COSA DE LOCOS

POR OCTAVIO QUINTERO


"Todos estamos locos", dijo el vate Epifanio Mejía, hace ya muchos años. Y tal vez fue esa visión poética la que llevó finalmente a la sociedad mundial a reconocer su locura, creando, para el caso, el "Día Mundial de la Salud Mental", hoy 10 de octubre.

La ONU circunscribe esta fecha solo al tema de los trastornos mentales que pueda sufrir alguien y que lo llevan a comportarse por fuera de los estándares considerados normales por la mayoría de la sociedad.

Pero la sociedad nuestra tiene otro síntoma de insania mental que hace que "todos estemos locos", y al actuar así, parezcamos cuerdos, reduciendo a la locura a los cuerdos que se salen esa especie de "loca cordura".

Por ejemplo, ¿qué hace que tengamos unos gobernantes tan malos, si no es esa especie de locura colectiva que nos lleva a elegirlos una y otra vez, a pesar de su mediocridad, y más que eso, de su deshonestidad?

Se dice que "el pueblo se merece a sus gobernantes". Si ello es así, ¿nos merecemos la corrupción que padecemos? ¿La politiquería que nos gobierna? No, si usted sale a la calle y hace una encuesta entre la gente, ah pocos que le responderán que sí… Y entonces, si no es por estar locos -enfermos mentales-- ¿cómo más explicarnos el fenómeno?

Y el asunto es que, parodiando al Chapulín Colorado, ¿quién podrá ayudarnos? Si de esta locura nuestra se vale el poder dominante para mantenerse y cooptarse en las distintas esferas del Estado, difícil que ellos vayan a concientizarnos de nuestra locura, o mejor de la locura de ellos de dirigirnos a la loca.

Por eso, reacciones como la abstención electoral no es cosa de locos. Esa inmensa masa de abstencionistas -cerca de 20 millones sobre un potencial de 33-nos está diciendo que no van a contribuir con su voto a que este país siga manejado por una caterva de locos.

Y el remedio no es el voto obligatorio. No lo ha sido en ninguna parte. Europa, que lo puso de moda en la primera mitad del siglo pasado, metió rever y hoy en día en casi todos los países ejercer el derecho al voto es voluntario.

Cosa de locos sería aprobar en Colombia el voto obligatorio, tan solo porque parece un contrasentido que una norma que se prescribe en la Constitución como "derecho fundamental" se convierta ahora en obligatorio (¿?). Pero además, porque vamos a convertir en delincuentes en las próximas elecciones a más de 20 millones de abstencionistas que seguramente, con excepción de pocos, seguirán en sus cuarteles de invierno sacándole el bulto a esta sociedad de locos, tanto los que nos dirigen como los que los eligen.

10 de octubre de 2014.