TIRANDO LÍNEA / VAMOS POR PARTES

POR OCTAVIO QUINTERO


D
ijeron de soslayo los constituyentes Serpa y Angelino que en la Constitución del '91 se les fue la mano empoderando a la Procuraduría para que pudiera combatir la corrupción que se veía venir sobre la administración pública y que, finalmente, se apoderó del alma de este pobre país.

O sea que de nada sirvió el empoderamiento de esa entidad con tal fin; pero, en cambio, concibió al Leviatán que ha despertado en cabeza del procurador Ordoñez a quien, en el caso Petro, se le fueron las luces, y afortunadamente, porque así hemos podido emprender este debate que, más allá de Petro, le va a permitir al país precisar los alcances de la Procuraduría en el futuro inmediato.

En los argumentos inéditos de esas tutelas que se han venido fallando a favor del alcalde capitalino, se ha ido desbrozando el camino jurídico del alcance de la Procuraduría.

Un poderoso argumento que seguramente pondrá a pensar a los magistrados del Consejo de Estado cuando aborden el asunto, es que no puede prevalecer sobre un derecho político una acción administrativa.

El derecho político en este caso es la convocatoria de un referendo previsto para este 2 de marzo en donde los ciudadanos que participaron en la elección de Petro, van a decidir si lo ratifican o lo revocan. Hacer prevalecer la decisión administrativa de destituirlo del cargo antes de que se lleve a cabo el referendo, sería coartar ese derecho político al impedirle a los electores capitales un pronunciamiento al respecto.

Otro poderoso argumento que hará reflexionar a los magistrados es el alcance que Ordóñez le ha dado a la Procuraduría en su facultad de vigilar, investigar y sancionar a los funcionarios públicos, incluso de elección popular.

Los tres argumentos que exime el fallo del procurador para concluir en la destitución e inhabilidad de Petro, no tienen la connotación de corrupción; luego, parece evidente que Ordóñez, no solo forzó el cargo sino que le aplicó una sanción desmedida.

Y ahora es bueno precisar que nadie está desconociendo las facultades de la Procuraduría para ejercer estricta vigilancia y dictar drásticas acciones en aras de evitar la corrupción. Ojalá Que en las reformas que seguramente se van a emprender, no le vayan a quitar los dientes a este serrucho porque podría resultar más grave el remedio que la enfermedad. Porque, si se hace un retrospectivo examen de los funcionarios públicos que han sido sancionados en esta etapa de Ordóñez, seguramente vamos a encontrar una muy alta cantidad de corruptos que en su momento despedimos con un aplauso al procurador.

Es bueno precisar también que, en términos jurídicos, no se trata de defender a Petro porque es Petro, sino de defender el principio del "Poder del Pueblo", porque es el fundamental máximo de la democracia. Poner por encima de este fundamental principio una decisión administrativa, es dejarle asestar un golpe de gracia a la democracia que no se puede aplaudir tan solo porque la cabeza que está rodando no es la nuestra…

29 de enero de 2013.