EL CONFLICTO URIBE-CHÁVEZ


Por Juan Manuel López Caballero

Se dice que nunca había sucedido un hecho tan grave entre los dos países, pero resulta que solo existen declaraciones agresivas sin ningún hecho que las justifique. No es comparable una llamada telefónica con lo que significa la eventual ocupación de aguas marítimas extranjeras por barcos de guerra no autorizados (Corbeta Caldas), o una operación ilegal y clandestina autorizada por un Jefe de Estado en territorio de una nación vecina (caso Granda).

Lo que se presenta es una confrontación entre dos egos que disponen de un poder tal sobre sus propios países que les permite involucrarlos en una escalada de ofensas personales que no tienen nada que ver con la relación entre los pueblos ni con el tema que supuestamente la desencadenó.

Pero no debemos equivocarnos al establecer responsabilidades: Chávez pudo pecar por la forma tanto del manejo de la mediación como en la reacción ante el trato dado por Uribe; pero quien creó el lío y le dio la dimensión a la cual llegó ha sido nuestro presidente.

Los 'equívocos' que plantea el Dr. Restrepo (que se suponía que iban a ser gestiones discretas, que se sorprendieron de no ser informados que Yvan Márquez estaba en Caracas, etc.) no son tales; la pregunta sería más bien si fueron presentados así deliberadamente para llegar a este resultado.

No es verosímil que Uribe se sorprenda con la forma de buscar protagonismo de Chávez, o de su relación con las FARC, o con el manejo dado por ellas a la oportunidad que se les brindaba.

Más verosímil es que el nombramiento, el tono de las reacciones a cada paso que se daba (porque pedían salvoconductos, por la reunión con Márquez, porque se vinculaban demasiados actores, etc.), y la suspensión con un pretexto tan fútil, responden todos a algo premeditado.

Esto manejado en forma sutil podría permitir trasladar temporalmente en cabeza de Chávez las presiones y expectativas sobre el tema humanitario, y llevar después a la conclusión de que por ningún camino era posible un acuerdo.

Pero nadie puede suponer que no se produciría una respuesta cuando a quien se ha invitado a ser mediador se le califica en comunicados de prensa como 'idiota útil', y después como desleal y mentiroso (al decir que reveló conversaciones reservadas y alteró su contenido), y después se le da tratamiento de empleada de servicio con preaviso y aviso de despido sin ninguna comunicación directa. No es un tratamiento aceptable para ningún individuo, aún menos para un Jefe de Estado, y no se diga para alguien con las tendencias megalómanas de Chávez.

Visto así, y ante el resultado de que Chávez ofende a Uribe pero éste hace acusaciones políticas que nada tienen que ver con la mediación pero sí coinciden con las que le atribuye Bush (amigo de los terroristas, con pretensiones expansionistas, financiador de movimientos desestabilizadores, incendiario del continente), no parece tan desplazada ni la reacción ni la acusación de Chávez.

Claro que también se puede creer que Uribe sí esperaba realmente el acuerdo humanitario; que creía que con Chávez lo lograba; que le sorprendió su trato con las FARC; que temió que Piedad con Simón Trinidad planeaban un 'gobierno de transición', que consideró un atentado contra la soberanía la llamada a Montoya; y que etc… etc…

O que, como ahora algunos lo presentan, Chávez manipuló todo (desde su propio nombramiento hasta su despido) para poder apelar al 'enemigo externo' para ganar el referendo.

Hay versiones de donde escoger….