A PROPÓSITO DE LA LÍRICA
EN MANAGUA CON MOTIVO DEL TRIUNFO SANDINISTA |
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POR PABLO PARRA Al son de "El pueblo unido jamás será vencido" extraído de la lírica de los 60 se reanima la revolución latinoamericana resucitada después que nadie diera un cinco por ella. Reflexiones obligadas durante la fiesta revolucionaria escenificada en Managua. Fue la primera gran manifestación de corte internacionalista después de 2.818 días de abstinencia revolucionaria internacional del continente cobrizo y que esta vez palpitó en todo el continente latinoamericano con cuatro países que han adherido a la revolución. Nicaragua está de moda junto a Cuba, Venezuela y Bolivia. La lírica, los cantos y las consignas sintetizadas en la canción protesta también están de moda. "¡ El Pueblo Unido Jamás será Vencido !". Tal rugido de unidad lanzado desde Managua el 10 de enero recién pasado con ocasión del regreso sandinista no sólo marca el pistoletazo de partida de acontecimientos prometedores para los pueblos ofendidos sino se constituye además en una pequeña muestra de lo que está por venir en este subcontinente en proceso de vertiginosa e inesperada renovación revolucionaria impulsada desde hace 2.818 días por ese motor existencial que es el Presidente Chávez. |
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Es fácil prever que al son de "El pueblo unido jamás será vencido" extraído de la lírica de los 60' se reanimará la revolución latinoamericana resucitada después que nadie diera un cinco por ella. Comenzarán sin duda a desempolvarse las antiguas composiciones revolucionarias de los viejos grupos y cantantes folklóricos revolucionarios ya en uso de buen retiro la mayoría, a excepción de los Inti Llimani, los Parra, Charlie García y algunos otros, muy pocos. Pero vendrán representantes de las nuevas generaciones - la mayoría ajenas a la literatura revolucionaria - a llenar su lugar recuperando el espacio que aprovechó el Regatonee para sustituir la canción protesta ante el supuesto fracaso de la revolución que, cómo se ve, no fue tal. Porque como dijera el Ché al comienzo de la gesta cubana "la revolución latinoamericana es con pachanga" tal como lo fue y la es en el África de Mandela . Lo curioso del caso es que todo ese archivo está en Internet con una rigurosidad propia de compañía gringa. De no haber sido así, el olvido habría borrado del conciente a muchos autores y temas. Para algo bueno que sirvan algunos gringos ¿no es cierto?, como diría mi tía Gertrudis. El acto telúrico de Managua simbolizó el comienzo de
este nuevo orden que involucra, hasta el momento, a tres nuevos países
latinoamericanos que se suman al socialismo fidelista y que, abandonan
de hecho, el esquema de capitalismo salvaje instaurado por Pinochet
y preconizado por Milton Friedman en esta, desde ahora, larga agonía
capitalista: Nicaragua, Bolivia y Venezuela. El nuevo fenómeno nicaragüense consolida una cabeza de playa revolucionaria que los cubanos no habían alcanzado en 47 años de intentos de distinta naturaleza que incluyeron desde llamados a la rebelión hasta la aprobación teórica del sistema electoral burgués de cada país, pasando por la inexplicable desautorización de Castro hace algunos años a la lucha armada de los pueblos considerada hasta ese momento como un paradigma inexpugnable del ideario leninista de la isla, pronunciamiento sobre el cual nadie dijo ni mu en Cuba y casi nadie en el resto del mundo, salvo los troskistas como para variar. Paradoja interesante porque aún habiéndose registrado un indiscutible éxito electoral en la gestión política de los pueblos, el Presidente Chávez viene siendo muy enfático en su idea de armar a toda la población, convencido que el envión final de los intentos imperialistas por recuperar sus privilegios en Venezuela serán en el campo militar con ocupación al estilo Irak. Para tal efecto, viene incorporando a toda la población a labores de conscripción militar voluntaria, sin límites de edad ni de ninguna otra naturaleza. Algo que los gobiernos derechistas latinoamericanos jamás se atreverían a hacer - opinan en Caracas - porque de seguro los tumbarían en 24 horas, incluido Lula de Silva que nunca ha hecho mención al gorilismo latente y silencioso que se vive en las fuerzas armadas brasileñas que jamás se han pronunciado respecto del acontecer social progresista de su pueblo y fueran los pioneros en crímenes políticos en el continente manejados desde la jefatura de Estado a la cual asaltaron como cuerpo antes que ningún otro país latinoamericano. Miles de gargantas articularon en la Plaza de la Fe - un recinto creado para la visita del Papa Juan Pablo II y en el cual éste hiciera gala de sus posturas profundamente reaccionarios y regañara en público al cura revolucionario Ernesto Cardenal - el presagio de un nuevo tsunami que comienza a erguirse otra vez, como en los 60, contra el Imperio devastador desde este lado de la Gran Muralla de Hojalata. Obstáculo