¿MANO FIRME, CORAZÓN GRANDE?

POR MAURICIO CABRERA GALVIS


L
a mayoría de los eslógan que usan los grupos políticos son lugares comunes o frases vacías de contenido. Una notable excepción en la actual campaña electoral es el del falso Centro Democrático (que no es de centro ni es democrático) que, como no pudo usar un logo con la cara o el nombre del caudillo, decidió utilizar una de las frases celebres del expresidente que compró su reelección: "mano firme, corazón grande".

Este eslogan si tiene mucho significado porque fue una de las características de los ocho años del gobierno uribista. Sin embargo vale la pena refrescar la memoria de los electores recordando algunos hechos que muestran como se aplicó la frase en ese período.

Mano dura con los trabajadores a los que con la reforma laboral del 2002 les quitó $2.6 billones de ingresos de horas extras y festivos; Corazón grande de la confianza inversionista que dio a los empresarios zonas francas, deducciones y otras gabelas tributarias que en un solo año llegaron a valer $5.8 billones.

Mano dura contra las protestas de miles de campesinos quebrados por la revaluación y la falta de políticas de apoyo; Corazón grande con los latifundistas beneficiarios de los subsidios de Agro Ingreso Seguro.

Mano dura con los recicladores a quienes les quitó hasta la posibilidad de vivir de la basura; Corazón grande para apoyar los negocios de tierras y basuras que hicieron millonarios a sus hijos.

Mano dura con la guerrilla, necesaria para recuperar el territorio entregado por Pastrana en el Caguán; Corazón grande con los paramilitares en Santa Fe de Ralito donde se firmó el pacto para refundar la patria.

Mano dura con los 1.015 colombianos inocentes que la Fiscalía ha comprobado que fueron asesinados por militares y presentados como guerrilleros muertos en combate; Corazón grande con las recompensas ofrecidas por dar de baja guerrilleros, que incentivaron estos 'falsos positivos'.

Mano dura con los 6.912 civiles encarcelados injustamente por acusaciones anónimas y liberados por ser inocentes; Corazón grande con los cerca de 100 congresistas elegidos con los votos de los paramilitares, a los que defendió para que le dieran sus voticos antes de ir a la cárcel.

Mano dura con Yidis y Teodolindo después de que contaron como les compraron los votos para la reelección. Corazón grande de dadivas, contratos y notarías para ellos y todos los congresistas para conseguir esos votos.

Mano dura con el profesor De Andreis o el alcalde de El Roble (Sucre), asesinados por el delito de pensar diferente. Corazón grande con los victimarios, Jorge Noguera y Salvador Arana a quienes protegió y nombró en cargos diplomáticos porque eran "buenos muchachos".

Mano dura con los 3 millones de desplazados de sus parcelas y tierras en sus ocho años de gobierno. Corazón grande con los jefes paramilitares, promotores del despojo, a los que solo extraditó cuando amenazaron revelar la verdad de sus alianzas.

Mano dura con chuzadas y hostigamiento a los jueces y las altas Cortes que se atrevieron a investigar los delitos de sus aliados; Corazón grande con la directora del DAS que hizo las chuzadas, a la que le consiguió asilo diplomático para que no contara la verdad.

Mano dura con los enfermos y pacientes no atendidos por un sistema de salud quebrado; Corazón grande con las farmacéuticas multinacionales a las que les dio multimillonarias ganancias al liberar los precios de sus medicamentos.

Hay muchos más ejemplos, pero estos bastan para saber cuales son las políticas que defenderá el caudillo y su rebaño de obedientes súbditos en el Congreso.

23 de febrero de 2014.