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  Crónicas de Bogotá  
 

CARRERA SÉPTIMA, BOGOTÁ

POR MARTIN ALLWOOD

LA HISTORIA nunca se detiene mucho en ninguna parte.
Un día en Boston, el otro en Rusia o Roma,
pero nunca mucho tiempo. Talvez está hoy aquí,
en la Carrera Séptima de Bogotá, Colombia.
Sí, vamos a pasear con el destino
esta noche de enero en el año de nuestro Señor
que está observándonos desde la cima del cerro.

Aquí abajo, la torre orgullosa de Avianca
proclama el poder celestial de la aviación,
mientras las tres iglesias al frente te recuerdan
los días dorados en que el oro fue oro
y Cristo estuvo en las mentes de la gente.
Un poco más adelante de la calle,
ante el mirar de los bogotanos verdaderos,
El Tiempo nos cuenta en minutos eléctricos
que es tiempo de salir de los sueños del pasado
en el mundo duro de hoy Manhattan .
Tercer Mundo, Valher su Vestido, Librería Mundial,
Manhattan, Carvajal, Facit, Manhatan...
Banco del Comercio, First Nacional City Bank,
negocios colombianos, negocios alemanes, negocios
gringos.

Pero los ojos de las muchachas colombianas
están llenos de picardía y muchas promesas
que van a cumplirse. De Bmbuco,
ensordecedores decibeles caribes martillean
delirios nuevos en tu cerebro que se bambolea.

En el eje de todo, donde la Séptima
cruza la gran pendiente de la Avenida 19,
tú sabes que ésta es una gran ciudad
en unión con el destino esta noche.
En medio de su mugre y su tedio de ladrillos
allá esta admirando la belleza... la belleza ínfima
de sus mujeres que quedan en tu fantasía,
la belleza dorada del sol de la mañana
la belleza verde de las esmeraldas escondidas
en los vallles distantes de los Andes.

Aquí los carrros y buses asmáticos
fluyen frente a mí, arrojando sus humos venenosos,
y los policías con sus cascos blancos
llevan como soldados de plomo sus escudos de plástico
cuando los manifestantes lanzan sus agudos chiflidos
en protesta indignada por la carestía de la vida:
pero entonces los semáforos cambian a verde
y todo se vuelve tranquilo nuevamente en la Séptima.

Desde el teléfono público de la esquina
una muchacha impaciente está llamando a su amado
"Soy tu pollo -llévame contigo!-".
Barato para los pobres, caro para los ricos,
pero más que suficiente para todos.
¡Vence tu timidez! Esta noche tú eres la historia
-Tal vez solo una hora o dos-¡pero todavía tú!
El destino se encuentra en la calle
Cuando los hombres son muchos y las mujeres
viven para amar y amar de nuevo.

Talvez un ladrón te robará tu billetera,
tal vez la bella latina te regalará una sífiles
en lugar del paraíso, pero ¡qué importa!
Hombre, tu estabas allá cuando el músico
del piano viejo al fondo del café Ramsés
derramó en tu alma hambienta y romántica
la canción trágica de Lara, la Canción de la revolución
que podría ser una obra de amor.

Y tú estabas allá cuando la negra bella
abría sus brazos a tu terrible soledad blanca,
diciéndote su verdad sacra en canciones
y lágrimas. Fue en ese momento que la historia
se detuvo algunos instantes en la Séptima
entre los avisos nerviosos de neón y los claxonazos
ruidosos
para oír el sentido de su perpetua confusión
de los labios de una virgen.

Tomado de Bogotá 450 años; De los Origenes al Descubrimiento. Pág, 325 al 326. Ed. Universidad Distrital Francisco de José de Caldas, 1988.

 
     
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