POR KINTTO LUCAS
Si uno hace un recorrido por la prensa
uruguaya de los últimos treinta años, puede observar que
cuando se han unido en la misma acción Julio María Sanguinetti,
Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle ha sido para enlodar la política
del país, para enlodar al país.
En estos días, luego de sellar un nuevo pacto los tres políticos
iniciaron juntos la campaña electoral para la segunda vuelta,
con miras a golpear al candidato del Frente Amplio, José Mujica,
y parar el proceso de cambios que vive Uruguay.
Primero fue Sanguinetti, quien salió a la televisión con
una sonrisa para señalar los supuestos peligros de que llegue
a la presidencia el líder frenteamplista. Además de su
pasaje pedido por televisión realizó una conferencia ante
algunos ciudadanos y ciudadanas del Partido Colorado, que en realidad
eran poco menos que su familia, para profundizar en sus conceptos anti
Mujica.
Sanguinetti pierde las cejas pero no las mañas, y sigue manejando
a su antojo su Partido, incluido Pedro Bordaberry, a pesar de no representar
políticamente ni a su familia.
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Julio María Sanginetti
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Tras su aparición hizo irrupción Jorge Batlle, siempre
segundón de Sanguinetti, primero a través del semanario
Búsqueda y luego en otros medios. Pero Búsqueda merece
un destaque por su "estilo periodístico" similar al
que utilizaba la DINARP (Dirección Nacional de Relaciones Públicas
de la Dictadura) en sus comunicados. Ya que al periódico le gustan
las interrogantes: ¿Cuál será la vinculación
periodística?
Batlle ingresó en la campaña poniéndole más
lodo que Sanguinetti para no quedar tan atrás. Intentó
involucrar al contador Saúl Feldman, quien tenía un arsenal
militar y se enfrentó con la policía hace algunos días,
con el dirigente tupamaro Julio Marenales y el candidato presidencial
José Mujica. Sin mostrar ninguna prueba, y solo planteándose
interrogantes recogidas por Búsqueda.
Acto seguido, Lacalle habló del "caso Feldman" como
un hecho vinculado al terrorismo. Paralelamente, un canal de televisión,
en su intención de desinformar, mientras mostraba decenas de
videos encontrados en la casa del contador, se detuvo en uno que contiene
el discurso de Fidel Castro. Al mismo tiempo comenzaron a circular mensajes
vía correo electrónico intentando vincular a Feldman con
estrategias tupamaras.
En la actualidad nada es casual en una campaña electoral. En
el ámbito internacional y en muchos sectores de la población
uruguaya, los tres ex presidentes pueden causar risa, pero la estrategia
no está dirigida a esas personas, sino a un reducido núcleo
de uruguayos y uruguayas cuyo voto está en disputa.
La campaña presidencial en Uruguay entró en una etapa
de ataque al candidato izquierdista José Mujica. La estrategia
de guerra sucia del candidato Lacalle busca crear temor en la población
y restar votos al presidenciable frenteamplista hasta empardar algo
las encuestas que, según la empresa Factum ubican a Mujica con
49 % de la intención de voto, a Lacalle con 42 % y 9 % de indecisos.
Solo falta que en los próximos días exista algún
supuesto atentado a un local del Partido Blanco y otro a uno del Partido
Colorado, para que Larrañaga, no Lacalle, salga a pedir explicaciones
al Frente Amplio. En esta etapa no es imposible pensar en algún
auto-atentado que busque culpar a partidarios del candidato frentista.
Jorge Batlle
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Los tres ex presidentes están asesorados
por buenos profesionales en campañas electorales. Saben
que en una situación de desventaja es necesario ensuciar
la cancha primero, posicionar la necesidad de un debate y apostar
a un "golpe de efecto" en los días previos a
la elección. Un golpe de efecto que podría llegar
a través de denuncias inventadas de corrupción vinculando
al gobierno. Incluso, funcionarios con cargos importantes en entes
estatales, que ganan altos salarios, vinculados con los partidos
Colorado y Blanco, ya están circulando vía correo
electrónico denuncias falsas contra el gobierno.
Buscan, obviamente primero que gane Lacalle, pero
si eso no es posible, por lo menos mantener una mínima
diferencia. Así, en un futuro intentarán posicionar
la idea de que representan a la mitad de la población,
contando una base mayor para presionar de diversas formas al futuro
gobierno.
El complot está montado y no termina en la elección
del 29 de noviembre. Prestarse para un debate electoral en estas
condiciones sería caer en el juego de la fórmula
blanca, algo que, creo, ya está asumido por el Frente Amplio.
No es casualidad que los tres ex presidentes, quienes tienen,
entre otras cosas, buenas "jubilaciones" para proteger,
actúen coordinadamente en esta campaña. Pero Búsqueda,
en su interés periodístico al estilo DINARP, podría
también haberse preguntado por esa casualidad.
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Con la misma curiosidad investigativa podría además preguntar:
¿El contador Feldman tenía alguna relación con
Jorge Batlle? ¿Tenía alguna vinculación tal vez
con su Secretario Personal? ¿Tenía quizá relación
con algún familiar o entenado? ¿Tenía alguna relación
con el lacallista Ignacio de Posada? ¿Tenía alguna vinculación
con el contador Braga? ¿Tenía alguna relación con
el financiamiento de la campaña electoral de Luis Alberto Lacalle?
¿Qué relación tenía con la lista 71 del
herrerismo?
De la misma manera que Batlle argumenta con el absurdo y dice solo estar
haciendo preguntas porque es sano para la democracia que se desvirtúe
cualquier vinculación de la izquierda con el caso, se puede argumentar
que es sano para la democracia y la estabilidad financiera que se desvirtúe
cualquier relación de Feldman con alguna Sociedad Anónima
Financieras de Inversión (SAFI) vinculada a De Posadas, o con
la quiebra del Banco Comercial o con los negocios de Luis Alberto Lacalle.
También sería sumamente saludable para el sistema electoral
uruguayo, y para la democracia en general, que Lacalle transparente
quiénes financiaron y financian su campaña.
Pero sería más saludable para el futuro del país
que los tres ex presidentes dejen de ensuciar la cancha, dejen de practicar
el terrorismo político, sean un poquito más transparentes
en sus acciones, y se retiren definitivamente a cuarteles de invierno.
José Mujica será el nuevo Presidente del Uruguay, sin
recurrir a las estrategias utilizadas por los tres ex presidentes. Pero
ellos, Búsqueda, y los grandes medios de comunicación
seguirán haciendo, desesperadamente, su trabajo, y no hay que
subestimarlos.
www.kintto.obolog.com, Montevideo, 5 de noviembre de 2009.
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