La encuesta que la red Cómo Vamos
hace en ocho ciudades registró las razones que "han empeorado
en el último año la situación económica"
de los hogares. Se escogió entre 16 posibles motivos, y aunque
en Ibagué, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga
lo primero fue la pérdida de empleo, en Bogotá lo fue
el costo de los servicios públicos, seguido del valor de la alimentación
y del transporte.
La percepción de los bogotanos coincide con la privatización
en los últimos 15 años de los servicios públicos
domiciliarios y del transporte por un puñado de empresas y una
docena de familias. Este modelo privatizador se ahondará con
decisiones próximas a tomarse que no son ajenas al mandato que
Juan Manuel Santos, mediante alcaldesa encargada, dicta hace un mes
sobre Bogotá.
Casi que el primer acto de María Fernanda Campo fue congelar
el proceso del Metro, detener los estudios de ingeniería y hacer
depender las decisiones básicas de la consultoría sobre
la "recalibración" de los modelos de demanda del sistema
que realiza Steer, Davis and Gleaves y que aún puede incidir
en trazado, términos de referencia y otros. El gobierno central,
acompañado del Banco Mundial, ya controla el proyecto avaluado
en 4 billones de pesos.
Insólito (e ilegal) fue nombrar alcaldesa ad hoc, ante las inhabilidades
de la encargada, para presentar al Concejo un acuerdo sobre la venta
de ETB que, de rematarla según cotización en Bolsa, valdría
a lo sumo 2,5 billones, menos del valor de su patrimonio en libros,
a precio de "gallina flaca". ¡Un raponazo!
De prorrogarse el encargo hasta el 29 de junio, adjudicaría la
licitación del recaudo para el Sistema Integrado de Transporte
(SITP) para colectar 2,7 billones anuales por 16 años. Con remuneraciones
del 6% del recaudo anual, que rigen para Transmilenio, el ingreso esperado
para el ganador sería mínimo de 2,6 billones.
Si Santos demora en entrevistar la terna del Polo hasta el 26 de julio,
podría dirimir el concurso del aseo por 8 años en seis
zonas exclusivas, con barrido, recolección y limpieza, tasado
hasta en 3 billones.
Con una pizca de suerte, y como ñapa, definiría al beneficiario
de la licitación de la nueva semaforización por un cuarto
de billón.
Santos, después de subastas y unas cuantas inauguraciones, por
parte de la encargada, de las obras construidas en tres años;
podría devolver la alcaldía al Polo. "Omnia consumata
sunt", sin importar quien gane en octubre, el elegido apenas administrará
los negocios otorgados.
Santos, que no es persona de pararse en pelos y, animado por el "todo
vale" que gritan las barras anti-polistas, juega una baraja de
alcaldesas para alzarse de un manotón con las fichas de la mesa.
Mayo 30 de 2011.