CONFIANZA INVERSIONISTA
Por Juan Manuel López Caballero

Con este título publicó Aurelio Suárez Montoya un gran libro, que a su turno amerita un gran foro, o, como dicen hoy, conversatorio.

En resumen lo que propone es que la llamada 'confianza inversionista' es simplemente parte de la versión en Colombia de un proceso de neocolonización.

Un gran trabajo, porque a riesgo de traer una comparación que parecerá extraña, tiene la contundencia de aquella copla vallenata de Escalona que dice:

"Tan solo me queda el recuerdo de tu voz
Como el ave que canta en el monte y no se ve;
Con ese recuerdo vivo yo,
Con ese recuerdo moriré."

Parecido en la forma, porque no acude ni al lenguaje ni a las especulaciones de los grandes teóricos económicos para exponer su tesis. Por el contrario desarrolla su exposición en los términos más sencillos y claros con lo cual, como en el verso citado, el argumento mismo no se pierde en intentos de adornarlo o reforzarlo con la retórica ni se pierde en el lenguaje de los iniciados.

Y también en el contenido, porque igual que la figura usada por el maestro se refiere a lo que para él es una realidad tan inexplicable como indiscutible, el análisis que Aurelio Suárez presenta parece ser una simple descripción de una fatalidad que nos cae sin poder evitarla.
Son muchos los temas que aporta para un debate.

Hace su definición de los elementos que configuran el nuevo colonialismo: "la exportación del capital financiero con el máximo lucro posible; el control físico de las fuentes de energía y de materias primas; la colocación a la fija de de excedentes comerciales y a las mayores tasas de ganancia provenientes de la oferta abundante de mano de obra barata". Se podría anotar que falta un aspecto básico de la relación colonial, como son los mercados cautivos (lo que eran los monopolios propiamente, como el de la sal o el del tabaco): la inversión extranjera que no se ha concentrado en la minería -petróleo, carbón, etc.- se ha dedicado a la adquisición de mercados masivos de tipo oligopólico, bien sea por compra (Cerveza, Tabaco, medios de comunicación, y sobre todo servicios públicos), o por conquista de espacios donde los recursos colombianos, técnicos o económicos, no son suficientes (hipermercados, celulares).

Ernesto Samper en su presentación dijo que le correspondía comentar una obra marxista desde el punto de vista de un social demócrata. Sí sería interesante enmarcar la tesis dentro del planteamiento de Lenin del imperialismo como una etapa del capitalismo -y en este caso del imperialismo financiero como su versión avanzada-; pero eso no aparece en la obra (excepto tal vez bajo la forma 'del ave que canta en el monte y no se ve').

Sí hace mención en cambio -y repetidamente- a que lo que caracteriza las medidas y la orientación de las políticas que llevan a ese resultado son atribuibles al modelo neoliberal. Sin embargo si algo ha caracterizado ese 'modelo' es justamente que no está definido. La aproximación más cercana habrían sido los diez puntos del 'Consenso de Washington', que solo fueron prescripciones sin estudio paralelo de qué producirían como efecto en los diferentes campos, o qué condiciones requerirían para producir lo que de ellos se esperaría. En la obra se califican de neoliberal los resultados cuestionables -desde el punto de vista del autor- sin definir previamente en qué consiste ese neoliberalismo, con lo cual se cae en algo parecido al uso generalizado que tiene la palabra 'democracia' para significar algo 'bueno' pero en este caso para identificar neoliberal con 'malo'.

Ese uso tautológico de calificar de 'neoliberal' los resultados de esta reciente etapa del capitalismo podría incluso presentarse como la definición de esa propuesta sociopolítica, en el sentido de que ella consistiría en buscar ese nuevo orden global. Es posible que ésta fuera más apropiada que las que intuitivamente se entienden, como la desaparición del Estado ante el Mercado o como la etapa ultraliberal del capitalismo; invitaría en todo caso a debatir qué es el famoso neoliberalismo, ya que no solo nadie lo defiende sino que nadie lo desarrolló a nivel teórico o conceptual.

El cuerpo o estructura de la presentación consiste en constatar que las diferentes políticas y medidas -incluyendo tratados y leyes- convergen en esa relación que fácilmente es aceptable como 'neocolonial'. Cada uno de los pasos, desde al Plan Colombia, pasando por la negociación de los TLC, hasta las bases militares, puede ser interpretada como desarrollo de ese nuevo sistema. Señala hasta a las instituciones de Bretton Woods como propiciadoras de este neocolonialismo en Colombia cuando afirma que "El plan Colombia y el Acuerdo extendido con el FMI fueron pilares para la construcción del ahondamiento de la relación 'estratégica' de Colombia con Estados Unidos, enmarcada en los parámetros de una nación satélite". Y "Además (de los anteriores) los acuerdos Stand By con el FMI de 2002 y 2004 con las correspondientes evaluaciones hasta 2006, y los documentos minuciosos del Banco Mundial en los que se puede conocer que en Colombia no se ha caído la hoja de un árbol en diez años sin que esa institución lo hubiera previsto". Y menciona un documento del Banco Mundial poco conocido o divulgado 'Colombia 2006-2010: Una ventana de oportunidad. Notas de políticas públicas (2007)', donde aparecen las directrices de lo que sería el mandato post reelección de Uribe. Al respecto se abriría la discusión si esto sí sería en cumplimiento del mandato origen y objetivo de esas instituciones, cual fue ser instrumentos para la estabilidad financiera en el mundo de la post guerra.

No acude a exposiciones teóricas sino a que con los resultados tal coincidencia o convergencia se daba. En palabras del autor: "De la reseña de la evolución durante la década de los principales indicadores económicos y sociales, se puede colegir la política económica que ha imperado, y, con ella, el modelo de crecimiento adoptado". La pregunta fundamental -y a la cual no se interesa el ensayo- es si esto responde a que las voluntades individuales consciente y deliberadamente (y, por el tono del escrito, perversamente) participaban de este propósito, o si simplemente responden a una especie de 'inercia maligna' del sistema capitalista, que coincide con la implantación de ese 'modelo neoliberal', pero del cual nadie es responsable o nadie maneja.

En otras palabras, si pasa como con el llamado clientelismo o corrupción de los políticos, que nace de que desde la aparición y constitucionalización del Frente Nacional dejó de ser una carrera para defender convicciones alrededor de planteamientos ideológicos o de propuestas programáticas, porque la razón y la condición para participar de esa actividad cambió a ser únicamente la ambición de poder y la capacidad de integrarse a un sistema donde la promoción dependía de la retribución electoral o económica entre quien elige y quien es elegido; o sea que no es la 'corrupción' una naturaleza inherente a la mayoría de nuestros políticos y funcionarios públicos y la que genera esto , sino es el sistema que hace que funcionen así.

Y otro tema, no menos debatible, es si la 'confianza inversionista' es solo paralela a la famosa 'seguridad democrática', o si es el objetivo de aquella y una imposición para poder aplicar ese modelo neocolonial.

Agosto 24 de 2010.