UNA LECTURA COMPARADA DE LA INUTILIDAD DE LA POLÍTICA EN UNA EUROPA EN CRISIS Y EN UNA AMÉRICA LATINA FUERA DE LA CRISIS
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POR GRENFIETH SIERRA CADENA*
La política ha perdido toda su capacidad transformadora. Ella
se ha convertido en una noción vacía y sin significados;
se vive a múltiples velocidades y a geometría variable
mientras se pierde en el "flou" y el "super fluo"
de la "Cool attitude" de ser lo que no se es; en el "lifting"
de las formas del exterior para cambiar el interior del alma. La política
es ahora un ejerció mediático y coyuntural del día
a día de la percepción de "fenómenos"
como la pobreza, la violencia o el desarrollo. El pensamiento le ha
dado paso al eslogan en todo su sentido y significados, posesionando
con mayor eficacia a los líderes de la opinión. Se han
remplazando las nociones de sociedad y de ciudadanía por una
nueva gramática cuantificable de beneficiarios de subsidios,
de población favorecida por ayudas, casas gratis, becas y programas
de transformación productiva PTP. Los políticos instrumentalizan
a la pobreza como fuente de riqueza electoral, haciendo de la política
un arma moralista pero no moral, la empotran en la mediatización
de los señalamientos, los resultados y las denuncias del día
a día pero la despojan de su capacidad pedagógica, la
construyen en Twitter expulsándola de los foros públicos
de argumentación para no ser objeto de críticas necias. Su significado ha abandonado el terreno de lo público, de los
partidos y del ciudadano para exiliarse en los grupos empresariales,
en los fondos de inversión, en la agencias calificadoras de riesgo,
en el sector bancario y en algunos organismos internacionales donde
la especulación y el libre moviendo de los capitales son ahora
sinónimo de riqueza social y desarrollo humano. El "interés
general" se ha transformado en una noción subversiva frente
a la seguridad económica que ofrecen los mercados. Poco queda
del ideal de los antiguos en tanto que participación del ciudadano
en los asuntos de la Cite, o del ideal de los modernos en tanto que
administración profesional y jurídica de lo público.
Hoy habita en el desierto de un solo paradigma económico posible,
en la homogenización de las estéticas y de las ideas,
haciéndose de ella un dispositivo absoluto de dominación,
no de liberta y ni de felicidad humana. Los políticos más inteligentes ignoran conscientemente
el cambio y la gran mayoría de entre ellos de forma inconsciente.
Pero todos coinciden en ser los testaferros privilegiados de estas organizaciones
como Mario Monti en Italia o Mario Draghi en el Banco Central Europeo
o José Manuel Barroso en la Comisión Europea. Lideres
que dejaron de ser ejecutivos del Grupo Goldman Sachs (la mayor banca
de especulación mundial) o de la social democracia para sobrevenir
jefes de gobierno y reguladores de la economía global con el
merito de no haber demandando un solo voto ciudadano. Y los líderes
latinoamericanos han institucionalizado el travestismo intelectual y
espiritual en todos sus niveles, colores y edades desde tiempos inmemoriales. Los cortos de reflexión señalaran como responsable de
esta patológica crónica y globalizada al Neoliberalismo.
Pero las pruebas llevan a pensar que un sinónimo posible de decadencia
política y de perfidia se llamaría Internacional Socialista.
No hay en el mundo otra organización que posea entre sus miembros
a las cabezas de la realidad contemporánea. Políticos
que entregan el destino de las sociedades humanas a los mercados como
Mitterrand, Tony Blaire, la familia Papandreou, Zapatero, D Strauss
Kahn, Barroso y hoy a Hollanda y el PRI. Representantes de la inteligencia
estratégica y de la "tercera vía". Y si las elecciones francesas las ganó el Partido Socialista,
como gran singularidad en Europa, son los valores del mercado los que
gobiernan hoy Europa sin excepción. El grito electoral proclamado
en Bois de Vincennes durante la campana 2012:"La democratie est
plus forte que les marchés!" fue rápidamente remplazado
por la firma del Pacto de Estabilidad Presupuestal de la Deuda que garantiza
un acuerdo de no agresión entre políticos y banqueros;
una cohabitación entre cazador y presa a resultado incierto.
Al mismo tiempo las sociedades europeas se disuelven en la desesperanza
de dejar de ser la civilización de los valores de la fraternidad
humana; mientras se instala el desempleo, empujando el crecimiento de
la pobreza los Comunitarismos, los regionalismos y la xenofobia como
alternativas a los mercados. La Social Democracia francesa abre los
debates del matrimonio entre homosexuales y el voto a los extranjeros
como último recurso electoral para desorientar el debate político
interno sobre la derechización creciente de gran parte de una
sociedad que en 6 meses no se siente más representada en su Partido
de Gobierno (con un 69% de desaprobación); evitando abrir toda
discusión publica sobre el futuro económico en Europa.
