EL ACERTIJO PRESIDENCIAL

POR MAURICIO CABRERA GALVIS

Se volvió a agitar el cotarro político con la tardía solicitud del presidente Uribe de detener en el Congreso el trámite del referendo para su segunda reelección. Fue tan inesperado y confuso el mensaje que han surgido toda clase de interpretaciones sobre cuál es la real intención del presidente frente a su tercer período. En el liberalismo y en el Polo hay opiniones encontradas sobre la postura del presidente y ni siquiera los mismos parlamentarios uribistas se han podido poner de acuerdo en lo que quiso decir su jefe, pues para unos es evidente que Uribe ya no va a ser candidato en el 2010 mientras que otros piensan todo lo contrario.

Todo el mundo se pregunta por qué si Uribe es tan claro y tan frentero para definir sus posiciones en los demás temas, en este sigue manteniendo la ambigüedad y la incertidumbre. Así como del ex presidente López se decía que cuando hablaba ponía a pensar al país, cuando Uribe habla de su reelección pone a adivinar al país y a hacer cábalas sobre sus verdaderas intenciones.

No pretendo ser experto uribólogo, ni mucho menos tener información privilegiada para resolver el acertijo, pero creo que de la lectura de las distintas declaraciones presidenciales si es posible ir sacando algunas conclusiones claras sobre el tema.

La primera es que Uribe si quiere que el referendo que permitiría su segunda reelección inmediata sea aprobado en el Congreso, y que sus declaraciones en contrario solo fueron un show mediático para no aparecer como el responsable del fracaso del resto de la agenda legislativa y, en particular de las reformas política y de la justicia: el presidente, pensando en los intereses superiores de la patria, pide al Congreso que si el referendo es un obstáculo para esas reformas, no se ocupen de él. El espectáculo es tan bien montado que en los polos opuestos del espectro político El Nuevo Siglo y Ernesto Samper si creyeron que el presidente había hecho un gesto patriótico.

La realidad es que una vez radicado el proyecto del referendo en el Congreso, su tramite es inatajable. Esto lo sabe bien Uribe y por eso solo hizo su petición cuando ya no podía ser atendida. Si realmente hubiera querido detener el referendo hubiera podido decirle a los misteriosos donantes de los $2.000 millones que costaron las firmas que dedicaran esa platica a mejores causas, o haber sugerido a su partido de la U que parara la recolección de firmas, o que no radicara el proyecto en el Congreso. Nada de eso hizo y ahora aparenta querer frenar el referendo cuando él mismo sabe que ya es imposible.

La segunda conclusión evidente es que Uribe si quiere la segunda reelección, pero él mismo no sabe si buscarla en el 2010 o en el 2014. Para tener abiertas las dos posibilidades necesita que el referendo sea aprobado, pero también necesita una nueva reforma del mismo articulito de la Constitución para que permita que un presidente pueda ser reelegido inmediatamente por una sola vez, y después, período de por medio, pueda volver a aspirar. Además esta propuesta es otra magistral jugada política, porque en la eventualidad de que por alguna razón el referendo no fuera aprobado, le mantiene abierta la posibilidad de volver a la presidencia.

El presidente repitió en reciente entrevista radial que solo aceptaría la reelección en el 2010 si el pueblo se lo pide. Tal vez la razón por la que no lo decide todavía es porque él sabe que muchas cosas pueden pasar en un año y medio que pueden disminuir su gran popularidad. Además de la evolución que puedan tener los escándalos de la parapolítica, del cohecho de Yidis, o del hermano del Ministro de Justicia, ahora surge la preocupación por el futuro de la economía, porque un aumento del desempleo y la pobreza son suficientes para perder una elección. Entonces sería mejor dejarle la crisis económica a su sucesor y volver en el 2014 a rescatar al país.

Septiembre 14 de 2008.