RELACIONES COLOMBO-ECUATORIANAS: NUEVA SITUACION Y NUEVOS DESAFIOS


POR RODOLFO MÉNDEZ Q.

Se configura en Ecuador una nueva situación socio-política. Que por su naturaleza todo indica será radicalmente diferente a las sucedidas en los años finales del pasado siglo y los primeros del XXI, caracterizadas por una gravísima crisis producto del fracaso rampante del modelo tradicional de organización del Estado y la aplicación en ese país del modelo de capitalismo salvaje neoliberal. Salvo intervenciones extralegales de las fuerzas opuestas al proceso que avanza, la nueva Constituyente que acaba de ser elegida, en menos de seis meses podría empezar a redefinir la organización económica y social de esa república, hija también de la gesta libertadora de Simón Bolívar. Lo mismo que en Venezuela, los intentos de cambiar realmente situaciones profundamente irracionales e injustas en la organización de la economía y la sociedad, encontrará resistencias con cualquier pretexto, por parte de la minorías poderosas que hasta ahora se habían beneficiado abiertamente del subdesarrollo ecuatoriano. Estos desafíos serán verdaderos retos a los sectores que acaban de llegar al poder constituyente, generando interrogantes y situaciones nuevas de inestabilidad a las cuales no podrá ser ajena Colombia. Algunos de ellos se podrían delinear así en el futuro inmediato.


Por un lado, aunque el intercambio comercial entre los dos países es bastante menor que en caso de Venezuela, cifras que superan los 300 millones de dólares no son de despreciar en ningún momento. Máxime si la balanza comercial es deficitaria. Por tanto, el análisis y discusión pública de estos temas debería ser, desde ya, objeto de interés de los medios de comunicación y del alto gobierno. Lo que no se ve por lado alguno. ¿Cómo se modificarán estos flujos binacionales con los cambios que se avecinan en el país que vio nacer a la heroína Manuelita Saenz? Las diferencias estructurales con el Ecuador, donde el desempleo empieza a ser menor que en Colombia unido a la dolarización de esa economía, amén de una posible fuerte expansión de la demanda interna en esa nación debida al previsible crecimiento del gasto social (que ha sido un gran logro del proceso venezolano), indican un posible e indeseable efecto sobre el crecimiento de la inflación en Colombia. ¿Qué políticas se prevén para tal situación?

Pero lo grueso de la economía no agota, ni mucho menos, el horizonte de interrogantes que se abren con los cambios que empiezan en el país vecino. Aunque si recordamos la agudeza de los problemas del transporte fronterizo colombo-venezolano, los conflictos microeconómicos para decirlo en términos académicos, también pueden desestabilizar las relaciones bilaterales. Al margen, sería bueno preguntarse si esos delicados líos del peaje en el tránsito interfronterizo de nuestro país con el de Chávez, no estarán ocultando algo más profundo e inquietante respecto a desestabilizar las relaciones con la patria de Bolívar.

Las relaciones de Ecuador con Estados Unidos en relación con la base de Manta, sitio de monitoreo estratégico privilegiado del cuadrante pacífico entre los cero grados del Ecuador terrestre, hasta por lo menos siete grados de latitud norte, dejan ver desde ya una situación inquietante no solo para el gobierno de Correa, sino para Colombia también, ya que la presencia de Manta significa mucho en la perspectiva geoestratégica político-militar de Estados Unidos. ¿Cómo nos afectaría tal situación?

En fin, la problemática interfronteriza se complica aun más con el problema de las presuntas fumigaciones antinarcóticos en la franja geográfica vecina entre los dos países y la desestabilización de orden público en Colombia, que se podría trasladar, según algunos, a la nación de Correa. Este problema podría volver a ponerse sobre el tapete cuando la nueva Constituyente ecuatoriana aborde las relaciones internacionales con Bogotá. La situación fronteriza colombo-ecuatoriana, en la que el contrabando fácil y la fluidez en un tránsito en zonas de difícil control administrativo, hacen prever no pocas dificultades en el inmediato futuro. Aunque difíciles, estos temas bien valdría la pena que se pusieran a consideración de la opinión pública. Entre más conozca la ciudadanía de los posibles apuros con su país vecino, menos sorpresivos y negativos pueden ser los acontecimientos venideros.