LA VENTA DE ACCIONES DE ECOPETROL
Por Juan Manuel López Caballero

La política de venta de los activos de la Nación cuenta aún con lo que son varias pequeñas inversiones en sociedades mixtas (Fondos ganaderos, centrales de abasto, etc.), e Isagen y unas electrificadoras como propiedades de alguna significación económica; en total unos pocos billones de pesos. Pero la única gran empresa e inversión que le queda al Estado es Ecopetrol que, por sí sola, representa más que todo el resto de los activos juntos, puesto que su valor rondaría el centenar de billones.

Cuando se decidió la nueva estructura del sector petrolero la justificación fue que los intereses de Ecopetrol deberían ser manejados de acuerdo a sus necesidades como empresa. En adelante funcionaría como entidad autónoma, similar a cualquier petrolera que viniera a Colombia. Al mismo tiempo se planteó la necesidad de conseguir recursos para poder desarrollar los planes que tenía (refinerías, exploración y perforación).

La solución propuesta fue la de acudir al ahorro del público mediante una emisión de acciones; lo cual llevó al debate sobre si eso significaría el primer paso hacia la privatización. La conclusión fue que en ningún caso se deseaba tal resultado y por eso, al mismo tiempo que se autorizó una emisión de hasta un 20% del capital total, la Ley estableció que ese sería el tope límite de participación del sector privado.
Hoy según declaraciones del Presidente, complementadas o corregidas por su Ministro, informan que se completará la emisión permitida, pero que como esos recursos por ley solo pueden destinarse a desarrollos de la empresa, se solicitará al Congreso una autorización adicional para vender 10% de las acciones que pertenecen a la Nación, con lo cual quedaría en manos privadas el 30% de nuestra 'joya de la corona'.

La justificación es que el fruto de la venta de acciones se invertiría en poner al día el atraso en la infraestructura que dejó el anterior gobierno y que se completó con la destrucción producida por el invierno.

Algunas inquietudes se presentan:

¿No es esto abrir la puerta para que esto se repita cada vez que un proyecto de gobierno no tenga forma de financiarse? ¿Por qué se destina a ese propósito y no para la salud, el empleo, la educación, o el resarcimiento de las víctimas del conflicto armado? ¿No sería esta 'solución' una forma de distraernos del cálculo serio que se requiere para tomar decisiones menos 'populistas' que leyes que no se sabe cómo se van a cumplir?

Según cualquier estudio, el mercado de valores no está en capacidad de absorber al mismo tiempo la emisión y la venta. ¿Tiene sentido poner a competir la una con la otra reduciendo el posible ingreso de Ecopetrol, del estado o de ambos? ¿La respuesta de que la fusión con las Bolsas de Valores chilena y peruana atraerá inversionistas de allá no será mera ilusión? Teniendo en cuenta que las concesiones adjudicadas por el anterior gobierno ya suman más que el total que tiene Ecopetrol y que la venta le limitaría la capacidad de captar recursos para expandirse ¿no sería esto marchitar la explotación por parte nuestra de nuestro petróleo?

No es lo mismo enajenar el patrimonio del Estado que cazar una apuesta en el póker: a esta idea le falta mucho estudio y mucho debate.

Diciembre 9 de 2010.