ENTREVISTA CON ELMA BEATRIZ ROSADO BARBOSA, HISTORIADORA
PORTORRIQUEÑA
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En esta entrevista, la compañera de vida y de militancia del comandante machetero Filiberto Ojeda Ríos, a poco de cumplirse el noveno aniversario del asesinato de su esposo a manos del FBI, recuerda su vida, su militancia y la actualidad de la lucha por la independencia de Puerto Rico. El 23 de septiembre de 2005 en San Juan de Puerto Rico miles de personas celebraban el 137 aniversario del Grito de Lara, primera sublevación en la isla contra los colonos españoles. A unos 100 kilómetros de distancia, en Hormigueros, unos 170 agentes del FBI se acercaban fuertemente armados a una casa donde se encontraban Filiberto Ojeda Ríos, de 72 años, comandante del Ejército Popular Boricua-Macheteros, y su esposa, Elma Beatriz Rosado Barbosa. Con helicópteros, francotiradores y carros blindados, intimaron a la pareja a que abandonara la casa. Ojeda Ríos le pidió a su compañera que saliera. La despidió con un beso y gritó a los agentes federales que no dispararan, mientras Elma se alejaba del edificio. Dos uniformados la tiraron al piso, la esposaron, la vendaron y se la llevaron a la cárcel. "Filiberto era un guerrero. Sabía lo que le esperaba con el FBI. Sabía que en algún momento lo iban a encontrar", recuerda Elma al cumplirse nueve años de aquel día. "Nadie debe compadecerse ni pensar en la edad que tenía porque Filiberto era un hombre que estaba en óptimas condiciones y listo y preparado siempre. Se mantenía entrenado para cuando llegara el momento. No flaqueó. Él ya había decidido que su vida la entregaba para la patria. Él sabía lo que tenía que hacer". Feliberto Ojeda Ríos era ya legendario en Centroamérica y Estados Unidos. Ya habían pasado más de 40 años desde que había dado ese paso que lo llevó de ser trompetista de Sonora Poceña, la mítica banda de salsa, a militante y líder de varios grupos independentistas portorriqueños. Había trabajado con los servicios secretos cubanos en los '60 y organizado atracos a blindados en Estados Unidos para financiar la lucha por la independencia. "En 1985 ya había tenido un enfrentamiento con el FBI y lo que lo salvó fueron los vecinos que se percataron de lo que estaba ocurriendo y la prensa", recuerda Elma. "En esta ocasión no había vecinos cerca y no había prensa. El FBI se encargó de rodear la zona y en confabulación con la policía de Puerto Rico estableció tres perímetros a los cuales prácticamente nadie pudo tener acceso". Lo que había sucedido en esa casa del Hormiguero, Elma lo supo varias horas más tarde. El FBI acribilló la casa, y un francotirador dio en la clavícula de Ojeda Ríos mientras éste respondía al fuego. Los peritajes siguientes establecieron que la bala entró y salió sin dañar órganos vitales. Los federales lo mantuvieron herido en esa casa durante horas impidiendo el acceso de médicos y periodistas que acudieron en las cercanías. Y dejaron que Filiberto Ojeda Ríos muriera desangrado. "La lucha de los Macheteros, y de Filiberto como comandante y responsable general de esa organización, es una lucha clandestina, una lucha armada, que tuvo su origen y su propósito debido a la situación de represión y persecución que el gobierno de Estados Unidos ejerce en Puerto Rico", explica Elma. Es historiadora, y desde el asesinato de su esposo creó la Fundación Filiberto Ojeda Ríos que se dedica al estudio y difusión de la lucha independentista puertorriqueña. Desde 1917, la isla caribeña es un Estado Libre Asociado de los Estados Unidos. Cuenta con un gobierno autónomo que sin embargo puede ser revocado por el congreso norteamericano, y sus ciudadanos no tienen derecho a voto para elegir el presidente estadounidense. "Aquí, en la década de 1930 llegaron agentes del FBI a vigilar y perseguir a los patriotas independentistas. Todo aquél que tuviera sentimientos por la independencia, todo el que aspire a la libertad de su patria, es fichado y perseguido". Efectivamente, el gobierno de Washington tuvo que admitir estas acusaciones que se le movían hacía décadas. En el año 2000, a raíz de la aprobación del Freedom of InformationAct, el FBI debió desclasificar 185.551 folios de seguimiento y espionaje a ciudadanos y organizaciones independentistas puertorriqueños. "Iban donde sus patrones a tratar de que se les quitara el empleo a los independentistas. No los admitían en las universidades y tenían que irse a estudiar afuera. Sus reuniones eran infiltradas". En los años '60, varias organizaciones armadas preexistentes formaron Macheteros, con Ojeda Ríos al mando. Han sido incluidos en el listado de organizaciones terroristas que prepara cada año la CIA, y varios de sus dirigentes fueron asesinados o encarcelados. "Estados Unidos debería mirarse a sí mismo", explica Elma. "La Marina de Guerra, por ejemplo, invadió nuestras playas de Culebra primero y las de Vieques luego, nuestras dos Islas Municipio, y ahí estableció prácticas de tiro. Invitó a todas las naciones del mundo a hacer ejercicios de guerra, les cobraba y nunca aportó nada para el beneficio de los puertorriqueños. Dejaron nuestras playas y nuestras islas llenas de uranio y materiales contaminantes. Todavía hay bombas activas en esas playas. Y ahí hay población de puertorriqueños. Eso es lo que yo llamo terrorismo. Nosotros somos un pueblo latinoamericano con una cultura que es consonante con el resto de Nuestra América. Ahí es donde pertenecemos. Merecemos estar en la Celac, ésa es nuestra lucha y por eso luchan los Macheteros". Una lucha que también se dio desde el plano institucional. Desde 1972, año en que Cuba logró que el caso de Puerto Rico fuera tomado por el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, se han aprobado 33 resoluciones para intentar una salida pacífica. Ninguna ha llegado a buen puerto, y aún hoy el caso sigue vigente. En el plano electoral, el partido Independentista Puertorriqueño, reconocido legalmente por Estados Unidos, también fue espiado e infiltrado durante los últimos 40 años, según reportan los documentos del propio FBI. "Así que independientemente de que se le llame clandestino o que sea legal, el independentismo en Puerto Rico está en desventaja porque todos los recursos del Estado están a disposición de quienes ostentan el poder y es una lucha sumamente difícil", sostiene Elma.
Miradas al Sur, Buenos Aires, 10 de octubre de 2014. |