¿QUÉ SIGUE TRAS LA LIBERACIÓN DE RETENIDOS?


Por Juan Manuel López Caballero

Que 6 de los colombianos que estaban en la selva pendientes de su libertad la hayan alcanzado es una feliz noticia para sus allegados y lo debe ser para toda Colombia.

Nos encontramos ahora ante el debate sobre lo que esto significa para adelante. Para el gobierno el Presidente mismo dijo que era una celada, una trampa, un engaño de la guerrilla, que las liberaciones tenían por objetivo hacer creer a la ciudadanía que ellos buscaban algo diferente de sembrar el terror y así poder crear lo que llama un nuevo Caguán, es decir, como lo entiende él, un puerta para una negociación donde recibieran un territorio libre y un periodo de tiempo para armarse mejor para seguir siendo 'terroristas'. Esta actitud parte del supuesto que las FARC están al borde de la derrota y este sería un gesto desesperado para sobrevivir.

Esta interpretación puede eventualmente responder a una convicción sincera de que esto es así. Con lo que infortunadamente es seguro que esa versión y esas declaraciones coinciden es con el interés del Gobierno en que no se desactive la guerra; cualquier paso en esa dirección -sea directamente para hablar de paz o para abrir la posibilidad de acuerdos humanitarios mientras tanto- es contrario a las necesidades del Gobierno. Al fin y al acabo la 'seguridad democrática' (o el propósito de 'exterminar la culebra') es lo que dio y lo que podría dar una votación y un respaldo al presidente; mientras haya guerra Uribe jugará con ese as, pero lo perdería si se desactiva o disminuye la tensión. Ha sido explícito en la falta de interés en los acuerdos humanitarios, en descartar la razón y la obligatoriedad de ellos al negar la existencia del conflicto armado, y en descartar cualquier posibilidad de dialogo que no parta de la rendición incondicional de los insurgentes. Por eso no solo no es partícipe ni propicia esta clase de liberaciones, sino que en la medida de sus posibilidades las obstaculiza. Por ejemplo con esas declaraciones, o con 'incidentes' como el vuelo de las aeronaves sobre los helicópteros que justifica el recelo de las FARC incluso para liberaciones unilaterales como ésta, ya que existían como antecedentes el que para la ubicación del campamento de Raúl Reyes parecen haberse utilizado las comunicaciones que tenía con los mediadores autorizados entonces, y la simulación de una acción humanitaria para la operación Jaque que fue en el fondo una estratagema de guerra.

Una visión menos motivada destacaría otros elementos:

Hay un cambio en la dirigencia de ese grupo armado (murió Marulanda y subió Cano) y esto podría señalar una reorientación de sus estrategias. Es una liberación unilateral, sin condiciones y debe entenderse que con ello se manda un mensaje. Es evidente la búsqueda de abrir un espacio político, como es igual de evidente la forma en que Dr. Uribe lo busca cerrar.

Por eso la entrega no es al Gobierno sino a 'Ciudadanos y ciudadanas por la paz'. Con esta liberación buscarían legitimar la posibilidad de un acuerdo humanitario ya que los llamados 'canjeables' que quedan corresponden a prisioneros hechos en combate y no a secuestros de civiles o de miembros de la fuerza pública fuera de servicio.

Las declaraciones de Alan Jara deben ser tomadas en cuenta: no habla de los 'buenos y los malos' ni de la guerra o la paz sino solo de la suerte de los que se pudren en la selva.

Febrero 6 de 2009.