PELIGRO: INFLACIÓN BAJANDO POR MAURICIO CABRERA GALVIS |
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Para los que vivimos en los períodos inflacionarios de los años 70 y 80 del siglo pasado, y para todos los que fueron educados en la creencia de que la inflación era el mayor peligro que podía afrontar un país, este comportamiento de los precios debería ser una magnífica noticia. Sin embargo, fuera de unos cuantos trasnochados monetaristas, nadie
más parece alegrarse con la noticia; antes por el contrario,
es sorprendente ver como se multiplican las voces de alarma ante las
perspectivas de "deflación", es decir la caída
de los precios que se está experimentando en Colombia y en muchos
países del mundo. Frente a esta realidad, la discusión que se está dando
en el mundo entero es si los bancos centrales no deberían cambiar
sus objetivos y tomar medidas para aumentar (sí, ¡aumentar!)
la inflación, tal como lo está haciendo el superortodoxo
Banco Central del Japón. El New York Times publicó el
mes pasado un debate entre notables economistas norteamericanos en la
que un alto exfuncionarios del FMI, el profesor Kenneth Rogoff, llegó
a proponer que había que subir (sí, ¡subir!) la
meta de inflación en ese país hasta el 6%. En cuanto a las explicaciones de la caída de los precios en Colombia, también hay que volver al siglo pasado cuando un analista de la época solía decir que el precio de la papa era el mejor indicador de la inflación colombiana. En octubre los precios del tubérculo cayeron 17% y junto con la reducción de precios de las frutas contribuyeron con la mitad de la caída mensual del IPC. En la variación anual también contribuye el precio del arroz que ha bajado 11%. El caso de estos productos básicos de la canasta familiar muestra claramente porque la deflación debe preocupar a las autoridades. El beneficio para los consumidores es una pérdida para los productores que, sin lugar a dudas, ha sido uno de los combustibles de las protestas de los campesinos. 17 de octubre de 2013. |
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