CHILE: EL MITO NEOLIBERAL Y LA REALIDAD SOCIAL

UN MODELO PARA NO SEGUIR

POR CECILIA ROCA

El proceso de instauración del proyecto neoliberal en la región, con inicio en el golpe de 1973 en Chile, y sus consecuencias en la existencia de los individuos como sujetos sociales en ese país. Los conceptos que guiaron el desarrollo y profundización de un modelo cuyo fundamento es la exclusión y la desigualdad.

El éxito de Chile, medido en su nivel económico, es para muchos países el modelo a seguir. Ese presunto éxito radica en la implementación de políticas neoliberales a partir del golpe de Estado pinochetista de 1973. Sin embargo, al ahondar en las consecuencias sociales de 20 años de gobierno conservacionista se puede comprobar que el desmantelamiento social y la pérdida de la "forma sujeto" de los individuos es producto de la instauración del mercado como regulador absoluto de la economía y la sociedad.

El filósofo francés Dany Robert Dufour, profesor de Ciencias de la Educación de la Universidad París VIII y académico en Universidades de América Latina, en su libro "El arte de reducir cabezas" -sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total- sostuvo que el neoliberalismo hizo realidad el viejo sueño del capitalismo: todo objeto llegó a ser una mercancía y quiere incluir en esta categoría a todos los asuntos privados del individuo que hacen a su subjetividad.

La construcción de un nuevo sujeto social despolitizado, indicador del éxito del neoliberalismo, se observa claramente en el caso de Chile. Allí tuvo lugar la primera experiencia de modelo neoliberal que logró hacer el trabajo de resocialización más profundo en todo América Latina.

Neoliberalismo: radiografía de su teoría cambiante

Gustavo Nieto, docente en la Universidad Nacional de Cuyo, afirmó en su tesina de graduación que el denominado neoliberalismo y su violenta reorganización económica, surgió a comienzos de la década de 1970, luego de 30 años de bonanza económica provista por el Estado de Bienestar.

Esta crisis sin retorno del paradigma keynesiano fue producto de la inestabilidad del dólar primero, y de otras situaciones similares que le sucedieron: la del petróleo, la de la deuda y la llegada de gobiernos neoconservadores -Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en Inglaterra-. Todo esto impuso nuevas reglas de juego, y modificó el funcionamiento de las finanzas internacionales.

La desaparición del bloque soviético, el peso cada vez mayor de las multinacionales y la liberalización de la economía mundial, fueron otros elementos que dieron forma al paradigma neoliberal.

En diálogo con APAS, Nieto señaló lo paradójico de la concepción del mercado como mecanismo que se autoregula y conduce al "óptimo social", y el hecho que la implementación de las propuestas neoliberales, "lejos de solucionar la crisis, llevó a acentuarla con una fenomenal concentración de la riqueza y de los ingresos", así como a una evidente regresión social, demostrando que "se trata de un discurso apologético destinado a sostener un proyecto excluyente".

La implantación del modelo neoliberal en América Latina también tuvo efectos en materia de manipulación simbólica. La investigadora Ana María Ezcurra, en su libro "Qué es el Neoliberalismo", caracterizó las 3 etapas del modelo neoliberal hasta fines de los 90.

La primera comenzó en los 40, con los trabajos de Frederick Von Hayek. En ese periodo se conformó la matriz del pensamiento neoliberal.

La segunda etapa se inauguró con el ascenso al poder de Thatcher, en Inglaterra en 1979 y Reagan en Estados Unidos en 1980, de esta forma el neoliberalismo inició su etapa estatal. Este período fue breve pero expansivo. En poco tiempo se difundió a Europa Occidental y América Latina.

La doctrina en esta etapa percibió su primera transformación en dos ámbitos: en cuanto a política económica, la etapa estatal del programa neoliberal instituyó los llamados"ajustes estructurales", que además de reorganizar el Estado tenían por objeto la configuración de la sociedad orientada por una fuerte articulación a partir del "libre mercado".

