EL MEJOR MOMENTO DE LA IZQUIERDA


POR CLARA LÓPEZ OBREGÓN

Con tesón y firmeza, la izquierda colombiana resistió su Valle de Lágrimas, esa guerra de exterminio que la debilitó pero no pudo eliminarla. Por ese entonces, el director de una reconocida empresa encuestadora comentaba que Jaime Pardo Leal punteaba en las encuestas hacia la Presidencia de la República cuando cayó asesinado. Fraccionada, debilitada, dogmática y ensimismada, la izquierda carecía, incluso, de voluntad de poder.

El surgimiento del Polo Democrático y los resultados de las tres últimas elecciones son demostración de que todo eso ha quedado atrás. Su trayectoria ascendente, primero con Lucho en Bogotá, luego con Carlos Gaviria en las presidenciales y ahora con el triunfo de Samuel Moreno, consolidando al Polo en la Capital de la República al lado de un notorio avance en el resto del país, ubican al partido de izquierda en el partidor para el 2010.

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Para consolidarse como opción para el 2010 debe sortear con éxito varios retos. El primero de ellos, el gobierno distrital. Al lado de la proyección del Metro, las ejecutorias de la nueva administración polista en materia social deben igualar y superar las de Lucho Garzón.

El Polo también debe blindarse contra los cantos de sirena del establecimiento. No se puede dejar colonizar por los eslóganes facilistas que suscitan el aplauso de la galería mediática a costa de la coherencia política que es su mayor activo. Buenas lecciones al respecto han sido las actitudes enhiestas de Lucho Garzón frente al Presidente Uribe respecto de las relaciones institucionales de la Nación con Bogotá y de Carlos Gaviria en la entrevista con Yamid Amat. Son ejemplos aleccionadores de la nueva izquierda, audaz, independiente, con claridad sobre lo que es indisponible sin accesos de intolerancia.

Y lo más novedoso de esa nueva izquierda: su compromiso inquebrantable con la unidad alrededor de un acuerdo sobre lo fundamental, como lo llamara Álvaro Gómez. El acuerdo de unidad fundado en el rechazo a la violencia como instrumento de accionar político, en su compromiso siempre renovado con los débiles, los pobres y excluidos y en el mecanismo de la consulta popular para resolver los naturales conflictos alrededor de los énfasis y sus candidaturas.

Aunque de envergadura, estos tres retos no se perciben como infranqueables. Ahora le corresponde organizar, organizar y organizar a los sectores progresistas dentro y fuera del Polo para hacer causa común en las elecciones presidenciales del 2010. La victoria es alcanzable. Debe actuar con tino y perseverancia para que "la hecatombe" del Presidente Uribe no se convierta en excusa para no entregar el gobierno. La izquierda, de verdad, vive su mejor momento y le esperan tiempos mejores.