EL SOBERANO LE DIJO SÍ A LA NUEVA CONSTITUCIÓN


POR ADALID CABRERA LEMUZ

El pueblo le dijo un contundente Sí a la nueva Constitución Política del Estado, pero la lucha por su aplicación y por el proceso de cambio aún deberá vencer una serie de batallas jurídicas. No será una tarea fácil aplicar la Carta Magna, mucho más si la oligarquía se ha replegado a las regiones de la denominada Media Luna para proseguir con su tarea de obstaculizar el cambio pedido y afirmado este domingo por el pueblo en las urnas.

El resultado es claro, por lo menos un 60 por ciento de los aproximadamente 3,9 millones de electores votó por el cambio, frente a un 35 por ciento que quiere mantener un statu quo al servicio de los grupos económicos de poder y de los partidos tradicionales que en las casi dos décadas que estuvieron en el poder solamente se han servicio del mismo sin contribuir al desarrollo económico y la lucha contra la pobreza.

VICTORIA CONSOLIDADA

El resultado del referéndum constitucional refrenda los resultados del anterior que tenía propósito revocatorio y que se realizó el pasado 10 de agosto cuando el Presidente Evo Morales Ayma alcanzó el respaldo del 67 por ciento del electorado, 13 puntos porcentuales más del resultado de las elecciones generales celebradas en diciembre de 2005.

El voto del pueblo definió el rumbo que los ciudadanos buscan para el país hacia una Bolivia plurinacional con inclusión social en la que todos tengan los mismos derechos y no solamente los grupos que usufructuaron del poder a costa del bienestar de la mayoría nacional.

La jornada del pasado domingo se desarrolló con normalidad, con incidentes menores, lo que mostró que el pueblo boliviano está maduro en democracia y dispuesto a impulsar el proceso de cambio iniciado en enero de 2006 con la asunción al poder del presidente de la República.

Según los resultados preliminares, una minoría votó por la no aprobación de la Carta Magna, pese a la campaña que intensificaron los últimos días los grupos cívicos, regionales y políticos de oposición para desalentar a la población a aprobar la nueva Ley suprema.

Los resultados de la consulta constitucional son categóricos y dan al Gobierno el instrumento legal para aplicar la nueva Carta Magna, que se constituye en la base del proceso de cambio.

RESTAN AÚN BATALLAS POR VENCER

Tras conocer el triunfo del Sí, el presidente Evo Morales, reconoció que la lucha y el trabajo en procura de consolidar la revolución democrática y cultural deben proseguir con el apoyo del pueblo.

Resaltó que en el referéndum constitucional no hubo un empate, hubo un ganador que es el pueblo que apoya el proceso de profundas transformaciones que sirvan a los bolivianos.

Fiel a su decisión de gobernar y mandar obedeciendo al pueblo, Morales afirmó que proseguirá al servicio de la nación. Hizo un llamado a todos los prefectos y alcaldes del país para conformar un Consejo de Autonomías, al anotar que ya no habrá más medias lunas en el país sino lunas llenas que fortalezcan la unidad nacional.

No será una tarea fácil, debido a que tras la aprobación de la nueva Constitución deberán darse otros pasos como la aprobación de por lo menos un centenar de Leyes y reglamentos que sean la herramienta para el cambio.

Se ha previsto que este año se realizarán nuevas elecciones Presidenciales y legislativas para que Bolivia cuente con una Asamblea Legislativa Plurinacional que sea representativa de los intereses nacionales y no solamente de castas de poder como ha sucedido en el pasado reciente.

La desfalleciente oposición tradicionalista, bandera de los grupos oligárquicos, seguramente planteará nuevas batallas en el Senado para obstaculizar la aprobación de los proyectos de Ley que requiere la nueva Constitución. Otra será la historia cuando sea elegida la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Uno de los instrumentos jurídicos que deben ser aprobados es la Ley Electoral, cuya no aprobación será la batalla en la que se cerrará la oposición con uñas y dientes para impedir los cambios y la realización de elecciones Presidenciales y legislativas en breve. Inicialmente el nuevo acto electoral está previsto para diciembre de este año, pero la fecha puede cambiar de acuerdo a los requerimientos de la coyuntura nacional.

ULTRADERECHA MALHERIDA

Con los resultados producidos este domingo, queda claro que la ultraderecha ha quedado malherida, debido a que solamente ha logrado su propósito en los departamentos de Santa Cruz y Beni, resta saber los resultados definitivos de las áreas rurales de Chuquisaca, Tarija y Pando, que eran otros de sus bastiones manipulados por la oposición.

El vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, ha rechazado las afrentas lanzadas por la ultraderecha en sentido de que desacatarán en Santa Cruz, Beni y Pando la aplicación de la nueva Constitución.

"Los bolivianos acataremos la decisión del pueblo en todo el país porque la convocatoria al referéndum constitucional y dirimitorio es a nivel nacional y no de un barrio ni de comparsa", señaló al salir al frente a las declaraciones del cívico de Santa Cruz, Branco Marinkovic, y otros dirigentes políticos que muy sueltos de cuerpo denunciaron supuestas acciones irregulares en la preparación de la consulta.

