¿EL TERRORISMO DÓNDE Y CUÁNDO?


Por Juan Manuel López Caballero

La filosofía política americana -sobre todo en la línea del 'conservatismo duro'- se puede resumir en la reducción del Estado para los asuntos internos -bajo el principio de la no intromisión en la vida individual y el mínimo de intervención para que se respete la autonomía y la libertad del ciudadano-, y en convertirse en el gendarme del mundo para imponer por fuera el modelo de vida americano. Libertad y control mínimo para adentro, e intromisión máxima para afuera.

Este contraste se manifiesta en lo religioso, donde internamente es absoluto el respeto por todos los cultos y todas las sectas por extravagantes o peligrosas que sean, mientras se considera misión sagrada acabar con lo ritos y tradiciones de civilizaciones que no compartan los valores 'occidentales'; o en lo político con la descalificación del apartheid mientras internamente reinaban aún en parte las leyes pero sobre todo el espíritu segregacionista; o en la actitud ante las armas donde es intocable el derecho a armarse individualmente pero internacionalmente exigen que solo su Estado pueda hacerlo; o en los temas de Derechos Humanos, donde para ellos la tortura o los bombardeos contra población civil extranjera son justificados y permitidos, pero estigmatizan a quienes los violan al perseguir a los defensores de los intereses americanos.

Esta imposición puede ser a través de la 'negociación' de los Tratados de Libre Comercio donde se introduce la cultura y las costumbres del 'american way of live' al inundar con sus productos los mercados extranjeros, y al lavar el cerebro con su poder mediático; o puede ser por las armas cuando una cultura diferente no se somete a sus patrones de 'democracia y capitalismo'.

Pero Bush inició una nueva era cuando encontró el argumento del terrorismo. Ni las Brigadas Rojas en Italia, ni los Baader Meinhof en Alemania, ni los Tamiles en Sri Lanka, ni lo Cachemiros en la India, ni siquiera el IRA en Irlanda o la ETA en España habían motivado a Estados Unidos a fijar una posición en contra de ese fenómeno, y menos a declararlo objetivo de persecución universal. Pero un atentado en contra de ellos y no solo lo convierten en prioridad mundial, sino se otorgan el derecho de ejercer, como Estado, ese terrorismo sobre el mundo, con guerras justificadas falsamente contra Iraq o Afganistán, territorios y comportamientos por fuera de cualquier jurisdicción como Guantánamo o las torturas en 'huecos' en el extranjero, o las amenazas a quienes no se sometan al mundo tal cual ellos lo ordenan, como hacen con Irán o con Venezuela.

Cuando el presidente Bush celebró nuestro 20 de Julio con 'fiesta en la Casa Blanca', el noticiero CNN destacó lo curioso de semejante deferencia, por lo inusual de que el mandatario americano celebre en su casa fiestas nacionales extranjeras, y más aún que lo haga con un país que no pesa mucho en sus relaciones exteriores.
No entendían que dedicara su discurso a mandarle el mensaje al Congreso de que deberían aprobar el TLC con Colombia; y se sorprendían que a más de darle tanta importancia a un mercado que no llega a ser el 1% de su balanza comercial, utilizara el argumento de que debían hacerlo por razones de 'seguridad nacional'.

En los antecedentes de contexto arriba mencionados y en la frase de Bush "El presidente Uribe ha hecho todo lo que le hemos pedido que haga y más", está la explicación.