BALANCE DEL 'PLAN PATRIOTA'


Por Juan Manuel López Caballero

El editorial del New York Times y la respuesta de Sabas Pretelt, ponen sobre la mesa un tema que hasta cierto punto se ha olvidado: por estar buscando senderos entre los árboles se nos olvidó que estamos perdidos dentro del bosque.

Nada más determinante para los problemas de Colombia que la influencia del tráfico de drogas; la guerrilla, el ambivalente paramilitarismo-narcotraficante, las relaciones internacionales, la corrupción, todos los grandes asuntos dependen de este tema.

Lo curioso es que ya se ha avanzado suficiente como para llegar a conclusiones pero éstas no se producen. La controversia misma arriba mencionada es una buena ilustración:

La cifras de decomisos, laboratorios destruidos, bienes incautados, etc. mencionadas por el ex ministro en efecto muestran que como actividad y esfuerzo difícilmente se pueden pedir más; como además dentro del mismo Plan se obtuvieron los recursos para fortalecer inmensamente nuestras fuerzas armadas, y fue el 'Plan Patriota' el que permitió al Gobierno desarrollar su modelo de solución para el país, mal puede desde su perspectiva estar descontento con él.

Pero para los Estados Unidos, para quienes el objetivo era acabar con el consumo de droga de su país por la vía de reducir el suministro, es indudable que mal podrían considerarlo un éxito.

¿Cuál es la situación?: la oferta no disminuyó y el precio no aumentó, por lo tanto, teniendo en cuenta la información oficial sobre los decomisos y la destrucción de elementos de la cadena (erradicación, destrucción de laboratorios, capturas, expropiaciones), forzoso es concluir que lo que sucedió es que aumentó la producción. Esto lo confirman los datos de la Dirección Nacional de Estupefacientes, quien señala que, además de lo ya detectado en cuanto a que el área sembrada se reducía pero la mejora en la productividad compensaba o superaba esa disminución, se había venido trabajando sobre un error de cálculo y estábamos exportando entre 700 y 800 toneladas del alcaloide y no menos de 500 como se creía.

Esto lo corroboran las estadísticas oficiales según las cuales el crecimiento del país sin droga fue de 4.8% pero incluyendo este rubro es de 5.3%. Es decir que esta actividad fue uno de los factores que más contribuyó a los resultados económicos que reivindican los apologistas de la seguridad democrática y que, además de los factores externos, fue este negocio el que arrastró en buena parte nuestra 'reactivación': el cálculo hecho por el Dr. Mauricio Cabrera da un crecimiento de este sector del 7.8%. Trasladado esto a la actividad agropecuaria donde el crecimiento es de menos del 2% y donde el peso de los cultivos ilícitos es obviamente mucho mayor, nos encontramos con que la economía rural depende de esta actividad (basta pensar que el semestre pasado se dejaron de sembrar 50.000 hectáreas o sea casi el 20% del primer producto como es el arroz).

La paradoja es que si alguna expectativa de reducción del negocio habría, no sería gracias a las políticas de guerra del 'Plan Patriota', sino al esperado abandono de esta fuente de ingresos por parte de los reinsertados.

El resumen es que se ha comprobado que los resultados de la guerra no producen el efecto esperado, no por falta de eficiencia de nuestras fuerzas armadas sino porque es una política o estrategia que no lleva a ninguna parte.