PREOCUPA ECONOMÍA EN LA ARGENTINA: SIN INVERSIÓN,
CON BAJO CONSUMO Y SALDO NEGATIVO DEL COMERCIO INTERNACIONAL POR JULIO C. GAMBINA |
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La realidad de la economía mundial
es preocupante, ya que la desaceleración económica puede
evolucionar hacia la recesión y el estancamiento. Es una situación
que impacta regional y localmente con graves consecuencias para los
sectores menos favorecidos, especialmente los trabajadores y sus familias.
La valorización del dólar luego del triunfo Trump agrava
la tendencia a la baja de los precios internacionales de exportación
de nuestros países. Sin expectativas diferenciadas para el segundo semestre del 2016, el énfasis del informe de CEPAL/OIT se establece en las dificultades de las economías de los países sudamericanos, principalmente Brasil, el de mayor peso relativo. Queda claro que el impacto de los problemas económicos se traslada a la mayoría trabajadora de la región, Por casa como andamos La situación económica de la Argentina no es muy diferente,
con cifras oficiales del Estimador Mensual de Actividad Económica
de septiembre de 2016. Allí se informa de una variación
negativa de 3,7% con relación al mismo período del año
anterior, y un acumulado anual negativo del 2,4%[2], Por el lado del desempleo, hacia septiembre del 2016 baja del 9,3% del segundo trimestre (abril a junio) al 8,5% del tercer trimestre (julio a septiembre) sobre la población económicamente activa (PEA), es decir, población en edad de trabajar. Aun con la mejora relativa, el gobierno impulsó esta semana un acuerdo entre empresarios y la CGT para congelar despidos hasta marzo próximo. También avanza con acuerdos paritarios para actualizar salarios sobre mejoras de productividad, caso emblemático de los petroleros. La aspiración es profundizar esa línea y por eso el Presidente Macri les dijo a los empresarios de la industria que había que cambiar los convenios colectivos que vienen del siglo pasado. Dice que son antiguos, que hay que adecuarlos al nuevo siglo. El objetivo es, con la productividad como excusa, bajar salarios y con ello el costo de producción, siempre en aras de la rentabilidad del capital. Sean las estadísticas oficiales o de los organismos internacionales, la economía argentina tiene problemas en sintonía con la situación mundial recesiva. Pensemos que el PBI crece por inversiones, consumo o saldo favorable del comercio exterior. Así, la realidad hace agua por todos lados. Inversiones no llegan del exterior y la burguesía argentina prefiere especular o fugar divisas, apoyándose en elevadas tasas de interés que convalida el BCRA con la oferta continua de Letras, las LEBAC. Tampoco hay capacidad de inversión pública, agudizado con la sub-ejecución presupuestaria. Además, no existe saldo comercial favorable, que como vemos es negativo, y del consumo ni hablar, especialmente de los de abajo, la mayoría de las trabajadoras y los trabajadores. A tal punto llega la situación que el gobierno ya no hace propaganda
con la llegada de inversiones esquivas, sino que comienza a lubricar
el consumo, habilitando concesiones ante la demanda de movimientos sociales
por 30.000 millones de pesos hasta el final del mandato, salvo, claro,
que la demanda social y política se extienda en el futuro mediato
(2017 es año electoral, que dicho sea de paso, ya comenzó).
Aunque no arranca, la economía promueve ganadores y perdedores Algunos se preocupan porque la economía no arranca, tal como
se expresa en las manifestaciones macroeconómicas. Sin embargo,
a no engañarse, en este marco de problemas, existen sectores
minoritarios con grandes ganancias, especialmente en el campo de la
especulación. Es el caso de grandes fugadores y evasores que
ya blanquearon más de 22.000 millones de dólares y logran
facilidades desde el Estado, su Estado capitalista. Está claro que la balanza no está equilibrada y que para que ello ocurra se requiere mayor densidad social y política de la mayoría social afectada con políticas pensadas para que la economía, arranque o no, satisfaga a los sectores más concentrados y minoritarios. Como siempre señalamos, en definitiva es una cuestión política. ---- [1] CEPAL-OIT. Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe.
Número 15, Octubre 2016. En: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-santiago/documents/publication/wcms_532968.pdf Buenos Aires, 25 de noviembre de 2016 |
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