Y la social democracia española fue simplemente aniquilada en
las elecciones locales por una sociedad empobrecida por sus políticas
económicas. Es así como en México los carteles de la droga son novatos
ante el historial de corrupción y violencia que presiden al partido
de gobierno y a su jefe de cartera; en Argentina siempre se han creído
más en los Mesías como Evita, Maradona o la monarquía
Kirchner que en las instituciones; y en Colombia los partidos de "izquierda"
han tocado fondo: mutando de estructuras de caciques a monarquías
hereditarias subsidiadas por dineros públicos y contratistas
de infraestructuras, bajo la inmunidad de una "Unidad nacional"
donde todos ganan pero la sociedad siempre pierde con menos justicia,
menos seguridad, menos salud, menos educación; menos igualdad,
menos verdad. Esto lleva a pensar que los consensos y los acuerdos de las formas
y de los contenidos de la política como fórmula de desarrollo
social, se ha convertido en un extraño modelo de democracia frente
a lo que significaba el modelo del Estado liberal primigenio, donde
la diversidad, la individualidad y la confrontación de las diferencias
significaba la transformación, el desarrollo y el revelo pacifico
de las élites gobernantes dentro de un modelo de democracia liberal;
como lo afirmaban Locke y Tocqueville. El liberalismo ha sido pervertido
transformándose en un nuevo totalitarismo de homogenización
de las acciones humanas y en la puerta de entrada a la plutocracia globalizada. Pero si la crisis del Estado/Liberal en Europa es la crisis de la función
de la política como expresión de la civilización,
de lo público, de la libertad y de lo humano. En América
latina (como periferia de la globalización), al contrario, la
no crisis es la evidencia de la ausencia de toda idea de valores colectivos;
de Estado y de una modernidad transformadora. Es decir es una crisis
ya asimilada y nunca superada, una metástasis colectiva de lo
público. El Estado en América Latina fue siempre un proceso inconcluso
del siglo XIX al XX, que en la década de los 90 se desmantelado
por para darle paso a la iniciativa privada y a la privatización
de los sectores de producción como motor del desarrollo; guardando
el poder público la sola responsabilidad de los subsidios para
compensar a los más miserables con el objetivo de no sacarlos
de la cadena de consumo, de producción y por su puesto del voto
plebiscitario que legitima a estas monarquías criollas sin linaje,
ni ilustración. Los modelos económicos estructurales,
industriales, de libre competencia, regulación técnica
e innovación fueron remplazados por una economía de monopolios
privados, de explotación de materias primas y de coyunturas económicas
sin ningún valor agregado que están siempre a la espera
de la próxima ola de crecimiento mundial para navegar en su cresta;
hasta que llegue el día donde no haya más petróleo,
más carbón, u otra selva u otro páramo que ceder
en concesión; y en aquel momento la ola pasara por encima de
todos, y los capitales partirán, y el "Estado" no tendrá
más subsidios que adjudicar, ni pobres que administrar, y los
centros comerciales quedaran vacíos. La "prosperidad"
se irá a otra parte del planeta donde el costo humano sea más
barato. Entonces, si en esta década el Estado/nación en Europeo
muere a causa de los mercados y las secesiones regionales sin lograr
reconstruir una nueva dimensión de la regulación económica
y de las finanzas globalizadas, sin refundar el significado de la política
y de lo común en una nueva arquitectura de la democracia y del
control de los poderes a escala supranacional. El Mundo será
simplemente cada día más como América latina y
África (y en el mejor de los casos como Grecia o España):
un Mundo sin solidaridad, sociedades entregadas al arribismo, a los
caprichos de los monopolios, con profundas desigualdades estructurales
donde los políticos son socios de las mafias, y donde las democracias
migra a seudo-tecnocracias financieras y a feudos políticos con
clientelas parásitas y ejércitos propios, haciéndose
de la libertad política una libertad económica a precio
especulativo. Pero paradójicamente esta inutilidad de la política desde
el Estado que desaparece, la hace vitalmente necesaria desde la Multitud
globalizada que nace. La política hoy pertenece a la inteligencia
colectiva de una humanidad en red que necesita crear nuevos paradigmas
desde las nuevas tecnologías, no ya desde los viejos Partidos
políticos de una social democracia que no representa ninguna
vanguardia ni utopía posible, sino desde un nuevo Mundo que promete
un nuevo hombre. Paris, 29 de octubre de 2012.
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