EL DERRUMBE CAFETERO Por AURELIO SUÁREZ MONTOYA |
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A la caficultura la atacan las siete plagas
de Egipto. La producción y el precio cayeron; el paquete tecnológico
está agotado; la roya y la broca se volvieron recurrentes; se
importa más de la mitad del café para consumo interno;
los inviernos agravaron las condiciones de cosecha; las cifras sobre
superficie sembrada y número real de productores están
cuestionadas (Ver http://bit.ly/MCL7OU); Colombia ya es cuarto o quinto
exportador; los inventarios de reserva son inexistentes; fracasó
la estrategia de cafés especiales; se aproxima la más
grave crisis reciente que puede terminar en pérdida generalizada
de la rentabilidad y en quebranto estructural de la caficultura. El Fondo Nacional del Café, el ahorro del gremio, vive una situación tan calamitosa como la del cultivo. Su patrimonio, en pesos corrientes, disminuyó entre 2000 y 2010 en 41%, hasta valer ahora sólo $700 mil millones, y sus pasivos rebasan el billón de pesos cuando en el año 2000 eran de $305 mil millones, se triplicaron. Como un mal chiste, el ministro Restrepo asevera que "el problema es del gremio" y que la solución es subirles los impuestos a los cafeteros, la llamada "contribución", perversa solución que se está fraguando para la próxima reforma tributaria. Acá es cuando empiezan a contar las pérdidas acumuladas, como las de las tiendas Juan Valdez y de Procafecol, cercanas a $100 mil millones. La crisis venidera deberá conllevar un amplio juicio de responsabilidades. Pero hay una certeza: ninguna crisis puede recaer sobre los productores. Mayo 24 de 2012.
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