En 1973, el gobierno dictatorial de Augusto Pinochet en Chile, fue el primero que instituyó esos programas como la receta para salir de la crisis. Desde allí el ideario neoliberal se extendió al resto de la región.

El segundo ámbito de transformación se debió al surgimiento del neoconservadurismo-liberal y la redefinición de la cuestión democrática. Se configuró un proyecto con pretensión internacionalista que impulsó la expansión mundial del "capitalismo democrático". La propagación del programa se convirtió en una prioridad de la política exterior norteamericana.

La tercera etapa y segunda fase de reformas neoliberales fue forzada por el profundodeterioro que produjo el recetario del "Estado mínimo" . Por eso en los '90, se dejó de hablar de "Estado mínimo" para hablar de "Estado eficaz".

La novedad de esta etapa consistió en que se admitió cierta intervención estatal con fines distributivos. El objetivo era aplacar el malestar social que ponía en peligro la sustentabilidad política del programa neoliberal. Dicha reasignación de recursos quedó reducida a la acción pública estatal, por medio de las políticas sociales que fueron diseñadas por el Banco Mundial.

En resumen, en la década de 1980, la pobreza y la desocupación no eran interpretadas como producto del ajuste, sino sólo como fruto de un mercado incompleto y la persistencia de resabios estatistas. Por el contrario, en los años de 1990, los organismos multilaterales aceptaron que el deterioro social tuvo origen en los ajustes, pero aseguraban que era un problema transitorio, y se ratificaron los trazos centrales del programa.

Aproximaciones a la doctrina neoliberal

En su diálogo con APAS, Nieto sostuvo que la teoría neoliberal se nutrió de los principios de la teoría neoclásica desarrollada entre 1871-1874 con las obras de Jevons, Menger y Walras.

Otro pilar sobre el que se montó la doctrina fue el economista anglosajón Adam Smith, quien describió al mercado como "una mano invisible" que ordenaba los actos particulares hacia el interés general (armonía general). Esta creencia fue la que conformó el paradigma del mercado autoregulado, cuya tesis básica era que el mercado constituía el mejor instrumento para la asignación de recursos y la satisfacción de necesidades.

Otro de los clásicos neoliberales fue Milton Friedman, para quien, tendencialmente, existían sólo dos formas de resolver el problema básico de la coordinación de las actividades productivas: una forma "política", que implicaba la coerción y que se materializaba mediante la presencia opresiva del Estado; y otra, de carácter "extra político", que se basaba en la cooperación voluntaria de individuos animados por las expectativas de obtener beneficios recíprocos.

Los doctrinarios neoliberales sustentaron esta noción de la supervivencia del más apto en el mercado, pensando que el mercado era capaz de eliminar a todos los seres humanos que no tuvieran la capacidad para imponerse.

Esta desigualdad fue llevada a un paroxismo extremo por el otro clásico neoliberal, el mencionado Hayek, quien en una entrevista cedida al diario chileno "El Mercurio" en 1981 -durante lo más oscuro de la dictadura chilena de Pinochet- aseguró que el sacrificio de vidas humanas era necesario en pos del interés general, expresado como la preservación de un número mayor de vidas en el futuro.

En toda esta literatura se declara la obsolescencia de los Estados nacionales de los países periféricos y su reemplazo por las empresas transnacionales, declaradas en su momento como agentes capaces de articular las economías periféricas a la de los países centrales.

Entre el final del siglo XX y los albores del siglo XXI, América Latina protagonizó una serie de crisis económicas y sociales que pusieron en cuestión el modelo neoliberal imperante. Se pusieron de relieve una serie de cuestionamientos, desde la teoría y desde la sociedad misma, al ordenamiento excluyente e injusto por definición. En las siguientes entregas este informe abordaremos esos elementos, con el caso chileno en el centro de la escena.

APAS, julio 23 de 2011.