ANTE LA 'PROPUESTA' DE URIBE


Por Juan Manuel López Caballero

El punto de partida para el análisis de la propuesta del Presidente es que la sentencia de la Corte Suprema dice que hubo delito de cohecho; y se debe suponer que la sentencia está fundamentada y que las bases sobre las cuales se decidió son ciertas y claras.

Como ningún delito genera legalidad, al ser declarado que nació de una 'desviación de poder', quedaría afectado de plena nulidad el Acto Legislativo que dependió de él (sin depender de quién lo cometió).

Las opciones de la Corte Constitucional son:

1-Declarar que existe 'Cosa Juzgada Constitucional' y que nada cambia;

2-Reconocer la nulidad pero con efectos a partir de la sentencia;

Se pretende que una decisión colectiva no tiene porque cambiarse por una situación individual; y que esto se prestaría a grandes debates, porque en la inmensa mayoría de las leyes se podrían encontrar casos similares. No es así: este es un caso con sentencia; sobre un Acto Legislativo; en beneficio propio; para apoderarse ni más ni menos que de la Presidencia del País; y ni más ni menos que al costo de desvertebrar la Constitución rompiendo los principios que la rigen, como los pesos y contrapesos, etc.-). Pero sobre todo en este caso el voto motivo de la sentencia cambiaría la mayoría y por tanto el sentido de la decisión colectiva, y las consecuencias de que la sentencia ya existe deben producirse. Se argumenta también la inmunidad o inviolabilidad de los parlamentarios por su voto; pero esto aplicaría a la persona, no al voto mismo.

3- Reconocer la nulidad del Acto Legislativo y declarar que como consecuencia la elección de Uribe es nula.

Esta tercera opción impondría situaciones no contempladas en la Constitución; es decir, abriría las puertas a salidas inconstitucionales por vías de hecho, y debería ser descartada por la Corte Constitucional, tanto por razones jurídicas como políticas.

La jugada de Uribe

Uribe vio claramente el marco aquí mencionado.

No le conviene la primera opción que permite intentar la nueva Reforma Constitucional para una segunda reelección, pero que a las dificultades que ya presenta (que ya presagian un fracaso en ese intento) le adicionaría el cuestionamiento surgido de que la anterior reelección tendría bastantes visos de espuria.

La segunda opción no da tiempo para una nueva Reforma Constitucional y, al simplemente acabar con esa figura, le elimina la posibilidad hoy de una nueva reelección.

En cambio la tercera opción requiere salidas parainstitucionales y paraconstitucionales, y crea la 'hecatombe', en la cual el 'caudillo' es la única salida, tenga o no respaldo de mayorías absolutas.

Uribe decidió actuar como si la situación producida fuera esta última, lo que le permite desaparecer los debates sobre los cuestionamientos que ya existen y los que despertaría la sentencia, y que además le ofrece la posibilidad de dar el golpe de Estado para prolongar su mandato sin que aparezca él como el causante. La 'denuncia' presentada por el Comisionado de Paz ante la Comisión de Acusaciones (al día siguiente y con 88 páginas) demuestra que todo estaba preparado y solo esperaban la ocasión. No fue precipitud sino cálculo y premeditación lo que motivó la 'propuesta de referendo' para una Ley que es violatoria del orden actual y causante de toda clase de efectos caóticos.