El punto de partida para el análisis
de la propuesta del Presidente es que la sentencia de la Corte Suprema
dice que hubo delito de cohecho; y se debe suponer que la sentencia
está fundamentada y que las bases sobre las cuales se decidió
son ciertas y claras.
Como ningún delito genera legalidad, al ser declarado que nació
de una 'desviación de poder', quedaría afectado de plena
nulidad el Acto Legislativo que dependió de él (sin
depender de quién lo cometió).
Las opciones de la Corte Constitucional son:
1-Declarar que existe 'Cosa Juzgada Constitucional' y que nada cambia;
2-Reconocer la nulidad pero con efectos a partir de la sentencia;
Se pretende que una decisión colectiva no tiene porque cambiarse
por una situación individual; y que esto se prestaría
a grandes debates, porque en la inmensa mayoría de las leyes
se podrían encontrar casos similares. No es así: este
es un caso con sentencia; sobre un Acto Legislativo; en beneficio
propio; para apoderarse ni más ni menos que de la Presidencia
del País; y ni más ni menos que al costo de desvertebrar
la Constitución rompiendo los principios que la rigen, como
los pesos y contrapesos, etc.-). Pero sobre todo en este caso el voto
motivo de la sentencia cambiaría la mayoría y por tanto
el sentido de la decisión colectiva, y las consecuencias de
que la sentencia ya existe deben producirse. Se argumenta también
la inmunidad o inviolabilidad de los parlamentarios por su voto; pero
esto aplicaría a la persona, no al voto mismo.
3- Reconocer la nulidad del Acto Legislativo y declarar que como consecuencia
la elección de Uribe es nula.
Esta tercera opción impondría situaciones no contempladas
en la Constitución; es decir, abriría las puertas a
salidas inconstitucionales por vías de hecho, y debería
ser descartada por la Corte Constitucional, tanto por razones jurídicas
como políticas.
La jugada de Uribe
Uribe vio claramente el marco aquí mencionado.
No le conviene la primera opción que permite intentar la nueva
Reforma Constitucional para una segunda reelección, pero que
a las dificultades que ya presenta (que ya presagian un fracaso en
ese intento) le adicionaría el cuestionamiento surgido de que
la anterior reelección tendría bastantes visos de espuria.
La segunda opción no da tiempo para una nueva Reforma Constitucional
y, al simplemente acabar con esa figura, le elimina la posibilidad
hoy de una nueva reelección.
En cambio la tercera opción requiere salidas parainstitucionales
y paraconstitucionales, y crea la 'hecatombe', en la cual el 'caudillo'
es la única salida, tenga o no respaldo de mayorías
absolutas.
Uribe decidió actuar como si la situación producida
fuera esta última, lo que le permite desaparecer los debates
sobre los cuestionamientos que ya existen y los que despertaría
la sentencia, y que además le ofrece la posibilidad de dar
el golpe de Estado para prolongar su mandato sin que aparezca él
como el causante. La 'denuncia' presentada por el Comisionado de Paz
ante la Comisión de Acusaciones (al día siguiente y
con 88 páginas) demuestra que todo estaba preparado y solo
esperaban la ocasión. No fue precipitud sino cálculo
y premeditación lo que motivó la 'propuesta de referendo'
para una Ley que es violatoria del orden actual y causante de toda
clase de efectos caóticos.