Como era de esperar, tras conocer su derrota estos dirigentes han acudido presurosos a las cadenas de medios de comunicación a su servicio para denunciar un supuesto fraude con el objetivo de deslegitimar el triunfo de la mayoría nacional en las urnas.

Los opositores ya habían mostrado algunos de esos argumentos ante los representantes de organizaciones internacionales que se encuentran en Bolivia para dar su aval por la realización del acto democrático. Lo curioso es que tras la derrota ahora quieren conseguir el voto de los observadores internacionales, a los que les restaron representatividad antes del referéndum.

El presidente Morales ha manifestado que el resultado electoral consolida el proceso de cambio y otorga al Gobierno nuevamente poderes para aplicar las reformas que sean necesarias. Descartó que se produzca una polarización del país. "Los bolivianos han hablado con su voto y dijeron que Bolivia necesita profundas transformaciones", reiteró.

Los analistas coinciden en manifestar que las reacciones de la oposición significarán nuevos esfuerzos para que el Gobierno prosiga con el proceso de cambio venciendo una a una las batallas que sean planteadas por la ultraderecha desde diversos frentes, entre ellos en algunos departamentos y en la Cámara de Senadores.

LA MARCHA POR EL TERRITORIO Y LA DIGNIDAD

Este referéndum Constitucional y dirimitorio sobre tierras se realiza después de vatios años en los que el pueblo reivindicó la necesidad de que una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Carta Magna que responda a la realidad nacional y que salga de las entrañas mismas de la nación y no sea elaborada como en el pasado en los escritorios de burócratas que desconocían a profundidad la nación.

En 1990 la marcha por el "Territorio y la dignidad" que se inició en el oriente de Bolivia llegó a La Paz para exigir la convocatoria a una Asamblea Constituyente que fue discutida durante muchos años con la renuencia de los gobiernos neoliberales para dar curso a su elección e instalación.

Finalmente la Asamblea Constituyente fue elegida en julio de 2006 e inició sus deliberaciones en agosto de 2006 en Sucre con una serie de problemas por la estrategia de los grupos neoliberales de ultraderecha para impedir su trabajo. Finalmente los constituyentes aprobaron el proyecto de nueva Carta Magna el 8 de diciembre de 2007 en Oruro ante la imposibilidad de proseguir las sesiones en Sucre por las agresiones que sufrieron los asambleístas.

La derecha arreció con sus cuestionamientos al proyecto de Ley y tuvieron que realizarse varias mesas de diálogo con las regiones y en el Congreso para que sea viabilizado el texto a fin de sea sometido al voto del pueblo.

La principal reivindicación de los departamentos de la Media Luna, la autonomía, fue consagrada en la nueva Constitución, pero ello no conformó a los opositores que se sacaron la máscara y cuestionaron su propia demanda y se lanzaron a una lucha sin cuartel contra la realización del referéndum constitucional.

LOS PILARES DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN

La Constitución señala que los regímenes autonómicos establecen la elección directa de las autoridades, la administración de sus recursos económicos; y el ejercicio en su jurisdicción de las facultades legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva.

Además de definir la vigencia de una nueva Constitución, el referéndum de este domingo también fue importante para definir el nuevo régimen de tierras, una vez que los ciudadanos emitieron su voto sobre la tenencia de las adjudicaciones. Los resultados extraoficiales muestran que la mayor parte de la población volcó su apoyó a favor de la tenencia máxima de 5.000 hectáreas.

La nueva Carta Magna marca un hito histórico en Bolivia porque es la primera vez que los bolivianos definen su futuro. Otras Constituciones no fueron sometidas a la consulta y solamente surgieron de los curules de los parlamentarios o de convenciones constituyentes.

Esta Constitución establece con claridad que los bolivianos serán propietarios de todos los recursos naturales del país, cuya administración estará a cargo del Estado, garantiza el acceso universal a la educación y a la salud y consagra un régimen de autonomías de mayor alcance en los departamentos, las provincias, los municipios y las provincias.

Con relación a la estructura y organización económica del Estado, el texto Constitucional reconoce una economía plural con formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa.

La propiedad privada será reconocida como un derecho fundamental, por lo que el Estado no expropiará ni revertirá las edificaciones que hubiese adquirido una persona con su trabajo honesto. Solamente serán observadas aquellas propiedades rurales que no cumplan una función económico-social.

El alcance social que busca la nueva Carta Magna se resume a que resalta el valor al ser humano y asegurará el desarrollo mediante la redistribución equitativa de los excedentes económicos en políticas sociales y la reinversión en desarrollo económico productivo.

El presidente Morales subrayó que la aprobación de la nueva Carta Magna garantiza la revolución democrática y cultural y la refundación de Bolivia sobre bases sólidas y reales que responden a lo que es Bolivia.

"Es una Constitución que nació en el pueblo boliviano y no está inspirada por otras experiencias internacionales", dijo.

La Época, enero 26 de 2009.