pírrico que hace morir de la risa a los coyotes mejicanos expertos en huecos y socios industriales de la policía sureña de Estados Unidos. La pareja trasnacional del comercio con la esperanza y la dignidad de las personas, está feliz porque les ha permitido aumentar las tarifas por cada pasada. Pero, como siempre, no aseguran nada porque a un alto porcentaje los llevan sólo para asesinarlos en el desierto. Se ponía fin en Managua con esa retahíla revolucionaria repetida una y otra vez a 12.187 días de penumbra libertaria popular en Latinoamérica contados a partir del sacrificio de Allende el 11 de septiembre de 1973. Matemáticas diferentes a las de nuestras vidas existenciales comparadas con la historia que se mueve por siglos, no por días, si tenemos en cuenta los más de tres siglos dictadura política de la Iglesia Católica en Latinoamérica con sus tribunales de inquisición y el tormento público de inocentes a quienes arrancaban las uñas una a una o quemaban lentamente como un asado macabro. También hubo ocho siglos de Imperio Romano y 17 de Imperio Egipcio. La Unión Soviética, en cambio, que se suponía
sería el Imperio Socialista que duraría mil años
sólo alcanzó a duras penas medio siglo de delincuencia
política interna practicada por la nomenclatura soviética
que acabó con el sacrificio de un pueblo que derrotó simultáneamente
al fascismo y al imperialismo; construyó represas; produjo la
más portentosa Academia de Ciencias en la historia de la humanidad;
envió hombres al espacio y puso satélites a voluntad.
Esa caída inexplicable fue obra de la KGB que se apropió
del capital social de la revolución calculado en miles de miles
de millones haciendo figurar hoy a sus ex agentes como algunos de los
600 más millonarios Forbes del planeta y que en conjunto poseen
lo mismo que 3 mil habitantes de la tierra. Esta central del crimen
y la tortura - semejante a la Inquisición y las cárcel
de Guantánamo - no necesitó sino 15 mil días para
cometer el ilícito y dejar huérfanos a los pueblos humillados
del mundo frente a un Imperio avasallador y unipolar y criminal. Toca ahora, en medio de tanta euforia, volver a ver María el maravilloso documental que cuenta la vida de María una revolucionaria-madre-guerrillera nicaragüense que lucha, vive, cría y es feliz en medio de la guerra asimétrica planteada por el imperialismo en territorio nica - que se negó a claudicar frente a los contras nacionales y extranjeros enviados por oleadas por los organismos de "inteligencia" del Departamento de Estado de Estados Unidos y simbolizados por el inefable Coronel North que vendiera cocaína en el mercado norteamericano para comprar armas con los que mató a miles de nicaragüenses. Nicaragua está de moda junto a sus hemanos cubanos, venezolanos , bolivianos y ecuatorianos hasta el momento. Ojalá el pueblo soviético hubiera prestado una resistencia
semejante a la del pueblo nicaragüense. Es el arrebato deductivo
que nos embarga a muchos al sentir el alegre fragor de las consignas
que nunca creímos volver a escuchar con el fervor propio de tantos
triunfos sucesivos de los sectores revolucionarios desde la aparición
del Comandante Chávez, en una especie de efecto dominó
socialista en toda la región. Inesperado, a lo menos, volver
a experimentarlo mirando a este pequeño país de recia
historia y suave hablar como lo describiera Eduardo Galeano en su momento. "Cabalgando, remando, caminando - agregaría más
tarde - los brigadistas de la alfabetización penetran las más
escondidas comarcas de Nicaragua. A la luz del candil, enseñan
a manejar el lápiz a quien no sabe, para que nunca más
lo engañen los que se pasan de vivos". Es parte de la historia resumida de una tragedia conocida pero, curiosamente, con este eventual final feliz celebrado con pasión en este atardecer evocador de un 10 de enero. El país, que sonríe hoy después de tanto llanto, tiene 148 mil kilómetros cuadrados - equivalentes a los departamentos colombianos de Antioquia y Caldas sumados - con una densidad de 45 hab/km cuad. con un 54% en zonas urbanas y un 51% de mujeres; y, un incremento anual de más del 3% de su población con una alta fecundidad de las mujeres campesinas que llega casi al 5% anual no obstante que sólo el 38.6% de los hogares son rurales; e, índices de pobreza sobre el 50% y de extrema pobreza de más del 20% siendo el 40% la población joven y, dentro de ésta, el 23% entre 18 y 23 años de edad. Esa es la Nicaragua arrasada y empobrecida por españoles y norteamericanos en sus últimos cinco siglos de vida de ser dominada después de haber vivido durante 1.500 años diversas civilizaciones minoritarias de pescadores alrededor de sus innumerables lagos. De ahí viene el término Managua que quiere decir lugar de pesca o junto al lago. " ¡
El Pueblo Unido Jamás será Vencido!",
continuaban reiterando en ese atardecer los cien mil primeros actores
de la Plaza de la Fe en Nicaragua inmediatamente arribó el Comandante
Chávez sin cuya presencia Ortega se negaba a comenzar la fiesta.
