¿DÓNDE ESTÁ EL PARTIDO LIBERAL?
Por Juan Manuel López Caballero

He recibido un par de invitaciones a comentar sobre la ‘adhesión del Partido Liberal’ al ‘Gobierno de Unidad’ de JM Santos.

La respuesta depende de que se entienda por ‘Partido’, por ‘Liberal’ y por ‘Partido Liberal’.

Si por lo primero se entiende una agrupación política, con una ideología, unos objetivos (diferentes de tomar el poder, lo cual es solo un medio) y una organización alrededor de unas reglas propias, no estaríamos hablando de partido alguno.

La terminología de ‘liberal’ se presta a dos interpretaciones convencionales: la una se refiere al pensamiento de fin del siglo 19, el cual contrapone el individuo al Estado, considerando que éste limita y en cierta forma constriñe la libertad de aquel. Se caracteriza en lo económico por el ‘laissez faire’ y nació del modelo político que enfrentaba los regímenes representativos al poder del soberano. La otra se origina a principios del siglo 20, su objetivo más que la libertad individual es la igualdad social, no ve al Estado como una contraparte sino como un instrumento al servicio de ese propósito, y nació de la evolución de los Estados hacia gobiernos democráticos. Con el tiempo se han vuelto conceptos que llevan a alternativas excluyentes, aunque en el pasado hayan servido los mismos objetivos electorales.

Para el Partido Liberal Colombiano, con el Frente Nacional –que acabó con la controversia sobre ideologías o Teorías de Estado- desapareció transitoriamente esa ambivalencia, para volver a aparecer hoy como confrontación entre la primera con el modelo y la propuesta neoliberal, y la segunda que adhiere a la idea y a la línea socialdemócrata. Estos dos elementos –la desideologización con el Frente Nacional, y la necesidad de definirse por una de las dos vertientes- llevó a citar una constituyente que remozara al Partido, acabando con los defectos nacidos del Frente Nacional (un parlamentarismo que vive solo de y para él, basado en clientelismo y coyundas), y concretando una ubicación clara en el espectro político.

Entonces, si por Partido Liberal se entiende el que tiene una ideología, que reivindica la contribución de ella al avance de nuestra nación y nuestra nacionalidad, que responde a unos principios y busca unos objetivos, y que reconoce y respeta lo plasmado en sus estatutos, el Partido Liberal no ha adherido ni puede adherir a un gobierno contrario a todo ello. Otra cosa es que se haya reducido en una minoría que se distancia de la orientación actual del Gobierno -o incluso de las mayorías que lo eligieron-.

Si por el contrario el Partido renuncia a ser la propuesta de izquierda que en la historia defendieron Uribe Uribe, Gaitán, López Pumarejo, y opta por lo que se denominó ‘la Derecha del Partido’, identificándose con la prioridad de las mecánicas para llegar al poder y el ánimo desideologizado que caracterizó a líderes como Eduardo Santos o Turbay, y propuestas como las actuales de Santos y Gaviria, lo pertinente es tomar esa decisión formal y regularmente, mediante la citación a un Congreso Extraordinario que ordene retirarse de la Internacional Socialista, cambiar las propuestas y orientaciones socialdemócratas por el neoliberalismo, y modificar los órganos decisorios excluyendo al 50% que la última Constituyente institucionalizó para el sector social, y volver a entregar, como en el pasado, todo el manejo y el poder al sector parlamentario.

Junio 25 de 2010.