ANÁLISIS POST-ELECCIONES
Por Juan Manuel López Caballero


L
os resultados de las elecciones del domingo 15 de junio en Colombia se explican por tres criterios básicos. Uno es la visión que tiene cada uno de los electores de lo que representa Uribe.

Para los 'furibistas' es el salvador del país, el único capaz de enfrentar a la guerrilla, el Mesías capaz de poner al país en orden: es el Führer que no se enreda en los medios porque sabe que los resultados ameritan cualquier camino para lograrlos, y desde que se esté de acuerdo con esos resultados merece su respaldo.

Para los otros,Uribe es el 'coco' que por las mismas razones señaladas arriba produjo los horrores que van desde los falsos positivos hasta el desarrollo del paramilitarismo, las chuzadas, el abuso del poder, la compra de la Reforma para su reelección, etc; incluso algunos involucran los negocios de los hijos; y otros, aunque reconocen ganancias en materia de seguridad respecto a la guerrilla, no consideran que compensan no sólo lo anterior, sino el olvido total de las reformas sociales, o del desarrollo de la infraestructura, o las pésimas relaciones internacionales.

Un segundo criterio es lo que se ve, se entiende por 'la paz' y por el 'acuerdo' que se negocia en La Habana.

Para los unos alrededor de esa paz se definen todos los problemas de Colombia. Respecto a los actuales pasos pueden reconocer que es sólo un primero, pero no sólo 'la paz' en el sentido de la negociación del conflicto armado sería el principio de solución de todos los problemas, sino sin este paso nunca saldría el país del desastre en que vivimos. En alguna forma es tan consistente esa visión con el modelo de preservación del statu quo vigente y del desarrollismo o neoliberalismo como panacea para todos los males que asumen que esa 'paz' implicaría grandes crecimientos del PIB, del empleo, de la inclusión social, y la disminución de la pobreza, de la desigualdad, etc.

Para otros la paz, en el sentido de algún arreglo con la guerrilla, es hoy un problema de menos peso y menos difícil que varios otros. La corrupción, el narcotráfico, el desempleo, la desinstitucionalización del país, y posiblemente otros que no han sido atendidos como las reformas a la salud, a la educación, a la Administración de Justicia, etc., o incluso el atraso en infraestructura están causando hoy más perjuicios al país y al ciudadano; y para quienes lo ven así, contrariamente a los anteriores, el conflicto armado no es la causa de ellos sino una manifestación del mismo sistema que genera los otros, y por lo tanto no es un acuerdo con las FARC lo que los acabará.

El tercer elemento para el voto habría sido la apreciación de lo que ha sido el gobierno de Juan Manuel Santos.

Como estos primeros cuatro años señalarían lo que sería la continuidad de otros cuatro quienes siguen los anuncios oficiales creen en el 'país de las maravillas' que describen. Consistentes con eso, los anuncios de una posible 'paz' serían apenas un plus o la cereza del postre de un gobierno que debe continuar porque en efecto nuestra economía estaría viviendo el mejor momento de la historia, el campo por primera vez en veinte años tendría un crecimiento positivo, los homicidios, hurtos y actos de la delincuencia habrían disminuido, el terrorismo estaría arrinconado y los guerrilleros están siendo capturados o se están desmovilizando masivamente, el narcotráfico estaría de capa caída, el desempleo y la desigualdad irían camino de acabarse, etc.

Lo que se ve desde la contraparte es que exceptuando un buen manejo de las relaciones exteriores y un respeto por la institucionalidad formal existente (menos confrontación entre los poderes públicos) el cuatrienio Santos ha sido una decepción, cuando no un fracaso. La 'bonanza económica' sería paralela a la de todos los países similares y, exceptuando Venezuela y Argentina, inferior, es decir no generado o en las políticas locales; en cambio el modelo de dependencia del sector extractivo de recursos naturales no renovables y de la venta de ellos a la inversión extranjera se ve como un modelo de subdesarrollo, que afecta la industria y el agro, no crea sino agota riqueza, y propicia la acumulación en los sectores no reales de la economía. Los datos oficiales aparecen como manipulación, bien sea por 'cambios metodológicos', o por informaciones parciales; o en el mejor de los casos se refieren a la situación del Estado o del gobierno, pero no sólo no se reflejan en la calidad de vida del ciudadano sino es a costa de ésta. Para estos ciudadanos el que no se concretaran las reformas de salud, de educación, a la Justicia, la informalidad, la exclusión, la congestión vial misma, todo esto lo sienten más que los presuntos indicadores macroeconómicos.

En qué proporciones incidió en el voto individual cada uno de estos criterios es bastante variable. Y en consecuencia aún más difícil deducir algo al respecto para el agregado del voto total.

Sin embargo la polarización y el tono de las campañas hace que la característica de estos comicios es que lo que hizo decidir al elector es la motivación en contra: no se votó por lo que propone un candidato sino en contra de lo que se supone del otro. Esa sería la razón que permitió que la abstención no sea mayor, y la que tal vez hizo que los que creen en 'el deber democrático de votar' pero no aceptan la tesis de 'el mal menor', optaran por el voto en blanco.

18 de junio de 2014.