ANÁLISIS DE ROBERTO
REGALADO, DIRIGENTE CUBANO |
||||
El capitalismo entró en una crisis
de superproducción: se produce más de lo que se puede
vender, en consecuencia, Estados Unidos requiere apropiarse a cómo
de lugar los mercados de América Latina, que hace unas tres décadas
le eran insignificantes, y en esa dirección, el neoliberalismo
es la doctrina que legitima este proceso. De esta manera explica la
actual coyuntura socioeconómica de la región, el dirigente,
diplomático y politólogo cubano Roberto Regalado Álvarez,
actualmente jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del
Partido Comunista de Cuba. |
|
|||
Cuatro procesos, según el autor, caracterizan
la situación latinoamericana en el tránsito entre los siglos
XX y XXI: la sujeción a un esquema de dominación foránea
cualitativamente superior al de posguerra; el agravamiento de la crisis
capitalista; el auge de las luchas populares; y las redefiniciones estratégicas
y tácticas de los partidos y movimientos políticos de izquierda.
Para ahondar sobre este y otros temas como la era post Fidel Castro en Cuba, WWW.CRONICON.NET entrevistó a Regalado Álvarez. UNA DIRECCIÓN COLEGIADA ASUMIRÍA EN CUBA LUEGO DE FIDEL - Tras la postura hegemónica de Estados Unidos y el fracaso del modelo neoliberal en América Latina, los hechos que son tozudos y la historia ¿le han terminando dándole la razón a la motivación de la revolución cubana? - Absolutamente. La revolución es un proyecto que parte de las posibilidades y capacidades del pueblo cubano, pone en primer lugar al ser humano. Lo que ocurre en el mundo hoy es que los grandes monopolios capitalistas no caben dentro del primer mundo y tienen que lanzarse, ocupar y absorber todas aquellas regiones del sur, particularmente de América Latina, que hace 30 o 40 años eran para ellos mercados secundarios. Desde la crisis capitalista de los años 70 hasta hoy, destrozar nuestra ecología, apropiarse de nuestros mercados y absorber nuestra soberanía es para ellos de vida o muerte, dependen de eso. Por tanto, la defensa que ha hecho Cuba de su independencia, de su soberanía, de su capacidad de decisión sobre el rumbo económico, sobre la propiedad de los medios de producción, es lo que nos convierte en una isla no solamente desde el punto de vista geográfico sino desde el punto de vista de tener una política diferente a la del resto de la región y de salvarnos de todos los efectos del capital monopolista. - Fidel Castro en la "Biografía a dos voces" escrita por Ignacio Ramonet dice que es muy difícil que Estados Unidos o fuerzas poderosas del capitalismo acaben con la revolución cubana; que ella se puede acabar por los errores de los propios cubanos. ¿Usted lo considera así, o por el contrario, la conspiración sigue pendiendo como una espada de Damocles? - Por supuesto que la conspiración existe y seguirá existiendo, pero creo que nosotros hemos creado suficientes anticuerpos, suficientes mecanismos de defensa: de defensa política, de defensa ideológica, de defensa militar y de defensa económica para enfrentar las agresiones a las que ya estamos habituados y que ya se prolongan por 48 años. Este es un proceso revolucionario que casi tiene medio siglo, en la medida que avanza el tiempo y que se van satisfaciendo determinadas necesidades surgen otros intereses y el gran reto que tenemos, creo que es al que alude el compañero Fidel, es la necesidad de que la revolución rejuvenezca permanentemente y que esté alerta frente a los problemas que puedan irse presentando en la propia sociedad e ir desarrollando nuevas capacidades, nuevas potencialidades, darle ingreso activo a la juventud en todas las esferas de la vida del país. Además, es un reto que tenemos que enfrentar. - ¿Si están preparados los nuevos cuadros del Partido Comunista y de la revolución para reemplazar a Fidel? ¿O la transición va a ser muy traumática? ¿Los cubanos ya se están preparando para que esa transición sea tranquila, mesurada y que no genere estragos en el proceso? - Fidel es el líder histórico de la revolución y sustituto como tal no va a tener. Como no lo tuvo Lenin que fue el líder histórico de la revolución de octubre y cuyo sustituto fue una caricatura grotesca; como tampoco lo tuvo Mao Tse Tung. Creo que sería un error pretender construir un líder con las características de Fidel. Después de Fidel tendremos que hacer una dirección aún más colegiada. No quiere decir que en Cuba él lo decida todo, existe un conjunto de mecanismos institucionales tanto dentro del partido como dentro del gobierno. Habrá que suplir la falta de un gran líder por un pensamiento y una actuación más colectivos. Además, desde hace ya algunos años se vienen incorporando nuevas generaciones de dirigentes en todas las instancias del partido y del gobierno; no se ha estancado la renovación de cuadros en la dirigencia cubana. - ¿Qué ajustes, según su criterio, habría que hacerle a la revolución cubana? - Yo respondería con una idea del desaparecido