¿MANZANAS PODRIDAS O ÁRBOL VENENOSO?

Por Juan Manuel López Caballero

Ya no es motivo de debates si se ha producido la desinstitucionalización bajo el actual gobierno, ni se discute si esto es parte de un modelo y de las políticas que lo desarrollan.

La alternativa es simplemente o hay caudillo o hay instituciones; lo que no se ha evaluado son las consecuencias de tener un país sin instituciones.

Tampoco que al acabarlas desaparece también la responsabilidad institucional de las personas, de tal manera que nadie debe responder por, ni impedir los males que suceden.

El caso del Dr. Uribe es más que ilustrativo:

El DAS es un departamento administrativo dependiente directamente de Presidencia; 4 de sus últimos directores han sido llamados a juicio. Nadie es responsable por eso.

El Presidente es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas; suceden toda clase de crímenes de Estado y de Lesa Humanidad pero solo hay responsables por los actos y no por la institución.

Entran clandestinamente emisarios del paramilitarismo ('Job' y el abogado de Báez) a la casa misma del Presidente y con el propósito de montar un falso ataque a la Corte Suprema, pero él no es responsable ni por ello ni por los mecanismos que deben impedir que eso suceda.

Se producen las pirámides y las denuncias respectivas sin que se haga nada durante un par de años, pero siendo el manejo del ahorro público privativo del presidente no debe dar cuenta por ello, y puede volver incluso una cuestión personal el caso DMG, sin ser responsable tampoco del perjuicio a los ahorradores.

El delito de cohecho queda establecido, pero aunque se puede controvertir en todos los campos la responsabilidad de los eventuales partícipes, no se afecta para nada al beneficiario de tal acción.

El paramilitarismo se une a los políticos y más del 40 % de los Congresistas se encuentran involucrados; los partidos de la coalición de Gobierno aportan más del 80%, llegando incluso a tener algunos todos sus miembros en la cárcel; pero el jefe de ese Gobierno no tiene nada que ver.

Ni siquiera ante los problemas de los familiares da cuentas de qué tiene él que ver con las decisiones de sus propios funcionarios.

Es verdad que de nada es responsable personal. Pero si institucionalmente de las políticas y el talante gubernamental que generan esto.
No hay 'manzanas podridas'; estamos es ante una política que produce frutas venenosas.

Junio 8 de 2009.