Se dispone a hacer el viaje con su nuevo libro, que ya está
a la venta en las librerías de su país y que será
lanzado por Editorial Siglo XXI en España el próximo 21
de abril. Espejos. Una historia casi universal, evoca en cierto modo
a otro escritor, el argentino Jorge Luis Borges, cuya Historia Universal
de la Infamia ficcionaba vidas de gánsteres y criminales reales.
Pero cualquier parecido entre ambos es pura coincidencia."Este
libro fue hecho de una manera anárquica. Las cosas que he ido
elaborando me picaban la mano durante mucho tiempo", dice en una
entrevista con Público en el café Brasilero, su lugar
favorito de encuentro en Montevideo. "Esta obra es una historia
casi universal a través de muchas historias pequeñitas
que se encarnan en situaciones de vida concretas. Según este
libro, hay una memoria oculta y lógicamente mi novela la hace
aflorar desde un punto de vista concreto: el de los que no salieron
en la foto", enfatiza con voz grave, no sin cierta entonación
y fraseo poético.
NEGANDO EL PATRIOTISMO
¿Qué historias son ésas? "Tienen que ver
con la negación del derecho al patriotismo al sur del mundo y
el monopolio del patriotismo por el norte, todo en nombre de una libertad
que, como pudo decir Nietzsche, oprime. Porque la igualdad de derechos
entre el pobre y el rico, entre el débil y el fuerte, es una
igualdad que acentúa la desigualdad. O sea, que genera o multiplica
la injusticia".
Con todo, este breviario de historias -una forma que Galeano no deja
de frecuentar- está lejos de ser un alegato político.
No. "Los países del norte predican en el sur del mundo,
a veces con éxito, la teoría de la impotencia, de la aceptación
de la resignación y la humillación como un destino. Este
libro ha sido escrito pacientemente contra esa concepción de
las cosas. Su objetivo es probar que la humillación no es ningún
destino".
Así, Galeano llama la atención de algunas cosas que hoy
por hoy se nos presentan como los hechos probados en una sentencia.
Y que, en rigor, el conocimiento de esas historias pequeñísimas
de la que el cronista-prosista cuestiona. "Por ejemplo, ese instrumento
de opresión que es la libertad de comercio. El comercio es una
libertad que oprime. Esa libertad de comercio permitió al Imperio
Británico aniquilar a la India cuando esta nación era
una potencia importante y fue la que después impuso el opio en
China. Ambos países representaban en el siglo XVIII el 40% de
la producción manufacturera en el mercado mundial. Y fueron destruidos
por la llamada libertad de comercio. Y ésta es una de las principales
propuestas para que los países pobres acepten la extorsión
de los países ricos".
UNA REALIDAD IMPLÍCITA
Galeano explica: "Yo hablo de esto no en términos ideológicos,
sino a través de historias que ocurrieron. Por ejemplo, cuando
se cuentan escenas como aquella en la que los principales narcotraficantes
británicos que imponían el opio en China financiaban al
tiempo a los hospitales en los que eran atendidos los drogadictos. ¡O
sea, que te vendían la enfermedad y el hospital, todo el servicio
completo! Y también te topas con los medios de comunicación,
cómo no, que compran los narcos en Londres para vender el producto
de que la guerra era inevitable porque intentaba salvar a los chinos
de su déspota...".
La alusión a la realidad está implícita, nunca
es manifiesta. El escritor así lo prefiere. El arte o la literatura
no necesitan ser explícitos sino sugerentes. Pero en esta mesa
de café, donde Galeano recuerda haberse formado como escritor
hace ahora más de medio siglo, no se abstiene. "¿No
le recuerdan esas historias a Irak? ¿O a Irán, llegado
el caso? Uno no va a reconocer que practica el racismo. Pero se practica
con los vivos y con los muertos. Porque hay muertos de primera, de segunda,
de tercera y de cuarta. ¿Por qué conocemos exactamente
los más de tres mil soldados norteamericanos caídos en
Irak y en cambio no sabemos cuántos iraquíes han muerto?
Los civiles iraquíes muertos, en su mayoría mujeres y
niños, son tan diversos que no sabes a qué atenerte. Unos
dicen 50.000; otros, 500.000. Sólo se contabiliza a los muertos
de primera. Los muertos del país invadido son de cuarta categoría",
brama Galeano.
Pero su atención, en el mismo terreno, aborda ahora otro ángulo.
"Y ese país invadido... ese país fue el que inventó
la escritura, aunque el presidente Bush crea que la escritura nació
en Texas. Pero se equivoca. Nació en Irak. El primer poema de
amor de la historia de la Humanidad fue escrito allí, en Irak,
en tablillas de barro y en lengua sumeria. Y es un poema que narra la
noche de amor de una diosa y un pastor. La diosa, inmortal, y el pastor,
mortal, pero durante esa noche ambos fueron inmortales. Y esa tablilla
se conservó durante miles de años para que nosotros también
lo supiéramos...". "Sí, hay una memoria oculta
e, insisto, yo escribo desde el punto de vista de los que no salieron
en la foto. Es una memoria rica, no escuchada...".
CUANDO LOS DIOSES Y LOS DIABLOS SE TURNAN
Formado en contacto con escritores españoles en el exilio, Galeano
no puede dejar de ser el periodista que una vez fue. La memoria y la
desmemoria, sus temas, tienen en Espejos numerosas referencias a su
patria de exiliado. Una noche en Madrid, dice, le preguntó a
un taxista:
-¿Qué trajeron los moros a España?
El hombre le respondió:
-Problemas.
Galeano pinta su cuadro a partir de este diálogo. Son 26 trazos
y una copla anónima sobre Granada. En su relato La herencia negada,
dice: "Los llamados moros eran españoles de cultura islámica,
que en España habían vivido durante ocho siglos, treinta
y dos generaciones, y allí habían brillado como en ninguna
parte. Muchos españoles ignoran los resplandores de aquellas
luces. La herencia musulmana incluye: la tolerancia religiosa, que sucumbió
a manos de los reyes católicos; los molinos de viento, los jardines
y las acequias, el servicio público de correos, el vinagre, la
mostaza, el azúcar de caña, los churros, las albóndigas,
los frutos secos, el ajedrez, la cifra cero, el álgebra y la
trigonometría, las obras clásicas de Platón
las cuatro mil palabras árabes que integran la lengua castellana,
y varias ciudades de prodigiosa belleza, como Granada
".
"No es por populismo que uno quiere que se conozcan estas cosas.
Populismo parece ser un término que no tiene una gran antigüedad
y que se aplica con facilidad para descalificar a cualquier persona
o país que hace algo que al poder no le gusta", reflexiona
tras un sorbo de café. Y de ahí, cómo no, a Hugo
Chávez: "Es el nuevo demonio. Aquí los satanases
entran y salen de escena. Algunos interpretan a dioses un rato; otros,
a diablo, como Sadam Husein, que fue dios de Occidente y después
diablo. Dioses y diablos son intercambiables. Los grandes medios demonizan
a su antojo. Y con Chávez pasa eso: un demonio predilecto que
tiene muy mala prensa en Europa. Hay que verlo en todas sus dimensiones,
no sólo las barbaridades que pueda cometer o decir. Yo estoy
en desacuerdo con algunas de las cosas de Chávez, pero con otras
no. Esto no está en el libro pero es parte de esta conversación.
Es la primera vez que un país petrolero es generoso. En cambio,
Chávez se ha abierto a América Latina. Lo sabemos muy
bien los uruguayos y los argentinos. Pero resulta difícil verlo
sin telarañas en los ojos...
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