ÉPOCA DE LOS BALANCES |
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Una vez asimilado el hecho de que la 'era Uribe' terminó, y superada la etapa de enfrentar a todo aquel que algo cuestiona, se empieza hablar en pasado para evaluar lo que deja y analizar lo que se hizo o no se hizo. Sobre algunos puntos hay acuerdo: - Que el balance social es negativo y altamente negativo pocos lo discuten. Caos y frustración en el sistema de salud, avances en el de educación, pero desatención y deterioro en lo que respecta a sectores marginados. Tampoco hay quienes nieguen el fracaso en infraestructura o el atraso del campo. - Que bajó ese mandato aumentó la inversión extranjera no hay duda; aunque al tener en cuenta que el grueso de ella es minería -petróleo, carbón, nickel y oro- no es necesariamente cierto que sea debido a la confianza en el país sino por ser aquí que esos recursos no renovables se encuentran (por el contrario tocó vencer la desconfianza con atractivos como la baja de regalías -en algunos casos las menores del mundo-, los 'contratos de estabilidad', etc.) - Que se puso en la agenda pública el tema de la Seguridad,
y que lo elevó al nivel de un valor preferencial (vale recordar
que en los Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Revolución
Francesa se le da igual jerarquía que a la Libertad misma).
Sobre si esa Seguridad se consiguió y para quién se
consiguió es otro debate, ya que entre el traslado de la inseguridad
a las ciudades y la cantidad de víctimas de 'la guerra por
la seguridad' (desplazados, desapariciones forzosas, falsos positivos,
etc.) parecería que fue más la ciudadanía perjudicada
que la beneficiada. - Que se consiguió un respaldo excepcional del Gobierno Americano
(o del Gobierno Bush) para las guerras internas contra el narcotráfico
y la guerrilla, aunque a costa de un distanciamiento y aislamiento
del resto del espectro internacional y con pésimas relaciones
con los vecinos. - Que lo que Uribe deja es una gran expectativa -para algunos una
gran esperanza- de cómo cambiará el país después
de su gobierno. Lo que no se ha destacado tanto es en qué punto terminó su gobierno y qué sigue. El ritmo frenético de las últimas decisiones dice mucho
al respecto: las situaciones en salud, justicia, empleo, sistema carcelario,
vías, etc. buscaron ser atendidas con estados de excepción,
como si no fueran la culminación de 8 años de administración,
o como si con solo expedir decretos para que otros respondan por ellos
quedara absuelto de responsabilidad por el caos que esas emergencias
expresan. Con un artificioso grito de guerra de 'Dignidad antes que Comercio' crea una confrontación cuasi bélica con Venezuela, para dejar una situación creada sin que se sepa con qué propósito, diferente de imponer su voluntad por encima de quien lo sucederá, de la suerte de la población fronteriza que sufrirá las consecuencias, o del conjunto de nuestra economía. Por algo las prioridades fijadas por el nuevo mandatario: recomponer las relaciones internacionales; conciliación con las Altas Cortes; diálogo institucional con los partidos incluyendo los de oposición; por boca del Ministro de Agricultura, poner el AIS patas abajo apoyando a los pobres en vez de a los ricos; el Ministro de Hacienda descarta las proyectadas enajenaciones de bienes del Estado -ISAGEN, Ecopetrol- ('no seguir vendiendo la nevera para pagar el mercado'), e informa que se revisarán las regalías y las exenciones tributarias; los Ministerios acabados bajo el mandato anterior se vuelven a establecer; la obsesión de guerra y más guerra se cambia por 'empleo, empleo y empleo'. Sin embargo el legado más marcado y más grave es el
de la radicalización de las visiones enfrentadas, que lleva
a calificar a quien no piensa igual a uno como perverso o corrupto.
Sea de un bando o del otro (porque ya son bandos) se niega la posibilidad
del simple error, se descarta la eventual convicción honesta
o los matices que justifican un comportamiento. Por eso se acusa a
los jueces de actuar por odio, o se pretende juzgar como coautores
de las barbaries de los paramilitares a quienes ellos apoyaron electoralmente
(con o sin acuerdo con ellos). Agosto 10 de 2010. |
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