MENSAJE AL FORO DEL POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO (PDA) EN ESTRASBURGO

DETENER A URIBE

POR FERNANDO GARAVITO

Ni palabras vacías ni frases de cajón. Ese debería ser el propósito de este tipo de mensajes.

Frente a nuestra acción, el poder ha logrado su objetivo. Nuestras palabras ya no dicen. Nuestra tarea ha perdido los dientes.

Tenemos que reformar nuestro denominador común. Hasta el momento, somos un grupo de colombianos en el exterior. Pensemos en que tal vez podamos introducirle un pequeño cambio a esa perspectiva. ¿Por qué no ser, de ahora en adelante, un solo colombiano en el exterior?

Ese solo colombiano actúa con base en una serie de definiciones y de programas. No siempre ha estado de acuerdo, pero, después de expresar su opinión, ha aceptado, si es del caso, que su pensamiento se exprese con pequeños esguinces. Acá lo que importa es seguir caminando. A veces le duelen los pies o le flaquean un poco las rodillas. Pero sabe que no puede detenerse. Que su tarea es llegar a la meta.

¿Cuál es esa meta? Pienso que hay varias. Unas mediatas y una inmediata.

Las mediatas deben atender dos frentes.

El primero, se desarrolla sobre temas que interesan a todos, en cuanto son la garantía de que el país pueda comenzar a superar la injusticia en que se debate. Tienen que ver con el estado social de derecho, con la respuesta a la desigualdad, con la búsqueda de la paz a través de un acuerdo humanitario, con la definición de lo que habrá de ser una justicia severa frente al crimen…

El segundo, debe concretarse, para nosotros, en los problemas que aquejan a los colombianos en el exterior. Al respecto, un amplio grupo de miembros del PDA logró condensarlas en cinco acciones en Colombia y cinco acciones en el exterior. Ellas forman parte de nuestra plataforma política, que hemos comenzado a distribuir, y que ustedes conocerán en este mismo Foro. Quisiéramos que esas diez acciones fueran un aporte positivo para el debate que nos ocupa.

Pero será la meta inmediata, la que nos permitirá avanzar hacia un camino de dignidad para Colombia. Esa meta es la de detener a Uribe.

Uribe, sobra decirlo, no es una persona. Uribe es un sistema, es una forma de pensamiento, es la agresión persistente del más fuerte, es la miopía social, es la pobreza absoluta de ideales. Uribe es esa figura desvaída de un país que se pone la mano en el sitio donde debería tener el corazón y sólo encuentra vacío.

La tarea contra las muchas acciones criminales del gobierno: el ataque a la población civil, el terrorismo de Estado, la entrega de la soberanía, el atropello a los débiles, la profundización del abismo económico, la transformación de unas instituciones discutibles en instituciones indiscutibles dentro del propósito de la administración de consolidar el crimen, puede expresarse dentro de un solo objetivo: detener a Uribe, y, al detenerlo, detener lo que el delito representa como forma de acción política.

Está bien la discusión teórica, y mi objetivo ha sido siempre el de participar de manera activa en el debate en torno a las dudas que se presentan y en las conclusiones a las que pueda llegarse. Pero pienso que la urgencia del momento está en la acción, y que esa acción está en detener a Uribe.

Si pudiera expresar mi opinión diría que la unidad se construye planteando metas que hablan un lenguaje común y proponen un objetivo necesario. Ahora mismo, ese lenguaje, ese objetivo, no es otro que el de detener a Uribe.

Este es un foro importante en el que están puestas múltiples esperanzas. Al saludar a quienes participan en él, y al desearle éxito en sus deliberaciones, no puedo menos de pensar que el futuro sólo podrá comenzar a construirse cuando el país logre detener a Uribe.

Santa Fe, enero 16 de 2010.