UN NUEVO ESCENARIO


Por Juan Manuel López Caballero

Los golpes sufridos por las FARC llevan a considerar cual es el nuevo escenario del país al respecto.

La obsesión del Presidente Uribe con su guerra casi personal con las FARC ha desplazado no solo a millones de colombianos de sus parcelas sino la atención del país de otros problemas que para la población en general son de igual o mayor magnitud.

Es posible que el mayor aporte de lo que algunos consideran la derrota de las FARC sea permitir que el país y el gobierno atiendan también los problemas sociales, económicos y políticos de la Nación.

En lo económico, ante la inconveniencia de depender de las remesas extranjeras y el peligro que representa la revaluación para el sector productivo y el empleo, hoy aparecen como imprevistos los resultados y como mérito de las autoridades el empezar a reconocer y preocuparse por sus consecuencias. ¿Qué decir del sector agrícola donde nuestros ministros siguen asegurando que Colombia está blindada ante la crisis mundial de alimentos?

Tampoco en lo social mereció atención la situación de los desplazados, o la de la salud, al punto que en la primera la Corte ya declaró "un estado de cosas inconstitucionales", y lo mismo constata y solicita el estudio de la Procuraduría respecto a la segunda (y algo similar se había ya producido respecto a la educación).

Y en política externa ha brillado bastante más la improvisación que la preparación o la seriedad y profesionalismo del Ministerio y de sus funcionarios.

Pero también en lo interno igual que algunos esperan que la llegada de "Alfonso Cano" a la jefatura de ese grupo insurgente pueda facilitar un diálogo, podríamos esperar un cambio por parte del Gobierno, una vez entregada "Karina" y muertos los comandantes que para Uribe fueron culpables de la muerte de su padre.

Ojalá que su única obsesión deje de ser "acabar con la culebra", y en consecuencia no vea tanta necesidad de perpetuarse en el poder y se concentre más en complementar en otros aspectos su acción de gobierno, y se logre así también salir de la parálisis o desaparición de nuestro sistema político reducido a si Uribe buscará o no la reelección y en función de ello discutir, asumir posiciones y tomar decisiones sobre como debe ser nuestra Constitución.