Según este ejército (empresa de mercenarios), está
dispuesto a competirle a la otra empresa, DYNCORP, parte de la ejecución
de esos 630 millones de dólares anuales que recibe Colombia en
la lucha contra la droga pero que, en realidad, han sido destinados
para la "lucha contrainsurgente".
Lo grave es que la presencia de "esta empresa de mercenarios"
pasa por entrenar militares colombianos "con el objetivo de tener
pequeños equipos paramilitares trabajando para estas compañías
en América Latina". Blackwater ya hizo su trabajo de "contratar
mano de obra barata" en Chile, Honduras, El Salvador, Perú
y Bolivia, por cuanto mientras un norteamericano cuesta 10.000 dólares/mes,
éstos criollos tan sólo valen 1.000 dólares/mes
en sus áreas de la guerra de Irak.
No es pues gratuito que vengan a recoger la cosecha que ellos mismos
sembraron en la década de los 70, 80 y 90 con su famosa Escuela
de Las Américas, ubicada en la zona del canal de Panamá,
donde instruyeron, entre otros, a muchos oficiales del ejército
y la policía colombiana que, como buenos y aventajados discípulos,
trajeron las tácticas de la guerra sucia (lucha contrainsurgente),
armaron a los grupos paramilitares y les enseñaron todas aquellas
prácticas de terror y de tortura. Ahí, lentamente, están
desfilando por los bancos de la Fiscalía y los juzgados, decenas
de militares de alta y mediana graduación, respondiendo por sus
fechorías, que han rayado con la locura, que fueron directamente
entrenados o que recibieron instrucciones aquí de lo enseñado
en aquella fatídica "escuela de terror", que centenares
de denuncias concitaron la opinión nacional e internacional,
pero que nuestros gobiernos quisieron hacer caso omiso o, más
bien, fueron sus cómplices.
Esa estrategia de guerra de terror, aún parcialmente, la estamos
conociendo por boca de esos psicópatas: "Nos tocó
coger a mucha gente, picarla y lanzarla al río. Lo hacíamos
para no calentar la zona, para que no llegara la Fiscalía, la
Policía o el Ejército"[ii]. Dijo Jairo Esquivel,
alias El Tigre en una de sus confesiones que constituyen "el pasaporte
al horror", como lo describió Daniel Samper. Para continuar
esta guerra, la empresa que enrolará o ha enrolado mercenarios,
tendrá que seleccionar "avezados y probados" hombres
como Ramón Isaza con 475 homicidios, "Jorge 40" con
4 masacres y 700 asesinatos, "el Alacrán" con tan sólo
69 muertos porque perdió la cuenta, "Don Berna" con
300 fosas comunes, "Hernán Giraldo" con 20 fosas, "Don
Antonio con 533 asesinatos", "HH" con 1.800 muertos en
Urabá, Valle y Cauca. También tendrá que contar
con tácticas tales que les permitan "'explicar por qué
arrojaban cadáveres a los ríos: "La Fuerza Pública
nos decía que nos dejaba trabajar, pero que desapareciéramos
a los muertos para que no se subieran los índices de homicidios"[iii].
En repetidas ocasiones, los jueces han dicho que militares apoyaron
o auxiliaron este tipo de prácticas pese a que, en defensa del
ejército y la policía, se ha sostenido que son conductas
ajenas a la institución cuando, en verdad, lo que se dio fue
la puesta en práctica de lo aprendido.
Claro que en esta loca carrera privatizadora le podrá llegar
el turno al ejército y la policía y con ejércitos
privados (mercenarios) podrán adelantar las tareas contra la
insurgencia y los narcotraficantes. Pero eso sí, bajo las tácticas
de guerra norteamericana. Por ahora, se sabe que muchos colombianos
han sido enrolados para ir a pelear en otra parte por parte de estas
empresas y que, por supuesto, las tendencias sicópatas de algunos
o las necesidades de supervivencia de otros, los hace caer en esas trampas
o carruseles de la muerte. Pero, ¿qué hacer en contra
de esta loca carrera de garantizar el asiento y la inversión
privada, rodeada por los postulados de la Seguridad Democrática,
cuando abra sus puertas al público Blackwater?
[i] http://www.eltiempo.com/internacional/europa/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-4143771.html
[ii] Periódico El Tiempo, Daniel Samper Pizano, columna de opinión
del 18 de Diciembre de 2007
[iii] Ibidem
*Representante a la Cámara de Representantes de Colombia por
el Polo Democrático Alternativo.
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