dirigente del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador, Shafik Hadal, que desde hace años nos decía: el reto del socialismo es que hay que defenderlo y al mismo tiempo hay que perfeccionarlo, entonces el problema es que si lo defendemos demasiado, si nos aferramos mucho a la institucionalidad, a la estructura, a las ideas con las que venimos construyéndolo, se nos dogmatiza y se convierte en una cosa que no se refresca, que no cambia y no se rejuvenece. Pero si lo cambiamos demasiado, como por ejemplo hizo Gorbachov en la Unión Soviética que empezó a desprestigiar al partido y a la historia de ese país, decir que todo lo que se había hecho era malo, el proceso termina destruyéndose. Lo importante es hacer los cambios que la dialéctica nos impone, vamos renovando la revolución pero sin perder su esencia. Creo que ese es el gran reto que Shafik lo resumió muy bien y que se ajusta a las necesidades de la revolución cubana. - ¿Existe la posibilidad en el futuro que Cuba se habrá dentro de la revolución al pluralismo político, a otras opciones políticas, para superar el esquema del partido único dominante? - La revolución cubana tiene un código genético que se conforma a partir de las condiciones históricas en la que nació en medio de la Guerra Fría. Eso ha obligado a la revolución a dotarse de una coraza protectora que implica priorizar ante todo la unidad del pueblo, incluso sacrificando determinadas cuotas de debate y participación, esa ha sido la razón de ser. Responde a un condicionamiento histórico y a una situación concreta y nosotros comprendemos perfectamente cómo hoy en otras condiciones históricas los desarrollos que está teniendo la izquierda son otros. Hoy lo que impera en América Latina son formaciones de izquierda pluralista como el Partido de los Trabajadores en Brasil, el Frente Amplio del Uruguay, el Polo Democrático Alternativo en Colombia, entre otros. Es decir, es otro momento histórico que tanto al interior de la izquierda como en la relación de la izquierda con la sociedad hay un nivel de pluralismo que por supuesto no existe en Cuba. Yo estimo que en Cuba esto responde a un condicionamiento histórico que ha durado casi cincuenta años y que en la medida en que esa agresión, esa hostilidad externa disminuya o que en el futuro de América Latina haya gobiernos como el de Lula, el de Tabaré Vázquez o el de Evo Morales y que los Estados Unidos se den cuenta que políticas como las de Bush los puede terminar colocando al borde del holocausto y al asilamiento internacional, nosotros por supuesto tendríamos menos necesidad de contar con esa coraza protectora y podríamos abrir determinados espacios de participación de una manera distinta a como tenemos ahora. E.U. PREDICA LA DEMOCRACIA PERO NO LA PRACTICA
FRACASO NEOLIBERAL EXPLICA AVANCE DE IZQUIERDA EN LATINOAMÉRICA - El neoliberalismo si bien fue la respuesta a la crisis del capitalismo de los años 70 y aunque ha hecho agua en América Latina, no se vislumbra una nuevo modelo económico que lo reemplace... - El problema esencial no es el neoliberalismo. El problema esencial es que el capitalismo es un sistema que cada vez concentra más la propiedad y la producción. Ese proceso empezó en el siglo XIV y ha avanzado mucho y el problema ahora está en que la capacidad de producir mercancías, servicios y capitales es muy superior a la capacidad que tiene de vender, de colocarlos en el mercado, por tanto hay un gran proceso de concentración transnacional. Eso provoca una crisis de superproducción: se produce más de lo que se puede vender y el neoliberalismo es la doctrina que legitima ese proceso que en esencia proclama que los ricos sean más ricos y que tengan la ayuda del Estado para que sigan siendo más ricos; y que a los pobres el Estado no les ayude. Ahora se habla del fracaso del neoliberalismo, pero debemos entender que este no es un proyecto de desarrollo económico. El neoliberalismo lo único que hace es justificar la concentración de la riqueza y su única tesis es que se debe dejar a los ricos ser más ricos para que inviertan en la producción y de esa manera se crearán mejores empleos y mejores salarios. Lo que no nos dice es que cuando los ricos son más ricos no invierten en la producción, porque además es imposible ya que está saturado el mercado, sino que lo hacen en la especulación financiera. Eso es lo que ya se está haciendo evidente y explica que en América Latina estén triunfando las opciones de izquierda. No quiere decir que los gobiernos progresistas que están al frente de varios países latinoamericanos la tienen fácil porque heredan naciones endeudadas, que ya han sido devastadas durante 20 años por el neoliberalismo, heredan compromisos que son difíciles de romper con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, además tienen que enfrentar fuertes bancadas opositores. Sin embargo creo que es un avance extraordinario. - El avance de la izquierda en Latinoamérica no constituye