INVERSIÓN EXTRANJERA EN EL EXTRANJERO

POR MAURICIO CABRERA GALVIS


La compra de los almacenes colombianos de Carrefour por la chilena Cencosud ha sido calificada como el negocio del año y una de las mayores inversiones extranjeras en el país. Sin duda es uno de los negocios más grandes por su cuantía (2.600 millones de dólares), pero hay mucha tela que cortar en lo que se refiere a su carácter de inversión extranjera directa (IED).

En primer lugar hay que decir que esta operación no es una inversión extranjera en Colombia y no será registrada como un ingreso efectivo en las estadísticas de IED. Ni un centavo de la multimillonaria cifra pagada por los chilenos va a llegar al país pues todo será pagado en el exterior, tal como sucedió con la venta de Bavaria a una multinacional.
Un daño colateral de la forma como se hará la transacción es que Carrefour no pagará impuestos en Colombia por la enorme ganancia que está obteniendo. El precio de venta es el doble del patrimonio invertido desde 1998 cuando Carrefour llegó al país, o sea que la utilidad en la venta es del orden de USD 1.300 millones, que en otras circunstancias habría generado impuestos por USD 433 millones pero que en este caso no recibirá la DIAN.

En segundo lugar, esta compra tampoco es "Inversión extranjera" en el sentido económico del concepto, sino simple cambio de propietarios. Inversión es crear nuevas empresas o ampliar las existentes, y el traspaso de las acciones de una empresa francesa a otra chilena no es ninguna de esas dos cosas. Solo habrá Inversión si el nuevo dueño aporte recursos frescos para expandir el negocio.

Aquí cabe una digresión semántica pues en el lenguaje cotidiano se confunden los conceptos de ahorro e inversión, aunque con un cierto sesgo clasista: Ahorro es lo que hacen los pobres con sus escasos recursos que solo les dan para abrir una cuenta de ahorro con tarjeta débito, mientras que los más pudientes "invierten" en CDTs o TES, y los más sofisticados "invierten" en acciones. Sin embargo desde el punto de vista económico comprar acciones ya existentes de una empresa no es una "Inversión" aunque sea por millones de dólares. Más aún, en el caso en que para comprar acciones se venda otro activo, ni siquiera hay ahorro nuevo sino un simple cambio de destino del ahorro ya existente.
Aunque no sea Inversión, los nuevos dueños si van a quedar registrados como "inversionistas extranjeros" y con el derecho de remitir al exterior las utilidades del negocio, que ellos esperan que sean mucho más grandes que las que obtenían los dueños franceses para poder amortizar el capital y los intereses del crédito por USD 2.500 millones que les concedió el banco JP Morgan para financiar la compra.

Así se hace evidente el aspecto negativo de esta "inversión extranjera". Aunque no está trayendo un solo dólar al país, ni en el futuro va a generar ingresos en dólares porque no es un negocio de exportación sino domestico, si va sacar muchos dólares como dividendos. Este es uno de los costos de la IED en general.

Desde el 2010 hasta junio de este año ingresaron al país USD 35.000 millones de IED, lo cual ha sido calificado como un importante beneficio para el país. Es cierto, pero en el mismo período se giraron al exterior por concepto de dividendos USD 38,800 millones, es decir que salió un 10% más de dólares de los que entraron; desde el punto de vista de la Balanza de Pagos la IED tuvo un saldo negativo.

No hay que ser demasiado optimista con la Inversión extranjera, y mucho menos cuando se hace en el extranjero.

30 de octubre de 2012.