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Hace tiempo que todos los analistas
económicos y sociales tienen claro que China tiene por destino
ser el principal protagonista del futuro. Hoy los chinos son una casi una cuarta parte de la humanidad, entrando aceleradamente al mundo del consumo y de la producción. Sería ceguera no ver o no reconocer que en el inmediato futuro ningún país aportará más cambios al mundo que ellos. En el momento poseen las mayores reservas del planeta en bonos del
tesoro americano (se estima que superan los dos billones de dólares)
con lo cual el valor mismo de esa moneda depende casi tanto de ellos
como de las políticas de las autoridades estadounidenses. Por vía de ellos han además adquirido paquetes accionarios importantes y aún mayoritarios en compañías claves de diferentes países, incluyendo los mismos Estados Unidos. Se da incluso la paradoja de que, para defenderse del empuje de este sistema, el capitalismo debe abandonar su principio rector de libertad de empresa y el Estado intervenir para que las compañías chinas no se apoderen de sectores estratégicos. Así sucedió con el Puerto de Nueva York o con el intento de adquirir el control sobre empresas petroleras. Parece ser que la más reciente operación ha sido la de cambiar la inversión en títulos americanos por derechos en el Fondo Monetario Internacional. La otra paradoja es que son los chinos los más interesados en que el dólar mantenga su fortaleza -por lo menos por el momento-. Pero lo que para occidente es largo plazo para ellos es apenas mediano plazo. El interés de los gobiernos americanos en suscribir Tratados de Libre Comercio (TLC) con los países que hoy giran alrededor de su órbita es por supuesto por el lobbing de las trasnacionales que representan la punta de lanza de su economía y requieren nuevos mercados para mantener su lógica capitalista; pero desde el punto de vista de la política de Estado, lo importante y lo necesario para ellos es defender si no la hegemonía que tenía el dólar por lo menos su supremacía en algunos países para que asuman la carga de los déficits comercial y fiscal que debilitan la divisa gringa. Porque si algo hay claro es que la moneda americana perdió
poder ante otras divisas y/o commodities como el Euro o el Petróleo. Pero a la larga son pocas las dudas que el Yuan entrará a
ser de los principales jugadores entre las monedas mundiales, si no
el principal. Junio 18 de 2009. |
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