Camilo Torres, una vida marcada por el debate universitario y la acción social

CRONICÓN.NET /

Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá, la capital colombiana, el 3 de febrero de 1929 en el seno de una familia burguesa. Se ordenó sacerdote en 1954. Luego estudió Sociología en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Al regresar, en 1959, fue nombrado capellán y profesor de Sociología de la Universidad Nacional. En ese centro de estudios superiores se convirtió en un líder para los estudiantes

En 1965 lideró una marcha hasta el Cementerio Central de Bogotá en homenaje a los estudiantes muertos en protestas. Fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal (Muniproc).

En octubre de 1965, después de liderar el movimiento Frente Unido y de dar una serie de luchas sociales, se integró al Ejército de Liberación Nacional (ELN). Murió cuatro meses después, el 15 de febrero de 1966, cuando enfrentaba su primer combate en Patio Cemento, una vereda del municipio de San Vicente de Chucurí en el departamento de Santander. El entonces coronel Álvaro Valencia Tovar dirigió la operación en la que fue abatido. Recibió varios impactos de bala cuando quiso tomar un fusil.

Así lo recuerdan

Francois Houtart
Profesor de Camilo Torres

“Quería unir a los colombianos radicados en Europa para analizar la situación del país a través de las teorías que se aprendían en Lovaina, para transformar la sociedad”.

Carlos Novoa
Doctor en Teología de la Liberación.

“Si Camilo hubiera nacido 10 años después, tal vez no se habría ido para la guerrilla, pues habría encontrado una Iglesia más abierta y tolerante. Por las condiciones del país, pienso que su mensaje está vigente”.

Su pensamiento

Camilo Torres abrió el proceso de apertura para que los cristianos hicieran parte de las guerrillas de izquierda en América Latina. Entendía el cristianismo como la creación de una sociedad justa, igualitaria y sin exclusiones.

Trató de conciliar el cristianismo con el marxismo para distribuir la riqueza equitativamente. En esa línea de pensamiento lo siguieron amplios sectores populares e intelectuales.

“Los marxistas luchan por la nueva sociedad, y nosotros debemos permanecer luchando a su lado. Tomemos lo que nos une y dejemos lo que nos separa”, decía.

Eduardo Umaña Luna, uno de sus mejores amigos, pariente y compañero de cátedra en la U. Nacional, recuerda que se veía inquieto por los días en los que Camilo se fue para la guerrilla. “Hablé con Camilo días antes. Lo noté extraño, preocupado. Tiempo después me enteré de que se había armado, una decisión que me costó entender porque Camilo era una persona pacífica. No era capaz de matar un pájaro con una cauchera”, asegura.

Se conocieron en 1960. “Fue por un llamado que nos hizo Orlando Fals Borda para que fundáramos la facultad de Sociología en la Universidad Nacional”, cuenta Umaña. Camilo acababa de llegar de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, donde se formó como sociólogo.

Décadas después, Umaña Luna tiene su propia teoría del porqué de la decisión: “Él me había dicho que estaba amenazado, y pienso que ese riesgo le permitió tomar con mayor facilidad la opción de irse al ELN. No perdía nada: en la ciudad iba a morir, mientras que en el monte tenía la posibilidad de mantenerse vivo”, cuenta Umaña.

Noel Acevedo, un habitante de San Vicente de Chucurí que tiene una finca en la vereda Patio Cemento, donde murió el ‘cura guerrillero’, cuenta que incluso en filas ‘elenas’ en ocasiones vestía de civil. Lo recuerda como una persona amable que permanecía todo el tiempo hablando de injusticias, de la corrupción que carcomía el Estado y sobre la necesidad de una en transformación en la sociedad.

“El día de su muerte se formó un plomero muy grande. Después trajeron los cadáveres a la casa. Supieron que uno de ellos era el de Camilo porque le encontraron una pipa en el uniforme que portaba”, dice Acevedo.

Sin embargo, los restos de Camilo nunca aparecieron. Su madre, Isabel Restrepo, se los reclamó con mucha insistencia al Estado, pero nunca se los devolvieron. Resignada, sólo se atrevió a decir: “El nació cuando lo mataron”.

Compartir en redes: