hiciera de verdad una reflexión como la que se hizo en su momento en Italia sobre cuales fueron los costos de haber convivido con la droga durante quince o veinte años. Ahora, la primera afirmación no estaba en condiciones de hacerla, porque nosotros realmente vinimos a saber qué había pasado con la campaña cuando Botero me echó los perros y comenzamos a reconstruir una por una las piezas de contabilidad de la campaña para presentarlas a la comisión de acusaciones, ahí fue cuando comenzó a aparecer que lo que había existido era una apropiación por parte de Medina y de Botero de los dineros de la campaña, como un favor absolutamente diabólico. Ellos cogían la plata que se conseguían en Nueva York, la dejaban en Nueva York, traían algo para simular de que estaban entrando ese dinero y seguramente estaban metiendo el dinero del cartel, que aparecía ante nosotros como si estuvieran ingresando el dinero que nos estaba consiguiendo Santodomingo en Nueva York.
Esa era la realidad, y eso es lo que se ha demostrado ahora con el llamamiento a juicio a Botero por el robo en la campaña. Si yo no sabía qué había pasado en la campaña, como podía reconocer algo de lo cual yo no tenía alguna certidumbre. Pero repito lo que nunca se hizo fue el juicio crítico de la sociedad, porque muchos de los que me atacaron a mi, tenían un rabo de paja del tamaño de una catedral. La única certeza que tenía era la de mi inocencia, de que a mí no me podían conseguir absolutamente nada en mis cuentas, de nunca tuve ninguna relación con estos tipos, y que mi único pecado fue que yo tenía una posición tolerante o democrática, sobre el manejo del término de la verdad".

Después de tanto tiempo, mirando la película hacia atrás, ¿haría algo distinto?

"Si yo hubiera cedido a las presiones, y hubiera renunciado y me hubiera ido, se hubiera ecuatorianizado el país, hubiéramos tenido cinco presidentes en los últimos tres años, de cierta manera yo trabajé para darle estabilidad a Pastrana".

En esa época de la presión cuando Fernando Botero hace su confesión, nos preguntábamos cómo podía pasar la noche Ernesto Samper. Se rumoraba que su médico personal, le daba calmantes, lo privaba y lo acostaba.

"La gente piensa que uno traslada las crisis a su propio comportamiento físico. Muchos llegaban y luego decían, estuve con Samper y todavía camina, se ríe, mastica al comer, tiene los dos ojos. La procesión va por dentro. La parte más dura era transmitirle permanentemente a la gente que estaba conmigo una idea de optimismo, sobretodo cuando uno estaba laborando, eso duele por dentro. Yo dormía poco, pero mal, dormía cuatro o cinco horas diarias, la verdad es que mi mejor somnífero era el trabajo, trabajaba como un loco, empezaba a trabajar a las seis de la mañana y terminaba a las doce de la noche. Sin embargo cuando me sentía angustiado por la noche y que tenía digamos noches de insomnio, no tantas como quisieran mis enemigos, yo me bajaba al despacho y empezaba a llamar a los embajadores de Europa, y hablaba con ellos, como veían la situación, qué había salido en los periódicos, etc. y eso me calmaba, el hecho de estar sentado en el despacho como un piloto que está en cabina en un momento de tempestad me daba una gran tranquilidad".

¿Cuáles serían en su concepto los parámetros fundamentales de un nuevo contrato social para Colombia?

"Digamos que hay que recuperar las condiciones de gobernabilidad, para hablar en términos grandes. Hay que desarrollar una agenda social profunda porque el país no va bien. Aquí se han acentuado las inequidades sociales. Hay que desarrollar la competitividad, es decir, este país no puede aspirar a ser parte de una comunidad mundial sin tener unas nuevas condiciones de competitividad que tienen que ver con la educación, con la ciencia, con la tecnología, con la infraestructura y hay que recuperar la identidad. Es decir, son cuatro los pasos de ese contrato social, gobernabilidad, equidad, competitividad e identidad".

Ya para terminar, háblenos señor ex presidente de cómo ve a Antioquia.

"La única región del país que existe es Antioquia, como región. No desconozco que tiene condiciones de identidad que no comparto, pero la única región del país que existe es Antioquia. En mi gobierno nosotros agregamos una infraestructura importante: la terminación de la carretera a Berrío, el Túnel, el Metro, se hicieron muchos esfuerzos en materia de comunicaciones, pero también en materia social. En Antioquia se llegó a un millón de Sisben. Yo no creo que no haya habido un programa social más importante en los últimos quince años. Antioquia es modelo en cuanto a administración pública. El único problema que tiene es una gerontocracia que ha obturado los canales de ascenso a las nuevas generaciones de manera implacable y ha obligado a muchos paisas jóvenes a venir a encontrar canales de movilidad en Bogotá".

Samper aborda todos los temas con la mayor seriedad, pero nunca deja de sonreír o hacer algún apunte gracioso. Es un excelente conversador de muy fino humor. Para despedirnos le preguntamos si es cierto que quiere ser alcalde Bogotá y lo niega rotundamente, pero reconoce que quiere terminar su carrera política como concejal de Bogotá.

EL COLOMBIANO / Marzo 9 de 2002