Otras decenas de millones de seguidores esperanzados en los cuatro
puntos cardinales del planeta agregan sus gritos en silencio como rubricando
las imágenes disparadas por Telesur al mundo entero como proyectiles
certeros a los viejos y nuevos corazones que comienzan a despertar al
mismo son: En la fiesta roja no falta nada. La marea rugiente con los puños
arriba como debe ser; el corazón contento, como debe ser; la
esperanza viva, como debe ser: Los Quilapayún de Allende con su "Venceremos" del
70' se toma el aire tibio de Managua y sube hasta las galaxias: Nadie olvida que cuando la represión arreciaba en sindicatos
y juntas populares las consignas hubieron de hibernar. Los cerdos gordos
y blancos de la TV del raiting las ridiculizaban convencidos que jamás
volverían. No era así: éstas, cautelosas esperaban
el momento para anunciarles a las barriadas su regreso como manada de
osos retomando sus territorios abandonados en medio del campo de lucha
con miles de héroes muertos que volverán a florecer reencarnados
en nuevos militantes. Saben los capitalistas sin nacionalidad conocida que ese pueblo esta
ahí a la vuelta de la esquina pero son demasiados para mandar
a matarlos a todos como la hicieran tantas veces bajo la dirección
de la bestia Pinochet organizó el crímen como una empresa
para beneficiar a todo el fascismo latinoamericano a través de
su Operación Condor patrocinada por el Imperio. Hoy por hoy,
no se puede hacer eso en Caracas; no se puede en La Paz; no se puede
en La Habana; ni tampoco en Managua. Y en miles y miles de barriadas
de campos y ciudades asediadas por el hambre pero auxiliadas por el
renacer de lo que se creía perdido después de un millón
de muertos: el derecho a la dignidad explicado con paciencia y en detalle
por estos cuatro jinetes dignos portadores de las antorchas eternas
de Sandino y del Ché: Mientras los mercaderes de la muerte, Pinochet y Friedmann, yacen en
medio de sus propias larvas libres para elegir su próximo bocado,
los ricos latinoamericanos pálidos del terror sacan cuentas no
tan alegres cuando descubren reunidos en Managua a esos cuatro jinetes
del Apocalipsis delatados por CNN. Saben que las ideas ignominiosas
de esos locos del desorden cabalgaran por selvas, ríos, barriadas
y montañas y, lo que es peor, no habrá poder humando capaz
de detenerlas ni con fuego de metralla porque como los retara alguien
algún día: "¡bárbaros!: las ideas no
se matan". Y como escribiera Victor Jara, al borde de la muerte,
después de haber sido reventado por la GESTAPO pinochetista en
el Estadio Chile sólo anhelaba escribir este último poema:
Percibirán los Slims, Piñeiras, Cisneros, Santodomingos
- y no más de 20 más en sus clubes exclusivos - el quiebre
del ala de sus imperios de bagatelas que sólo producen alcohol,
sexo y alienación. Mercancías ignominiosas ofrecidas vía
satélite a través de pantallas mentirosas que un Insulso
arrodillado considera sagradas. Intento inútil ante una nueva
cultura de un hombre nuevo arcillado desde el jardín de infantes
del barrio constituido en poder comunal: La tortilla comienza otra vez a voltearse. Vienen otros tres mil días
latinoamericanos de cien mil más que conmoverán a Wall
Street. Ellos lo saben pero no saben todavía qué hacer
: como contrarrestar a esas masas que crecen y crecen como si se hubiera
escapado una alquimia olvidada de un laboratorio leninista. La misma
que activara Espartaco y cantara Alí Primera: NOTA: Las letras de las canciones pertenecen a los Quilapayún, Victor Jara - Sergio Ortega - Carlos Puebla - Patricio Manns - Rolando Alarcón -Violeta Parra - Antonio Machado- Ali Primera y al poeta polaco Waclaw Swiecicki, asesinado en prisión en 1883 al igual que Victor Jara en 1973 cuando la barbarie pinochetista le cercenara la lengua con las propias cuerdas de su guitarra, lo que demuestra, una vez más, que nada es gratis en la gesta latinoamericana.
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