UNA DE LAS CONCLUSIONES DEL ÚLTIMO LIBRO DE ATILIO BORON
MILITARIZACIÓN DE ESTADOS UNIDOS EN AMÉRICA LATINA OBEDECE A PROPÓSITO DE IR TOMANDO POSICIONES PARA APODERARSE DE SUS RECURSOS NATURALES


 

CRONICÓN.NET

"América Latina en la Geopolítica del Imperialismo" (Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2012), el título del último libro del politólogo y científico social argentino Atilio Boron, constituye una obra imprescindible para quien busque comprender hacia dónde avanza el gran hegemón en medio de la crisis civilizatoria del capitalismo y su propósito de dominación de lo que despectivamente se denomina como su "patio trasero".

El trabajo bibliográfico de Boron coincide en el tiempo con la estrategia que impulsa el secretario general de UNASUR, Alí Rodríguez Araque, de defensa de los recursos naturales como eje de integración, y el impulso que Washington está dando a la denominada Alianza del Pacífico, cuyo propósito es reeditar el ALCA, proyecto de corte neoliberal y espíritu neocolonial.

En el libro de Boron se esboza con toda claridad argumental que los procesos de integración en América Latina que paulatinamente se vienen consolidando como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) afrontan la permanente amenaza de gobiernos lacayos de la región como los de México, Colombia y Chile, que intentan convertirse en caballo de Troya y de esta manera ser funcionales a los intereses hegemónicos de Estados Unidos.

Las operaciones militares que Washington realiza a lo largo y ancho del hemisferio siempre están disfrazadas de misiones humanitarias, pero lo cierto es que su propósito es ir tomando posiciones para apoderarse de sus recursos naturales.

Como anécdota refiere Borón que hace más de un año cuando comenzó a trabajar en su libro, en América Latina y el Caribe existían 75 bases militares, y al entregarlo para su edición y publicación, el Pentágono ya había instalado una más, concretamente en la frontera peruana-ecuatoriana, en plena zona amazónica.

No es coincidencia, explica, que dichas bases militares estén ubicadas precisamente en aquellas áreas de Latinoamérica en donde se encuentran concentradas las riquezas naturales. Las mismas, advierte, "serán utilizadas cuando llegue el momento oportuno". Y es que el Che Guevara lo dijo claramente: "América Latina es la reserva estratégica de Estados Unidos".


ENTRE EL PLAN PUEBLA-PANAMÁ Y EL PLAN COLOMBIA

Boron en su libro señala que actualmente en el mapa de América Latina se puede perfectamente identificar "la militarización registrada precisamente en las regiones donde se localizan los principales recursos naturales. Se debe notar cómo estas se encuentran encerradas por numerosas bases militares y bajo el monitoreo de importantísimas iniciativas promovidas por Washington: el Plan Puebla-Panamá, que se extiende entre el centro de México y Panamá, y que cubre el estratégico istmo centroamericano, capaz de abrir nuevas rutas de navegación, además del Canal de Panamá, con una amplitud suficiente para el paso de los grandes supertanques transportadores de petróleo; y el Plan Colombia, cuya jurisdicción se extiende entre ese país y Perú, pasando por Ecuador".

"La estrategia de Washington ha sido la de hacerse fuerte en el litoral del Pacífico latinoamericano, donde cuenta con gobiernos que, salvo poquísimas excepciones (Ecuador y Nicaragua), responden -en algunos casos, incondicionalmente; en otros, con un mínimo de decoro- a los dictados de la Casa Blanca. Hablamos de México, Panamá, Colombia, Perú (si se tiene en cuenta el viraje de Ollanta Humala hacia posiciones proimperialistas) y por supuesto Chile. En el área centroamericana, Guatemala cayó en manos de la derecha radical pocos meses atrás y sustituyó al gobierno moderadamente socialdemócrata de Álvaro Colom; Honduras es un protectorado estadounidense; El Salvador de Mauricio Funes no dio muestra alguna de indocilidad ante las órdenes procedentes de Washington, al paso que Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica y antigua empleada de la USAID, no ha hecho sino abrir de par en par las puertas de ese país al ingreso de los marines y su flota de apoyo. No se debe olvidar que los gobiernos de Centroamérica y el Caribe son extremadamente vulnerables ante el chantaje norteamericano -insinuado o ejercido permanentemente- en relación con el tema de los migrantes, las remesas y el acceso al mercado estadounidense. A causa de esto, la capacidad que estos países tienen de hacer caso omiso de las presiones de Washington es casi nula. El problema para los estrategas del Pentágono, se localiza en el litoral atlántico de América del Sur, sede de la mayor economía de América Latina (Brasil) y la tercera en importancia en la región (Argentina), usina de una serie de innovaciones bien significativas en materia política y económica (como la UNASUR, el Consejo de Defensa Suramericano y, antes, el Mercado Común del Sur, MERCOSUR) y área en la cual el gobierno bolivariano de Venezuela ha encontrado importantísimos aliados para su proyecto antiimperialista, cuyo clímax se alcanzó en Mar del Plata en noviembre de 2005 con la derrota del proyecto imperial del ALCA".

"Obviamente que este control sobre el corazón de América del Sur es algo más que un capricho de las fuerzas armadas estadounidenses. Responde a una lógica económica que encuentra su fundamento en la creciente vulnerabilidad externa de Estados Unidos en lo tocante a ciertos suministros estratégicos indispensables para su economía y, sobre todo, para su aparato militar".


Abril de 2013.