Es sabido que las pérdidas agropecuarias
del TLC van a ser inmensas, y puede demostrarse que las industriales
serán mayores. Pero pocos conocen que el TLC es mucho más
que comercio y que otras cláusulas incluso harán más
daños. Porque las normas sobre importaciones y exportaciones
ocupan seis capítulos del Tratado (100 páginas) y este
tiene 23 capítulos (315 páginas, sin las 1.216 de los
anexos y sin las de los otros tratados a los que ordena ingresar),
los cuales adquirirán un rango parecido al de la Constitución
(108 páginas), en el sentido de que nada podrá hacerse
en Colombia que contradiga su texto.
El Tratado, como en una operación quirúrgica, le quita
al país cada uno de los instrumentos que Estados Unidos y las
demás potencias económicas usaron para desarrollarse.
Se repite así la vieja maniobra imperialista que Friedrich
List explicó como la de subir por la escalera y, una vez arriba,
pegarle una patada a esta para que nadie más consiga llegar.
Cómo será el TLC que se define como un OMC Plus, es
decir, que con este la Casa Blanca impone capítulos enteros
que no logró imponer en dicha organización neoliberal.
¡Y las normas de la OMC, que se aplican desde 1990, generaron
el mayor retroceso de la historia del país!
El capítulo de propiedad intelectual fortalecerá el
monopolio de las trasnacionales estadounidenses en contra de que Colombia
desarrolle ciencia y tecnología, la base de todo progreso.
Así, además y según la Organización Panamericana
de la Salud, se elevarán los costos de los medicamentos en
novecientos millones de dólares al año, pues no es cierto
que esto lo impida una carta adjunta en el TLC, dado que Estados Unidos
no la firmó. ¿Por qué el minComercio publica
como parte del Tratado este y otros documentos que no suscribieron
los estadounidenses? Habrá patentes para plantas y tampoco
es cierto que se proteja la biodiversidad nacional ni los conocimientos
tradicionales.
Colombia no podrá darles, en su territorio, ventajas económicas
a los colombianos frente a los estadounidenses, lo que lesionará
la inversión interna y les entregará a estos extranjeros
el derecho a ganarse casi todos los contratos de las compras estatales.
El TLC les otorga a los gringos la prerrogativa escandalosa, que no
tendrán los colombianos y que no es parte de la OMC, de exigir
indemnizaciones por "expropiación indirecta", la
cual aparecerá cuando una decisión estatal afecte, ¡no
las propiedades sino las ganancias esperadas de una inversión
suya en el país! ¡Y esta cláusula leonina cabe
incluso contra decisiones en salud, educación y servicios públicos!
¡Un buen truco, además, para hacer irreversibles las
privatizaciones!
El TLC les crea a los inversionistas estadounidenses una justicia
especial para sus controversias con el Estado colombiano. Dice que
se aplicará el derecho económico "consuetudinario",
explicado como el tradicionalmente usado por las trasnacionales en
el mundo. ¿No se supone que el primer criterio de un contrato,
como el TLC, es la precisión de las cláusulas? Le quita
a Colombia casi todos los instrumentos con los que los países
se protegen en las crisis financieras y de balanza de pagos, decisión
monstruosa de estirpe colonialista. Y los colombianos podrán
irse a trabajar a Estados Unidos, pero si aceptan empleos basura y
entran por "el hueco".
En telecomunicaciones se obliga a las empresas públicas colombianas
a alquilarles sus redes, y a bajo precio, a los competidores gringos,
los cuales ni siquiera tendrán que instalarse en el país.
Y ya se supo que en parte la privatización de Telecom fue para
adecuarse al TLC, porque este impone la absoluta igualdad entre las
empresas del Estado y las trasnacionales de Estados Unidos. ¿No
es el colmo igualar los derechos de la nación colombiana, expresada
en su Estado, con los de cualquier mercachifle extranjero?
Y el TLC aumentará los negocios financieros de los estadounidenses
en Colombia. En general sobre el tema, George Soros comentó:
"Permitir que los bancos extranjeros entren en los mercados nacionales
es un asunto totalmente distinto. Es probable que se lleven la mejor
parte de todo el mercado donde disfrutan de ventajas competitivas
y que dejen a los negocios minoristas menos rentables sin existencias".