una verdadera alternativa de poder para cambiar el modelo económico porque debe enfrentarse a toda una arquitectura neoliberal. ¿El reto entonces no es muy complicado en medio de esta globalización económica inicua y galopante? - Mi libro "América Latina entre siglos" comienza con una frase de Rosa Luxemburgo que dice: "la reforma legal y la revolución no son diversos métodos del progreso histórico que a placer podamos elegir en la despensa de la Historia, sino momentos distintos del desenvolvimiento de la sociedad de clases, los cuales mutuamente se condicionan o complementan, pero al mismo tiempo se excluyen". Quiere decir esto que la única perspectiva que tiene la humanidad es una transformación social revolucionaria. No quiero decir que en estos momentos existan las condiciones para la revolución en todas partes. - ¿La denominada Socialdemocracia terminó siendo un antídoto o un freno para el proceso revolucionario o de ejecución de reformas progresistas en le mundo? - Para que haya una reforma social progresista del capitalismo tiene que haber condiciones. Tiene que haber un excedente de riqueza que se pueda redistribuir y tiene que haber un estímulo político para que esa riqueza se redistribuya. Esas condiciones se dieron a partir de fines del siglo XIX y específicamente alcanzaron el clímax con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial: carrera armamentista y reconstrucción europea generan un extraordinario desarrollo de las fuerzas productivas y al mismo tiempo la necesidad de competir con la Unión Soviética y el entonces campo socialista. Tales condiciones hoy no existen. Ni tampoco se da ese crecimiento expansivo de la economía . En otras palabras, ya la redistribución de riqueza no es compatible con la reproducción del capital. En la posguerra, mientras más ganaban los trabajadores, más dinero tenían para comprar mercancías, con lo cual se beneficiaba el empresario. Hoy, en cambio, como está saturado el mercado el empresario no gana más pagándole más al trabajador para que compre las mercancías que produce. Hoy el empresario gana más pagándole menos al trabajador y produciendo con menos trabajadores. En estas condiciones no es posible desarrollar un proyecto de redistribución social de riqueza de corte socialdemócrata, por añadidura no hay Unión Soviética; los países socialistas que existimos estamos dispersos y por lo tanto no hay un campo socialista que constituya un desafío histórico para el capitalismo. En consecuencia, hoy no hay el ambiente propicio para desarrollar un proyecto socialdemócrata en ningún lugar del mundo. - ¿Entonces, por qué insisten líderes europeos como Felipe González y Lionel Jospin en una Socialdemocracia cuando, como usted dice, no están dadas las condiciones para un proyecto de esa naturaleza? - Lo que hace la Comisión Progreso Global creada por el XX Congreso de la Internacional Socialista celebrado en Nueva York en 1996 es reelaborar la doctrina socialdemócrata. Las doctrinas socialdemócratas han tenido históricamente diversas reevaluaciones dependiendo el momento histórico. Ahora esta Comisión concede al capital. Qué cosa entonces es lo que dice hoy Felipe González: los neoliberales quieren cerrar todos los hospitales, nosotros no vamos a permitir eso, por lo menos que queden uno o dos hospitales. Los neoliberales quieren cerrar todas las escuelas, que queden abiertas una o dos escuelas, eso es, precisamente, lo que está diciendo la Comisión Progreso Global. Está aceptando que hay un capitalismo superpoderoso, contra el cual los pueblos no se pueden oponer y por lo tanto de lo que se trata es de arañarle un poquitico. De esta manera, se niega la posibilidad de que haya una lucha popular, de que haya una lucha de clases y que los pueblos se enfrenten a ese capitalismo. - ¿Cómo entiende la revolución para modificar las estructuras socioeconómicas en el siglo XXI? - Cuando hablamos de revolución en el siglo XXI, cuando hablamos de proceso revolucionario y socialismo en este nuevo siglo, creo que estamos hablando de algo que todavía está por crearse. Yo no creo que no se va a repetir el asalto al Palacio de Invierno con Lenin, ni que se va a repetir la gran marcha de Mao, ni que se va a repetir la batalla de los jinetes de Chulima de Corea, ni que se va a repetir el asalto del Cuartel Moncada de Cuba. Mi idea de socialismo en América Latina no es que se repita la experiencia cubana lo cual es imposible, porque hace 48 años que triunfó nuestra revolución en condiciones que ya no se van a repetir. Cuando hablamos de revolución, cuando hablamos de socialismo, cuando hablamos de violencia popular frente a la violencia reaccionaria de las elites estamos hablando de conceptos que todavía hoy yo no sé cómo van a ser. - ¿Pero el socialismo sigue siendo alternativa? - El socialismo es la única alternativa. Ya lo dijo Rosa Luxemburgo: o socialismo o barbarie. Y la barbarie en este momento significa el aniquilamiento de la humanidad. |